Es día festivo y nadie se mueve. Las
tiendas están cerradas y el mercado vacío. Tenemos un encuentro en Madonna con
gente de las dos parroquias para celebrar la fiesta de la resurrección y nos
acompaña el obispo. Si al principio no son muchos, sí acaban siendo un grupo
aceptable. La misa se hace en el colegio y la gente busca la sombra de los
pasillos mejor que la de los toldos que se han preparado.
Hemos llevado la imagen que vino en
el contenedor de la Virgen de Lourdes y se la hemos presentado a la parroquia
como obsequio de los salesianos. La han aceptado con alegría y prometen
encontrarle un lugar digno en la iglesia, donde no tienen ninguna estatua de
María.
Después de la misa la fiesta se
sigue y hay bastante buen ambiente. Una inoportuna indisposición me hace estar
por la tarde en casa, pero no pasa a más y se acaba como vino.
Seguimos sin luz y el problema de la
conexión a internet es algo que se prolonga ya durante mucho tiempo.
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