No
dormí mucho por la noche, pero no me encuentro cansado. Después de rezar en
casa voy a decir la misa a Madonna, donde encuentro un buen número y algunos
jóvenes. Estamos en la espera de pentecostés y todos debemos rezar con
intensidad por la venida del Espíritu.
Después
de desayunar tenemos la reunión comunitaria. Hay muchos retos que tenemos entre
manos y dar a cada uno su sitio y momento es tarea importante que debemos
hacer.
Ha
venido el fontanero, persona trabajadora a quien propongo hacer un trabajo en
el terreno que tenemos en Towama. Vamos a ver la situación y acepta preparar
las cosas para que podamos pensar en plantar moringa. Me encuentro con el señor
que cultiva en nuestro terreno porque ellos no tienen tierra y hablamos un rato
para darles confianza que podrán sembrar cosas en nuestro terreno sin tener
problemas.
Me
paso por la ciudad, compro algunas cosas, se pone a llover, pero luego acaba
escampando y cuando vengo a comer ya hace sol. Después de comer me paso un buen
rato con el cocinero que necesita comprar las provisiones para la semana. No es
capaz de escribir y le cuesta comprender cosas que le digo. Veo que tengo que
emplear tiempo con él y ayudarle a reparar alguna cosa de comida más variada.
Estoy
leyendo y preparando las cosas para mañana y pensando en salir a rezar el
rosario y se desata la lluvia, lo que me hace pensar que es mejor quedarme en
casa, pues cuando llueve poca gente sale de casa y tal como se está poniendo el
camino, mejor no correr para encontrarte con muy pocos. Eso me ha permitido
rezar en casa y seguir los controles que para los sacramentos están teniendo
los catecúmenos en la parroquia.
Cuando
estamos cenando viene la luz y luego puedo leer las noticias, ver el correo y
comunicarme en skype con mi hermana que hacía más de un mes que no nos
hablábamos.
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