Último día de mes y Joseph ha ido a Lungi a buscar a
alguien que viene en el avión. Voy a decir la misa a Madonna y vuelvo para la
clase de lengua, pero el profe no está muy en forma y lo dejamos para otro día.
Tenemos en casa los que van a ser animadores del
campamento que empezamos la semana que viene y hay que entrenarlos. Comenzamos
con una misa, si bien antes he intentado ver la situación en la que se
encuentran. Puede pasar, la mayoría están bautizados y comulgan.
Me paso la mañana con ellos hablando de geografía,
historia y tratando de situar a Don Bosco y sus sistema preventivo en el
contexto de su tiempo. Lo intento hacer ameno y atrayente, aunque algunos
siguen su móvil más que lo que les digo… Se sorprenden cuando les pregunto cómo
van a reaccionar la semana que viene cuando ellos estén en mi sitio y los críos
en el suyo…
Por la tarde tienen entrenamiento y juegos de los que
van a preparar para los críos de la semana que viene. Yo voy también a Nagoyon.
Llevo comida para los que van a trabajar en el acondicionamiento de la iglesia
y alrededores y algunas cosas para los albañiles que mañana se van a su destino
en espera de volver después de la lluvia.
Tenemos un rato la luz, pero después se va y nos
pasamos la noche en blanco, o mejor en negro.
Fin de mes y momento de hacer balances y de dar
gracias a Dios por el trabajo que hemos hecho y pensamos en particular en la
iglesia de Nagoyon, y pedirle fuerzas para el mes que sigue.
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