Intenté hacer la crónica por la noche,
pero como no había luz, se me acabó la batería y lo tuve que dejar hasta que
vino la luz con el generador del centro de pastoral. Por la mañana cuando nos
levantamos tampoco había luz y en la capilla nos valemos de velas y linternas.
Para la misa en la iglesia se pone en marcha el generador y se apaga al
finalizar la oración.
Después Samuel fue al banco, donde tuvo
que esperar lo suyo a la cola y Edison estuvo un rato en las escuelas. Yo fui
con los de la hidráulica a ver un sitio para un pozo en una escuela en un
pueblo cerca de la carretera de la capital, pero la cosa se presenta difícil,
pues el agua no es mucha, la profundidad más de veinte metros y el problema
mayor es que hay que romper piedra, algo que no es posible con los medios de
que disponen por ahora, así que con gran pesar, habrá que pensar en otro sitio
para hacer un pozo.
Por la tarde salgo pronto para ir a ver un
enfermo y pienso también en visitar un pueblo al que hay que ir a pie, pero
cuando veo que el catequista no está presente a la hora del catecismo, me pongo
en su lugar y me paso un rato estupendo haciendo catecismo con el grupo de
adultos que han venido. Algunos no entienden inglés y lo que yo digo se lo
intentan traducir los que comprenden, pero veo que no es mucho tampoco lo que
ellos saben de inglés.
Me doy una vuelta por el pueblo saludando
a los presentes y también voy al cementerio, donde suelo ir regularmente a
rezar pidiendo a los difuntos que allí reposan y a los que he conocido en vida,
por los que estamos vivos, que nos ayuden a vivir en el pueblo como amigos que
se apoyan.
Comenzamos el rosario un poco más pronto y
así me puedo ir también al otro pueblo para acabar la oración y darles la
bendición y una estampa, algo que todos aprecian. Yo le digo a María que son
sus hijos, que se ocupe de ellos y que me enseñe a estar con ellos.
En la vuelta a casa siempre hay quienes se
apuntan al viaje, en especial los que vuelven de las fincas y están encantados
de que les ahorre el paseo que se tendrían que dar si no es por el vehículo.
Están ensanchando el camino que lleva a
uno de los pueblos, y lo que me llama la atención es que lo hacen a mano… Y no
creo que se pueda decir que no hay máquinas… Pero la realidad es esa y es así
como todavía se hacen muchos trabajos aquí. Y el comentario es que les pagan
veinte mil leones por día, algo más de tres euros, un salario que se estima muy
bueno para los trabajadores manuales…
En casa estamos sin luz y los jóvenes se
han ido a ver el partido de fútbol. Como estamos sin conexión, tampoco puedo
saber el resultado.
Más tarde la lluvia llega acompañada de un
ruidoso viento que me despierta y me hace sentir la sensación agradable de
frescor que no tienes cuando estás sin ventilador y sudando. Por lo menos el
resto de la noche se puede dormir y por la mañana levantarme con la agradable
sensación de haber dormido y estar descansado, algo que no suele ocurrir con
frecuencia.
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