Es
la fiesta de la Madre y lo celebro empezando por Towama, donde digo la misa a
un grupo de asiduos y que va aumentando poco a poco. Hay detalles que ver en la
construcción y voy acompañado del señor que usa la motosierra en el monte, que
necesita algunas piezas. Entre otras cosas voy a ver cómo trabajan a la vez que
visito otros sitios cercanos. Unas cuantas fotos nos pueden dar idea de lo que
se hace para cortar los árboles, que serán la madera del tejado de la iglesia y
los bancos de la escuela de los críos. Ver tirar un árbol me da pena, pero veo
que es lo que nos va a permitir construir y es un bien que los de los pueblos
tienen y que pueden utilizar y recuerdo lo que se hacía en el pueblo cuando,
siendo pequeño se cortaban hayas o robles para servicio del pueblo y cómo
participaban los hombres, lo mismo que trato de hacer aquí ahora mismo.
Han
venido los jóvenes de Liberia que habían ido a visitar la capital y les
acogemos y les damos cena y cama. Yo voy a rezar a los pueblos y a pedirle a la
Madre que nos ayude en nuestra vida de cada día. Cuando vuelvo llueve de forma
abundante y me parece que la cosa es generalizada y que las lluvias se han
hecho ya presentes de forma regular. Ahora entramos en una rueda de subir la
temperatura y tener una enorme humedad hasta que llueve, que la temperatura
baje y tengamos la sensación de alivio, y que se repita el ciclo, y todo esto
con sudor abundante y sensación pegajosa.
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