Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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domingo, 6 de mayo de 2018
6 de Mayo de 2018
Domingo
Paso el día fuera…
Me levanto temprano y antes de las seis ya estoy en Nagoyon para la misa y para
preparar el trabajo de los albañiles y la colaboración de la comunidad. Hoy no
hay mucha gente en la misa en los pueblos. Hay veces que las cosas salen así.
En Nagoyon un cuarto de los que suelen estar hoy no han venido. En Tikonko las
cosas son parecidas y lo mismo pasa en Towama. El evangelio nos habla de
amarnos y les pregunto si les amo y si me aman y si nos amamos. Variadas
respuestas en los diferentes pueblos. En general reconocen que estoy presente y
cercano pero lo que yo me pregunto es cómo hacer para que se sientan amados, el
reto de Don Bosco para nosotros salesianos.
Tanto en Nagoyon
como en Towama estamos construyendo y en ello estamos implicados todos, por lo
que a todos animo a colaborar en la ejecución de los trabajos que se realizan
en cada sitio. La colaboración local es fundamental para hacer que la gente
sienta las cosas como suyas.
Vuelvo a casa más
tarde de la una. Me tomo el correspondiente plato de arroz, hoy le he puesto
salsa de tomate que tengo en lata, pues la salsa local estaba muy picante.
Después de un rato de siesta en el que he tenido la sensación de descansar
bien, me levanto y recibo a Daniel que ha venido a hacer recados. Le ofrezco el
plato de arroz que yo también he comido y me lo agradece, pues tenía hambre.
Voy a ver el
trabajo de los poceros en la cárcel y luego a comprar unos listones para los
albañiles y por suerte encuentro una serrería que está abierta. En el camino a
los pueblos rezamos el rosario en lengua local, para algo estamos en el mes de
mayo. En Nagoyon los albañiles han terminado el trabajo por hoy. Hay unas
cuantas cosas que corregir, pero no me puedo quejar, creo que ponen interés en
lo que hacen. Les he llevado la comida para la semana y el dinero para comprar
los condimentos.
A la tarde rezamos
el rosario con unos pocos, pues otros han ido con la estatua de la Virgen a
rezar a otro pueblo que no tienen carretera.
Y la vuelta a casa
la aprovecho para traer al fontanero que hoy ha ido a la finca y ha reunido
leña para le fuego además de plantar cacahuetes.
En casa con la luz
del generador y sin conexión.
Paso el día fuera…
Me levanto temprano y antes de las seis ya estoy en Nagoyon para la misa y para
preparar el trabajo de los albañiles y la colaboración de la comunidad. Hoy no
hay mucha gente en la misa en los pueblos. Hay veces que las cosas salen así.
En Nagoyon un cuarto de los que suelen estar hoy no han venido. En Tikonko las
cosas son parecidas y lo mismo pasa en Towama. El evangelio nos habla de
amarnos y les pregunto si les amo y si me aman y si nos amamos. Variadas
respuestas en los diferentes pueblos. En general reconocen que estoy presente y
cercano pero lo que yo me pregunto es cómo hacer para que se sientan amados, el
reto de Don Bosco para nosotros salesianos.
Tanto en Nagoyon
como en Towama estamos construyendo y en ello estamos implicados todos, por lo
que a todos animo a colaborar en la ejecución de los trabajos que se realizan
en cada sitio. La colaboración local es fundamental para hacer que la gente
sienta las cosas como suyas.
Vuelvo a casa más
tarde de la una. Me tomo el correspondiente plato de arroz, hoy le he puesto
salsa de tomate que tengo en lata, pues la salsa local estaba muy picante.
Después de un rato de siesta en el que he tenido la sensación de descansar
bien, me levanto y recibo a Daniel que ha venido a hacer recados. Le ofrezco el
plato de arroz que yo también he comido y me lo agradece, pues tenía hambre.
Voy a ver el
trabajo de los poceros en la cárcel y luego a comprar unos listones para los
albañiles y por suerte encuentro una serrería que está abierta. En el camino a
los pueblos rezamos el rosario en lengua local, para algo estamos en el mes de
mayo. En Nagoyon los albañiles han terminado el trabajo por hoy. Hay unas
cuantas cosas que corregir, pero no me puedo quejar, creo que ponen interés en
lo que hacen. Les he llevado la comida para la semana y el dinero para comprar
los condimentos.
A la tarde rezamos
el rosario con unos pocos, pues otros han ido con la estatua de la Virgen a
rezar a otro pueblo que no tienen carretera.
Y la vuelta a casa
la aprovecho para traer al fontanero que hoy ha ido a la finca y ha reunido
leña para le fuego además de plantar cacahuetes.
En casa con la luz
del generador y sin conexión.
Ubicación:
Bo, Sierra Leona
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