Seguimos con la misma tónica que ayer de luz y de
lluvia, pero hoy, último sábado de mes, la gente está limpiando el barrio y no
vienen a misa por la mañana, pero sí lo hacen los de Madonna, donde voy y me
encuentro con un grupo no muy grande porque vienen los que están cerca y llegan
a pie, pues las motos no circulan hasta las diez.
Vuelvo a casa, leo un rato, preparo cosas par la
tarde, limpio la habitación y me preparo para ir a rezar a la cárcel. Hoy no ha
habido problemas en la entrada y el rato que he estado don ellos rezando ha
sido muy agradable, viendo que hay grupos de amigos que se comunican y que
cuando hablo con ellos sonríen, cosa que no suele pasar en la cárcel de ordinario.
Esto es algo que me anima en el trabajo y sobre todo estar con los que nadie
quiere y hacerles sentirse felices durante un rato.
En casa me paso un rato con el cocinero y seguimos en
la batalla por hacerle comprender cosas que le resulta difícil ver, pero que
tenemos que hacerle comprender.
Después de comer y echar un rato de siesta, me
encamino a los pueblos, hoy seguido por viajeros desde casa y comprando algo
que falta para acabar el tejado.
Cuando llego ya hay algunos esperando y otros más se
van sumando y como hay gente de las parejas además de los maestros, intentamos
hacer la reunión conjunta. No sé si ha sido una buena idea, pero por lo menos
han intervenido unos y otros y hoy, cosa admirable para estas fechas, ha habido
casi treinta adultos presentes, aunque las comunicaciones no se han salido de
lo ordinario de que se entienden y no discuten.
Después de la reunión he tenido un rato de encuentro
con el operador (es el nombre que dan aquí al que funciona con la
motosierra) y con el que más o menos le sigue en el monte. La cosa ha sido
fácil y nos hemos prometido continuar con el trabajo y con los compromisos
adquiridos.
Después estuve un buen rato para intentar obtener
fotos de un teléfono en el ordenador, pero no lo logré. Sí me hizo venir más tarde
de lo que suelo llegar y me llamó la atención la paciencia que han tenido los
que me esperaban para volver a sus casas, las parejas que habían venido de otro
pueblo.
Sigue habiendo gente en el camino a los que invito a
entrar en el vehículo y que están más que contentos. Les ha pillado la noche en
camino y el que se les lleve un trozo del camino en coche es siempre una
alegría para ellos.
En casa, cena, ver un rato los correos y a dormir que
mañana espera día largo.
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