La
luz nos ha acompañado durante toda la noche y sigue por la mañana, lo que nos
da la ventaja de levantarnos y rezar con luz. Voy a decir la misa a Madonna y
hay algunos más que los otros días y les sigo animando a ser misioneros y en
especial hoy a estar alegres, pues celebramos uno de los santos conocidos por
su alegría, san Felipe Neri.
El
vehículo no ha arrancado y he ido a pie hasta que encontré una moto que me
llevó y lo mismo hice para volver a casa. En el intermedio llamé al mecánico.
Como tengo dos teléfonos, llamo a los dos y el que me responde le doy el
trabajo, pero me prometen tener el vehículo para las cuatro de la tarde.
Paso
la mañana leyendo y preparando cosas, además de recibir a algunos y escribir
correos a los que hace tiempo que no me comunico con ellos. Después de comer me
siento tranquilamente a leer y con el propósito de no preocuparme si las cosas
del vehículo no están a la hora. Leo y leo y leo; y a las siete de la tarde se
presenta el mecánico con el vehículo… Como comentario me dicen que le han
lavado y eso les ha llevado tiempo… Me doy cuenta de que el problema es que
hablamos un distinto lenguaje, yo tengo el reloj y ellos no lo tienen y no
comprenden que yo les pida que las cosas estén a una hora, ellos hacen el
trabajo y vienen cuando han acabado… Espero que con ello no mueran de infarto…
Yo por lo menos hoy me he mantenido en calma y les he tratado de explicar algo
que para ellos no cuenta, el tiempo. Ninguno de los dos que han venido tiene
reloj y no saben poner en hora el reloj que tiene el vehículo… O comprendo su
situación, o estoy perdido; así que paciencia y saber que si necesito el
vehículo para una hora precisa, tendré que estar cerca de ellos y hacerles
saber que yo si tengo reloj… Aunque ellos tengan el tiempo… Viviendo y
aprendiendo.
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