Digo la misa en Nagoyon, pero con
problemas. Cuando voy a salir la rueda que repararon ayer está de nuevo
pinchada. Me paso al otro vehículo y traspaso la carga, hoy unos cuerpos de
andamios. Por suerte el viaje es sin ningún percance.
Me traigo a los maestros que
comienzan las clases cuando los alumnos están de vacaciones. El transporte es
un problema que les preocupa y por eso intento acoplar sus viajes con los míos
y así nos beneficiamos todos. No están todos, pero sí la mayoría. Les prometo
venir a verles durante la jornada, pero ahora tengo prisa.
A las ocho estamos en los
espiritanos para comenzar el retiro que tenemos los curas y lo hacemos rezando
laudes. Luego los que han venido toman el desayuno y a continuación la charla,
que da paso a un rato de reflexión y yo me voy a encontrar a Andreas y
Cristina, de la ong de Madrid, que vienen a ver la presencia de Bo. A cristina
la conocí en Bilbao y ahora trabaja en Madrid. Es interesante el que vean lo
que hacemos y lo que nos proponemos y que podamos construir juntos. Después de
comer en el comedor mismo, tenemos un rato de hablar y presentar lo que
llevamos entre manos y ver lo que se puede tomar como proyecto factible para
obtener financiación. Luego se vuelven para la capital pues ella tiene avión
mañana. Hemos visitado a los maestros que vienen de los pueblos y les ha hecho
ilusión el que venga a verlos y les traiga visitantes.
Han reparado el pinchazo por la
mañana, pero cuando me decido a salir, veo que hay un charco bajo el vehículo y
resulta que es carburante. El mecánico viene y se pasa la tarde arreglando la
fuga que tiene el depósito.
Lo del contenedor hoy ha sido de
calma, pues no se puede estar a todo y en todas partes. Hoy ha hecho bastante
calor y se notaba en el sudor y la sensación de agobio que no te deja hacer
nada. Había 35 grados y un buen porcentaje de humedad en el ambiente.
A las nueve de la noche me han
traído el vehículo reparado, lo que me permitirá mañana visitar a los de los
pueblos.
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