Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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jueves, 3 de mayo de 2018
3 de Mayo de 2018
Jueves
Como cada jueves
voy a rezar a Mattru y ya me llama la atención que unos críos me piden que les
lleve… Y es que han venido cargados con leña y ya vuelven a su pueblo. Me
pregunto a qué hora se han levantado… La oración transcurre por los cauces
normales. Hoy la presencia no es mucha y les hago catecismo sobre la fiesta de
los apóstoles que celebramos como columnas de nuestra fe. Después como cada vez
que voy, vamos a rezar por las casas con resultado desigual, aunque se ve que
avanzamos, pues ya se van adquiriendo hábitos en algunas personas, aunque otros
no están presentes y algunos se hacen esperar.
Vuelta a casa,
intento ir a la iglesia cuanto antes y me paso un buen rato rezando antes de
que vaya a llevar el vehículo al mecánico para algunos arreglos, pero no está
en el taller y me dicen que ha ido a una ceremonia. Aprovecho para ir a ver lo
que hacen en la iglesia en Towama y veo que el que hace las celosías está en el
tajo. Vuelta a casa y sigamos rezando. También tengo bloqueado uno de los
números de teléfono y tendré que ir a la central a ver lo que pasa.
Viene el masajista
y me llama la atención como suda, pero la realidad es que yo sin hacer nada
empapo las camisetas, así que él que trabaja… Por lo menos me parece que las
cosas avanzan y me siento más en forma y ciertos dolores articulares van
aflojando. Sigo rezando en la iglesia y recibiendo a los que vienen a verme
hasta la hora de la misa, que de nuevo subo a la habitación a cambiar la
camiseta empapada. Hoy ha venido muy poca gente a la adoración.
Después de la misa
voy a rezar el rosario a Mattru, que aunque dicen que comienzan a las siete, lo
hacen sin prisa y me da tiempo de estar un buen rato esperando para que al
final una quincena de personas aparezcan.
En casa tenemos la
luz del generador y un poco de conexión, pero luego se acabó y no hay forma de
enviar o recibir correos.
Como cada jueves
voy a rezar a Mattru y ya me llama la atención que unos críos me piden que les
lleve… Y es que han venido cargados con leña y ya vuelven a su pueblo. Me
pregunto a qué hora se han levantado… La oración transcurre por los cauces
normales. Hoy la presencia no es mucha y les hago catecismo sobre la fiesta de
los apóstoles que celebramos como columnas de nuestra fe. Después como cada vez
que voy, vamos a rezar por las casas con resultado desigual, aunque se ve que
avanzamos, pues ya se van adquiriendo hábitos en algunas personas, aunque otros
no están presentes y algunos se hacen esperar.
Vuelta a casa,
intento ir a la iglesia cuanto antes y me paso un buen rato rezando antes de
que vaya a llevar el vehículo al mecánico para algunos arreglos, pero no está
en el taller y me dicen que ha ido a una ceremonia. Aprovecho para ir a ver lo
que hacen en la iglesia en Towama y veo que el que hace las celosías está en el
tajo. Vuelta a casa y sigamos rezando. También tengo bloqueado uno de los
números de teléfono y tendré que ir a la central a ver lo que pasa.
Viene el masajista
y me llama la atención como suda, pero la realidad es que yo sin hacer nada
empapo las camisetas, así que él que trabaja… Por lo menos me parece que las
cosas avanzan y me siento más en forma y ciertos dolores articulares van
aflojando. Sigo rezando en la iglesia y recibiendo a los que vienen a verme
hasta la hora de la misa, que de nuevo subo a la habitación a cambiar la
camiseta empapada. Hoy ha venido muy poca gente a la adoración.
Después de la misa
voy a rezar el rosario a Mattru, que aunque dicen que comienzan a las siete, lo
hacen sin prisa y me da tiempo de estar un buen rato esperando para que al
final una quincena de personas aparezcan.
En casa tenemos la
luz del generador y un poco de conexión, pero luego se acabó y no hay forma de
enviar o recibir correos.
Ubicación:
Bo, Sierra Leona
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