Seguimos
amaneciendo sin luz y en Madonna preparamos algo especial
para colocar la estatua de la Virgen que nos llegó en el contenedor.
Desayuno y leo el periódico y sobre todo los correos que varios me han enviado.
Cuando
salgo para rezar con la gente de la cárcel me viene a ver el cura de otra
parroquia que necesita la furgoneta que quiere llevar un cadáver a un
pueblo. Como no hay forma de entendernos en los horarios, le digo que lo puedo
hacer yo después de rezar con los presos y eso es lo que hago. La oración en la
cárcel es sencilla y recordamos de nuevo lo que les dije la semana pasada y
prometen que harán esfuerzos por vivir el ambiente de amistad entre ellos.
El
transporte del cuerpo es sencillo, desde la morgue del hospital hasta un pueblo
que está al lado del asfalto. El cura va delante en su coche y yo le sigo con
el cuerpo y la viuda que hace de copiloto. No habla inglés, pero rezamos el
rosario en su lengua en el camino de ida. La vuelta es rápida pues la hora se
echa encima y no quiero llegar tarde a la reunión con los maestros.
Tengo
a gente que me encuentro en el camino. Ha comenzado a llover no con mucha
intensidad pero suficiente para calarte entero.
Las
reuniones de maestros y parejas en su ambiente. Hoy no han venido muchos
maestros y la lluvia sigue cayendo, lo que hace que se oiga muy poco la
conversación. Veo que avanzamos pero con lentitud. No me puedo quejar que las
cosas van adelante.
Terminada
la reunión de las parejas, me junto un momento con los encargados de la
construcción en la comunidad y me presentan lo que se necesita, así se lo iré
trayendo en veces cuando venga.
Ha
venido conmigo la señora Cecilia, la madre del salesiano que está en Lungi y ha
aprovechado para hacer acopio de leña.
Estamos
sin luz y espero que venga más tarde, cosa que sucede y me levanto a trabajar
un rato en el ordenador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario