Sábado
Es sábado y es el día de la
peregrinación diocesana. Los peregrinos llegan a nuestra parroquia y desde aquí
vamos a la gruta que los espiritanos tienen en la salida hacia Kenema, con
penitencia y misa incluidas. Yo estoy en casa y aprovecho para hacer una buena
limpieza de la habitación y poner cosas en orden, pues por la tarde tengo
catecismo y no quiero perder el momento de formación.
Seguimos con las construcciones. El
pozo de la escuela de al lado de casa va a buen ritmo, el de Lembema es otro
problema, siguen encontrando piedra… Y en Nagoyon la gente está trabajando con
seriedad. Les llevo un molde para las celosías pero tiene defectos
de fabricación y hay que volverle al taller. Les veo animados en el trabajo.
Las reuniones dejan que desear. Los
maestros se hacen de rogar para llegar y algunos no han venido. Las parejas
hacen lo que pueden, pero también los hay que están trabajando y no se puede
estar en dos sitios a la vez. Por lo menos los que vienen tienen algo que decir
y las cosas van en positivo, en especial los que se preparan para los
sacramentos.
En Tikonko seguimos con los
problemas de poca gente en el catecismo y acabo antes de tiempo, lo que me
permite ir a Towama un poco antes y tener un rato de contacto con los del coro.
Por lo menos ves el ambiente, intentar explicar algunas cosas y les haces ver
lo importante que es hacer algo por los demás.
En casa, tarde y sin luz, además de
sentirme cansado, me voy a dormir pronto y sé que si despierto durante la
noche, tengo un libro para leer.
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