Sigo bajo los efectos del paludismo, aunque no me puedo
quejar porque he logrado dormir y paree que la cosa amaina. En la misa hay
bastante asistencia y nos acompaña un cura profe en el seminario que también
coincide que hoy celebra su cumpleaños, lo que contribuye a dar un ambiente
festivo a la celebración.
Le invito a que presida la misa mañana, pues me ha
dicho que estará unos días. Eso me permitirá estar en Nagoyon sin las apreturas
de cada martes.
El profe de lengua ha venido a misa y en cuanto acaba,
nos ponemos a trabajar un rato sobre los evangelios que tengo que leer esta
semana. Aunque no sea más que por ver la entonación con la que lee, veo que
merece mucho la pena lo que me ayuda en la lectura.
Después del desayuno tenemos la reunión de cada lunes.
Vemos algunas de las cosas realizadas y lo que tenemos pendiente. Estamos
intentando adecentar algo la casa y carpintero, fontanero, pintor y otros se
presentan y tenemos nuestras “peleas” a cuenta de trabajos mal hechos, pero es
lo que tenemos aquí como profesionales, gente con muy poco saber hacer.
Está lloviendo y hacer la colada es una aventura
porque no sabes cuando va a secar la ropa, pero hay que lavarla…
Me paso mucho rato leyendo y preparando cosas para la
semana. Sigo con los efectos del paludismo y tampoco quiero forzar la máquina,
así que me tomo la cosa con calma y no salgo a los pueblos.
Estamos sin luz y la oración y la cena son con la
linterna. Además nos acompaña la lluvia a ratos. El ambiente de humedad es
elevado.
Me acuesto después de leer un rato en espera de que
aparezca la luz y pueda trabajar un rato en el ordenador.
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