Como cada domingo me levanto
temprano y la ida a Nagoyon es cargado, pues llevo los víveres para la comida
de los trabajadores durante la semana. Además llevo unas botas de las que
vinieron en el contenedor para los que hacen el cemento, que estaban haciendo
la masa descalzos… Les da mucha alegría ver las botas y la noticia corre.
En Tikonko hoy la gente está antes
de tiempo y se acercan al centenar. Les animo a que lo sigan haciendo de forma
regular, pues es la forma de crear comunidad. Hay alguna pareja de Nagoyon en
la misa y les invito a hablar de su experiencia y a ver si se animan a que las
cosas pasen también de la misma forma en Tikonko. Al final de la misa se quedan
decidiendo alguno de los métodos para hacer que la gente venga de forma
regular.
En Towama llego un rato antes y poco
a poco la gente se hace presente y la misa sigue sus cauces normales. Les animo
a que se dediquen a rezar en parejas y la gente escucha. Después de la misa una
mujer, viuda, me dice que el problema es que hay muchos hombres con más de una
mujer y que esos no van a cambiar y que hay mujeres que tienen hijos con varios
hombres y que eso tampoco va a cambiar… Así que habrá que seguir teniendo
paciencia y comenzar a instruirles con calma.
Hay un buen plato de arroz que han
traído en la comida y después me echo un rato de siesta, pues me encuentro
cansado y con sueño. Hay luz y puedo cargar las baterías de los diferentes
aparatos que estaban al límite.
La
oración de la tarde con luz, lo mismo que la cena, nos dan un ambiente
diferente, pero luego se acaba el gas y pasamos la noche a oscuras, lo mismo
que internet, que seguimos sin conexión desde que se ha averiado una de las
antenas en un pueblo no lejos de aquí y que parece que no lo logran arreglar
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