No
tenemos luz y ya parece que te habitúas a ello. Ha llovido por la noche y
cuando voy a Towama se ven los efectos, pero el camino ya está más o menos
oreado. En la oración la gente va aumentando en número, aunque sea poco a poco.
Lo mismo pasa en casa, donde llego antes de la hora, pues la distancia no es
grande entre los dos sitios.
Después
del desayuno hablo un rato con el cocinero. Le digo las cosas de nuevo, me dice
que me entiende, pero también le hago ver que me lo ha dicho varias veces y que
ahora quiero estar presente cuando prepare la comida, cosa que hace y por la
tarde tenemos una pizza aceptable y que comemos con agrado.
Hemos
tenido al fontanero arreglando grifos y limpiando el depósito que había creado
algas. Es un buen elemento con ganas de trabajar y con pocas posibilidades, por
lo que intento ayudarle en lo que puedo. También han estado el carpintero y un
pintor. Uno ha dicho que va a preparar un presupuesto y el otro ha estado
pintando el techo de la entrada, que estaba muy deteriorado. Con ello
intentamos hacer algo de reparación en la casa que bien lo necesita.
Voy
a visitar las obras y llevo cemento que estaba acabándose. Hablo un buen rato
con los que están allí una vez que han acabado el trabajo. Hay muchas
posibilidades y mucha ilusión por muchas cosas. Les hago ver que yo estoy
disponible y que me ven regularmente estar con ellos.
El
camino sigue deteriorándose y cada vez cuesta más el recorrerlo y siempre hay
viajeros en camino a los que llevar.
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