Crónica de las experiencias vividas en Bo (Sierra Leona) por el misionero salesiano Antonio Gutiérrez
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viernes, 4 de mayo de 2018
4 de Mayo de 2018
Viernes
Amanecemos sin luz
y usamos las linternas, pero a la hora de la misa ya funciona el generador. Hoy
se recuperan los números de asistencia y se nota que es primer viernes.
Después de misa y
desayunar voy a la cárcel a ver si están dispuestos a recibir al equipo de poceros
que vienen a profundizar en un pozo, paso por la parroquia de san Pío para ver
lo de los carnets de bautismo y me reciben amablemente, pero pocas soluciones
se pueden ofrecer.
Voy a echar
carburante y a Lembema donde hay una misa funeral por alguien que ha muerto y
que es de ese pueblo, un pueblo en el que hay una escuela católica y no hay
comunidad que rece en el pueblo… Estoy en la misa que dice el párroco del sitio
donde ha muerto el finado y el sepelio siguiente. Por lo menos no ha sido muy
largo.
Vengo a casa
acompañado y después de comer y de intentar un poco la siesta, me voy de
tiendas, que están cerradas. Por lo menos logro comprar en una el cemento que
me han pedido y lo llevo en la furgoneta.
Me encuentro en el
camino a los alumnos de la escuela que han venido a hacer un examen de prueba.
Con el calor y el cansancio que llevaban han visto el cielo abierto cuando
aparecí y encantado de poderlo hacer.
Dejado el encargo
en Nagoyon, veo el trabajo de los albañiles que me parece bueno y meritorio y
voy a Balei a llevar a unos cuantos críos y a beber un trago de agua en el pozo
que tiene un sabor muy agradable.
Me voy a Gbalehun
donde llego con tiempo suficiente para darme una vuelta por el pueblo, saludar
a gente conocida y estar acompañado de críos todo el rato. Acabamos rezando el
rosario un poco antes que otros días y no hay mucha gente, una veintena, pero
eso es lo que hay. Se manifiestan contentos de mi visita.
La vuelta sin
novedad y en casa con la luz del generador y hay conexión que me permite leer
las noticias.
Amanecemos sin luz
y usamos las linternas, pero a la hora de la misa ya funciona el generador. Hoy
se recuperan los números de asistencia y se nota que es primer viernes.
Después de misa y
desayunar voy a la cárcel a ver si están dispuestos a recibir al equipo de poceros
que vienen a profundizar en un pozo, paso por la parroquia de san Pío para ver
lo de los carnets de bautismo y me reciben amablemente, pero pocas soluciones
se pueden ofrecer.
Voy a echar
carburante y a Lembema donde hay una misa funeral por alguien que ha muerto y
que es de ese pueblo, un pueblo en el que hay una escuela católica y no hay
comunidad que rece en el pueblo… Estoy en la misa que dice el párroco del sitio
donde ha muerto el finado y el sepelio siguiente. Por lo menos no ha sido muy
largo.
Vengo a casa
acompañado y después de comer y de intentar un poco la siesta, me voy de
tiendas, que están cerradas. Por lo menos logro comprar en una el cemento que
me han pedido y lo llevo en la furgoneta.
Me encuentro en el
camino a los alumnos de la escuela que han venido a hacer un examen de prueba.
Con el calor y el cansancio que llevaban han visto el cielo abierto cuando
aparecí y encantado de poderlo hacer.
Dejado el encargo
en Nagoyon, veo el trabajo de los albañiles que me parece bueno y meritorio y
voy a Balei a llevar a unos cuantos críos y a beber un trago de agua en el pozo
que tiene un sabor muy agradable.
Me voy a Gbalehun
donde llego con tiempo suficiente para darme una vuelta por el pueblo, saludar
a gente conocida y estar acompañado de críos todo el rato. Acabamos rezando el
rosario un poco antes que otros días y no hay mucha gente, una veintena, pero
eso es lo que hay. Se manifiestan contentos de mi visita.
La vuelta sin
novedad y en casa con la luz del generador y hay conexión que me permite leer
las noticias.
Ubicación:
Bo, Sierra Leona
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