Es domingo, pero la Virgen del Carmen está presente,
además de que rezo por las Carminas…
Digo la misa en casa. A la primera hay bastante
asistencia y un cura y un diácono que se suman. Para la segunda hay mucha menos
gente y es que el cura que se ordenó ayer dice la primera misa en otra
parroquia y mucha gente asistirá a esa celebración.
Intento resaltar la experiencia de las parábolas y de
la vida de la que nos habla la de hoy y animar a todos a participar de la
lectura del evangelio y a venir a la misa si pueden durante la semana.
Acabada la segunda misa me siento cansado y me voy a
dormir después del plato de arroz de cada domingo. Duermo un buen rato y al
despertar me encuentro más en forma y salgo hacia los pueblos.
En Nagoyon voy a decir la misa, pero hay otros
asuntos que arreglar, la cuestión de la construcción que requiere materiales
que necesitamos y traer madera desde donde está cortada y no hay camino. Además
hay problemas con el que corta la madera y he tratado de encontrarme con él,
pero hasta ahora no he logrado coincidir para hablarnos.
A la misa hay una buena asistencia, aunque se nota que
prefieren la hora de la mañana, pero no hay posible elección.
Intento contactar al director de la escuela y no hay
forma, su teléfono comunica, estará sin batería, algo corriente por aquí.
En casa con luz y conexión, aunque sea mala, veo las
noticias, pero no hay forma de entrar en skype.
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