Ha
llovido mucho durante la noche y la sensación es de frescor, pero tenemos más
de veinticinco grados en casa… Hay luz y resulta agradable levantarse y asearse
viendo lo que se hace.
La
oración y la misa, hoy con bastante gente, son las actividades de comienzo.
Después del desayuno y un rato de limpiar la habitación, voy a rezar con los de
la cárcel. Tengo la suerte de entrar sin problemas y la sorpresa de ver que lo
que les dije la semana pasada ha surtido su efecto. Les invité a rezar por
parejas y compartir como amigos. Hay una pareja que nos dice que han cambiado
mucho en esta semana y que sobre todo están alegres, mientras que antes estaban
tristes… Escucho y me alegro con ellos. Otros dos intervienen y dicen que las
peleas que había cada día en el patio, han disminuido y esto de forma my
sensible. Ellos han tenido una parte muy importante en este hecho. Les felicito
de nuevo y animo a todos a que sigan en la labor. También les anuncio que el
sábado próximo no vendré para que no me esperen, pero les animo a que sigan en
el trabajo que han comenzado.
Hoy
hay reunión del consejo parroquial y tengo una sensación my agradable de lo que
se hace y lo que se trata, aunque también les animo a pensar en temas
catequéticos y oracionales. Mi impresión es muy positiva y les felicito, en
particular ante el problema de la avería del coche de la parroquia que han querido
asumir el pagar lo que cuesta la reparación, una suma muy considerable para
aquí.
Después
de la comida y la siesta, me voy a los pueblos. Están trabajando en la
construcción. Llueve con intermitencia y cuando para de llover, siguen su
trabajo. Algunos maestros han venido, pero por la lluvia, llegan tarde y otros
trabajan en la obra, así que me lo tomo con calma y leo un rato. Más tarde
tenemos el encuentro de las parejas. Hay varios temas interesantes y lo que veo
como especial es que ellos van tomando conciencia de su responsabilidad y la
van asumiendo.
Cuando
vuelvo me encuentro a Christian que ha venido de Freetown y Joseph está fuera,
pues hay una velada de oración en una casa.
La
temperatura ha disminuido y no se suda y la sensación de frescor se nota. El
termómetro marca veintisiete grados.
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