Empezamos mes y lo hacemos en domingo, lo
que quiere decir salir pronto de casa y visitar los pueblos. Hoy he ido en
primer lugar a Balei y he visto cómo el agua del pozo de regar en la escuela,
va subiendo de nivel cada vez que llueve, así como el trabajo que los alumnos y
los maestros han hecho de plantar cosas en el terreno de la escuela, también
crecen.
Mientras hago este trabajo doy tiempo a
los que van a venir a misa para que se preparen y entren en el vehículo que
regresa lleno a Nagoyon, donde también me doy una vuelta por las casas
saludando a los presentes e invitando a venir a rezar a algunos remisos.
La cosa pasa de forma muy normal. Hay un buen
número de gente para la celebración y en especial algunos que eran poco asiduos
están viniendo regularmente, cosa que me hace sentir una agradable sensación.
Como ayer no tuve tiempo de estar en la
reunión de parejas hasta el final y han reunido dinero, hoy les he dado la
colecta para que la sumen a lo que van a dar al que tiene a la esposa en el
hospital. Creo que no se lo esperaban.
Y también como otras veces, siempre hay
gente que se apunta a viajar y llego a Tikonko cargado. Aquí hay unos cuantos que
ya me esperaban y para mi sorpresa están presentes en buen número, pues cuando
pasé pronto por la mañana, oí la música de una ceremonia tradicional que había
durado toda la noche y ya estaba pensando en lo que había pasado otras veces,
pero hoy estaban presentes, aunque sí algunos fuera de control, pues no
lograban mantenerse sin dormir.
Tanto en uno como en otro sitio hice el
comentario de las asistencias a esas ceremonias y lo que ellos mismos
comentaron en una reunión que tuve con los responsables de las distintas
comunidades. Me sorprendió agradablemente que ellos mismos sugirieron que
retirarse a una hora prudente era lo mejor que podían hacer y avisarse unos a
otros era la forma. Cuando escuché esto, me pareció que sí que hay muchas cosas
que están cambiando y que estar con ellos y acompañarles merece la pena.
En Towama hoy han tenido sus problemas a
la hora de la misa, pues celebran su fiesta los jóvenes y habían invitado a un
cura a que viniera, pero al final les falló y luego llamaron a otro que, aunque
tarde, por lo menos pudo venir. No me quedé a la fiesta, pues se me hacía tarde
y estaba con necesidad de dormir. La noche anterior no había dormido bien y por
la tarde me esperaba también estar en los pueblos para el rezo del rosario.
Después de la siesta me encontré un rato
con los otros salesianos, que habían estado largo tiempo en una ceremonia en la
iglesia y conversamos durante un tiempo. Luego salí a visitar a un enfermo que
hace tiempo que quería ver y me fui a Towama para el rosario, pues comienzan
antes que en los otros pueblos, lo que me permite estar en dos pueblos cada
día. Aquí la situación no es muy brillante, hay poca gente, menos de una
docena, pero por algo se empieza, y habrá que ir sembrando con paciencia. Les
doy una estampa que reciben con interés y me voy a Tikonko, donde quiero estar
presente en una de las casas en las que la mujer viene a rezar y el marido no
aparece, cosa que también ha hecho hoy, pues cuando estamos rezando y no le
veo, me dicen que se ha ido a otro pueblo… Armarse de paciencia y tratar de
buscar las ocasiones oportunas, es algo que creo que tengo que hacer y, como
ahora conozco la casa, me presentaré de forma inesperada para ver si coincide
que le pueda encontrar y hablarle.
En casa no hay luz ni conexión y tampoco
demasiadas posibilidades de nada, pues hasta sin agua estamos, ya que hay
problemas en la bomba del pozo que nos suministra, así que a dormir lo antes
posible y mañana será otro día.
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