El tiempo pasa a toda velocidad y
sin darse cuenta. Seguimos sin luz y rezando con la linterna y en la misa con
el generador y sin mucha gente, pero es que hay también misa por la tarde.
Mientras Joseph tiene reuniones y
Segej va a visitar a los menores en prisión, me dedico a limpiar la habitación
y a seguir al mecánico con el arreglo de la fuga del depósito de carburante,
además de concluir los preparativos para tener todas las cosas en marcha para
que la motosierra pueda comenzar el trabajo el lunes.
También he hablado por teléfono con
Andreas sobre proyectos que tenemos pendientes y el arquitecto que hemos pedido
para hacer el plano base de lo que queremos hacer en Towama, además de pedirle
que venga a ver si arreglamos lo del pozo de agua de Lembema. Después hablé con
Carmelo, el médico que acaba de llegar de España para operar durante una
semana. No sé si acabaremos pudiendo vernos…
El mecánico se retrasa y ya salimos
tarde hacia los pueblos, pero por lo menos llevamos lo necesario para el
trabajo y eso me hace ver que avanzamos, aunque quizá no al paso que me
esperaba, pero vamos adelante.
Los maestros no están a la cita.
Cuando llego algunos se acercan y, después de un momento para saludar a los que
construyen, comenzamos la reunión en la que logro que vayan interviniendo uno
detrás de otro y comenten cómo se sienten después de tiempo que llevamos
juntándonos y lo que han aprendido en las clases. Veo que están satisfechos del
trabajo que hacen y que muchas cosas han cambiado en sus vidas y en las de los alumnos
que tienen en clase, lo que me parece muy positivo, aunque sólo sea el comienzo
de algo que nos llevará mucho tiempo y esfuerzo.
Para las parejas la situación no es
mucho mejor. Hace varias semanas que no llegamos a la media docena de parejas y
hoy estamos en las mismas. Por lo menos puedo decir que la cosa va en positivo
y veo que los que están saben a lo que están.
Después de la reunión de parejas
tengo todavía una reunión más con los jefes tradicionales de varios pueblos que
han venido por diversos motivos, uno de ellos importante es la cuestión de la
madera para el mobiliario de la escuela de cada pueblo. Como saben que hay
máquina para cortar madera, saben que hay posibilidad de hacer algo.
Cuando veo que las cosas están
marchando, les dejo a ellos que se las entiendan con el que va a usar la
máquina y que cada pueblo vea lo que puede hacer. Para mí ha sido una de las
sorpresas que he recibido esta tarde, el ver a los jefes de los pueblos que han
venido y están interesados en hacer algo por las escuelas. Esperemos que dure y
que cunda el ejemplo.
Creo que les ha llamado la atención
el verme que he comprado la máquina y que no estoy interesado en explotarla,
sino en que ellos la puedan usar para lo que necesitan, que es madera para los
pupitres de la escuela… Quizá hoy han visto que no es dinero lo que buscamos y
que estar con ellos y enviarles a la escuela, críos y adultos, es nuestro
objetivo… A ver si llegamos a hacerlo realidad.
En Tikonko hay un grupo de gente
joven tocando el tantán y varios críos les hacen coro o danzan. Llego tarde,
pero les explico que ya saben que si tengo alguna cosa seria que hacer en el
otro pueblo, que no vengo a la hora porque ellos tampoco suelen estar a la
hora…
Aparece Abu, el catequista, que hace
tres semanas que se fue a trabajar para lo del censo de las elecciones, pero la
cosa es que viene a conocer a su hija que acaba de nacer. Ha sido algo bonito
ver el cariño con el que la ha acogido, pero también interesante la relación
con su mujer, pues vienen a las reuniones de parejas y avanzan a buen ritmo
preparando su matrimonio.
En Towama la iglesia está cerrada.
Es demasiado tarde para que me estén esperando. Pienso que mañana
podrán hacer un buen papel en la misa.
Tenemos luz del generador, pues hay
una vigilia en la iglesia, lo que me permite cargar baterías y enterarme de
noticias.
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