Digo la misa en Towama. Poca gente
para el momento presente, pero es lo que hay. Esperemos que vaya a mejor.
Después del desayuno voy a ver a
algunos con quien tengo deudas y seguidamente la moto taxi me lleva a la
catedral donde tendremos la misa crismal, presidida por el obispo y casi todos
los curas están presentes. Hay una buena representación de fieles y no ha sido
tan larga como me esperaba, pues antes de las doce ya estábamos fuera.
La tarde me sirve para preparar
cosas para mañana, ordenar cosas del contenedor, visitar a los maestros, ir a
Nagoyon a ver lo que pasa en la construcción y volver a casa a la hora de la
oración y la cena. Estamos sin luz y así pasaremos la noche entera.
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