Voy
a decir la misa a Nagoyon. Ahora con la lluvia el camino se hace más
complicado. Tengo la suerte de encontrar quien diga la misa en Madonna y así no
necesito venir corriendo. El camino se va deteriorando por el paso de vehículos
y cada vez te lleva más tiempo el recorrido. Me acompañan varios de Tikonko que
el domingo escucharon que la gente en el otro pueblo se juntan para rezar
tempano. Han venido y han visto no solo lo del rezo, sino también la
construcción que estamos haciendo y les ha gustado.
El
camino de vuelta es cargado de viajeros, entre otros, estudiantes que vienen a
clase, además de quienes vienen por sus asuntos, pues en momento de lluvias la
gente va al campo.
Hablo
un rato con el cocinero y luego salgo a comprar cosas que necesitan en la
construcción y cambiar dinero, pues en la calle es mucho más interesante que lo
que te ofrecen en el banco. En el mercado los precios de la fruta están por las
nubes.
Después
de comer el cielo se pone negro y la lluvia llega copiosa, pero luego escampa y
puedo ir a los pueblos. En el camino recibo llamada de Andreas, que andamos a
vueltas con el que nos traigan el tractor. A ver si por fin nos llega. Me
acompaña Ishmail, uno de los maestros que ha venido a comprar cosas a Bo y en
el trayecto aprovecho para intercambiar información y hacerle sugerencias, pues
es uno cuya familia es musulmana, pero él ha estado en una secta y se ve un
poco ligado a los amigos anteriores y le cuesta entrar entre los miembros de la
nueva comunidad, aunque me dice que se siente bien y que las cosas avanzan.
He
ido a ver al mecánico y sigue insistiendo en ir a buscar el camión. Como no
habla inglés le cuesta expresarse y hablando en criollo no le entiendo todo.
Espero que llegue le tractor y luego veremos. Paso por el terreno y el
fontanero ha ido hoy a trabajar. Ha juntado palos y me dice que es buena leña
para el fuego.
En
Nagoyon en la construcción han finalizado el trabajo del día y veo que han
puesto un encofrado de arriba. Se avanza y se ve que vamos por el buen camino.
En Balei veo los semilleros, hablo un rato con varios de los profesores y después
rezamos el rosario en el terreno de la escuela. Hoy casi son cincuenta. Cuando
acabamos vengo a Nagoyon para rezar y hoy no han preparado nada. El catequista
ha ido a rezar con la estatua a otro pueblo y Daniel me ha dicho que iba a otro
pueblo, con lo que no hay nadie que dirija. Sin pensarlo dos veces lo hago yo,
lo que sé en su lengua y lo que no sé en inglés. No había muchos, pero por lo
menos los que estábamos rezamos con devoción.
Y en
la vuelta a casa, bien acompañado hasta Tikonko, pues además de los que venían
de las granjas, se han sumado varios con garrafas de aceite y otros con carbón
o leña.
En
casa hay luz que acaba de venir. Cenamos y me propongo conectarme, cosa de la
que no estoy bien seguro, pues la calidad de la conexión suele ser bastante
mala.
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