Ha llovido durante la noche y estamos sin luz. Por la
mañana sigue lloviendo y son pocos los que vienen a la misa a cuenta de la
lluvia. Después tengo un rato de clase con el profe que me ayuda a leer el
evangelio que leeremos le domingo.
Sigo con mis problemas con los efectos del paludismo,
pero prefiero no acordarme de ello a ver si así se van pasando. Sí
que descanso un rato al final de la mañana porque me siento muy cansado.
Por la tarde pienso en ir a los pueblos, pero comienza
a llover intensamente y me lo pienso, porque recorrer el camino es complicado y
no voy a encontrar a la gente y luego la vuelta es un problema. Prefiero estar
en casa leyendo, rezando y organizando el almacén. También salgo a dar una
vuelta por el mercado y no se ve mucha gente.
He hablado por teléfono y sigo haciendo gestiones para
encontrar transporte para la arena. Esperanzas de algo bueno hay, a ver en qué
se concretan.
Por la noche hay una misa de una vigilia por un
difunto y entre los que vienen está el obispo que preside. Hablamos un momento
y quedamos de seguir haciéndolo el lunes que habrá una reunión especial del consejo.
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