Madrugo y voy a Nagoyon para la misa. Hay unos pocos y
algunos más llegan, pues he comenzado un poco antes para poder venir también a
Madonna. El camino está tan deteriorado que a pesar del esfuerzo, llego unos
minutos tarde, pero ya les había advertido y han esperado mi llegada
pacientemente. Prefiero estar en los dos sitios rezando aunque apretado por el
tiempo, que dejar a unos sin misa.
Cuando llego a casa el profe de lengua me está
esperando y trabajamos un buen rato sobre el evangelio del domingo que esta
semana es largo.
Salgo con el cocinero al mercado. Compramos pescado y
empieza a llover y lo mismo pasa por la tarde, por lo que estoy en casa
estudiando un rato lo que he visto con el profe por la mañana y revisando el
almacén que aún hay cajas que tienen sorpresas.
Joseph vuelve de su viaje y nos juntamos a la hora de
la oración. En la cena intercambiamos noticias y comentarios en especial de los
cambios que ha habido de personal en la provincia. Como conozco muy pocos, me
paso mucho rato escuchando los comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario