Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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martes, 15 de mayo de 2018
15 de Mayo de 2018
Martes
Voy a rezar a
Nagoyon. Han preparado la oración en el presbiterio de la nueva iglesia y todos
cabemos sin apreturas.
Traigo a un grupo
de gente para trabajar en la finca y ya hay otros que también están en el tajo.
Es bonito verles cómo siembran los cacahuetes y cómo preparan la tierra y
remueven lo que les es posible.
Han venido algunos
más que han participado en una ceremonia tradicional y les he traído con los
trabajadores. En casa hago fotocopias de los documentos que necesito para mi
viaje y se me echa la hora encima, pero la siesta no la perdono porque de otra
forma estaría muy cansado por la tarde.
Hoy el fontanero va
a la granja a trabajar y ha llevado a un equipo de gente joven que planta
cacahuetes y limpia la tierra a la vez. Los de la otra limpieza están a lo suyo
y yo paso con el chófer de un camión para hacerle ver el camino por donde
tendrá que pasar con la madera. Está de buen humor y el viaje se hace corto,
pero el tiempo pasa para todos y los de la finca están cansados y con hambre.
Dejo al chófer en
sitio habitable y vuelvo con los del equipo a su pueblo donde estoy un rato con
los albañiles programando el trabajo para mañana, que es traer arena desde la
zona pantanosa.
Me voy a Balei
donde el maestro mayor está haciendo catecismo con un grupito no muy grande de
catecúmenos jóvenes a los que tratamos de dar a entender la vida de don Bosco.
Hablo con uno de
los maestros y le hago ver que plantar moringa es una costumbre que debemos
aceptar porque nos va a cambiar la vida. Cuando acaba el catecismo están ya los
bancos dispuestos para el rezo del rosario. Traigo a los de Nagoyon que han ido
a Balei para el catecismo y rezamos también el rosario en Nagoyon.
Se ha puesto oscuro
y la lluvia se anuncia, pero recorro el camino y vengo a la granja y la lluvia
sigue sin molestarnos. Esperemos que mañana no nos falle.
Traigo al fontanero
a casa desde la granja con una carga de leña que ha preparado mientras
esperaba. Al llegar a su casa su mujer está encantada con lo que ve.
En casa seguimos
con el generador y la conexión es pasable.
Voy a rezar a
Nagoyon. Han preparado la oración en el presbiterio de la nueva iglesia y todos
cabemos sin apreturas.
Traigo a un grupo
de gente para trabajar en la finca y ya hay otros que también están en el tajo.
Es bonito verles cómo siembran los cacahuetes y cómo preparan la tierra y
remueven lo que les es posible.
Han venido algunos
más que han participado en una ceremonia tradicional y les he traído con los
trabajadores. En casa hago fotocopias de los documentos que necesito para mi
viaje y se me echa la hora encima, pero la siesta no la perdono porque de otra
forma estaría muy cansado por la tarde.
Hoy el fontanero va
a la granja a trabajar y ha llevado a un equipo de gente joven que planta
cacahuetes y limpia la tierra a la vez. Los de la otra limpieza están a lo suyo
y yo paso con el chófer de un camión para hacerle ver el camino por donde
tendrá que pasar con la madera. Está de buen humor y el viaje se hace corto,
pero el tiempo pasa para todos y los de la finca están cansados y con hambre.
Dejo al chófer en
sitio habitable y vuelvo con los del equipo a su pueblo donde estoy un rato con
los albañiles programando el trabajo para mañana, que es traer arena desde la
zona pantanosa.
Me voy a Balei
donde el maestro mayor está haciendo catecismo con un grupito no muy grande de
catecúmenos jóvenes a los que tratamos de dar a entender la vida de don Bosco.
Hablo con uno de
los maestros y le hago ver que plantar moringa es una costumbre que debemos
aceptar porque nos va a cambiar la vida. Cuando acaba el catecismo están ya los
bancos dispuestos para el rezo del rosario. Traigo a los de Nagoyon que han ido
a Balei para el catecismo y rezamos también el rosario en Nagoyon.
Se ha puesto oscuro
y la lluvia se anuncia, pero recorro el camino y vengo a la granja y la lluvia
sigue sin molestarnos. Esperemos que mañana no nos falle.
Traigo al fontanero
a casa desde la granja con una carga de leña que ha preparado mientras
esperaba. Al llegar a su casa su mujer está encantada con lo que ve.
En casa seguimos
con el generador y la conexión es pasable.
Ubicación:
Bo, Sierra Leona
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