Salgo temprano. Aquí se celebra hoy la
ascensión y no el domingo, lo que me ha hecho variar la disposición, pues voy a
Towama para la oración de la mañana a las seis y luego a Balei, donde digo la
misa en la escuela para los alumnos y pedimos en especial por los del último
curso que van a pasar los exámenes la semana que viene.
En la escuela hay buen ambiente y se suman unos cuantos de los
que vienen a misa los domingos. Les animo a soñar y seguir pensando en cosas
buenas a partir de lo que hemos ido haciendo hasta ahora y les anuncio que pronto
tendremos arbolitos para plantar en la escuela y en cada una de las granjas de
los que quieran plantar, algo que les hace ilusión, pues acaban aplaudiendo de
forma espontánea.
Han hecho una procesión de ofendas y una
treintena de alumnos traían productos que sacan del campo: mangos, piñas,
cocos, aguacates, algo digno de verse y agradecerse; además de haberse
esforzado en la colecta, pues ha salido más que en varios domingos juntos.
La vuelta es con el vehículo cargado de
gente. Todos tienen su motivo para viajar, en particular algunos que van a una
ceremonia por un difunto.
De regreso paso por la casa del jefe para
sugerirle que necesitamos madera para los bancos de la escuela de Balei.
Después voy a la ong World Vision, donde me recibe alguien que me dice que es
católico y me pide que vuelva la semana que viene, pues el encargado está de
viaje. Y llegando a Bo paso por el servicio de reforestación para concretar una
visita de alguien del servicio a la escuela para motivar a alumnos y profesores,
lo que les agrada y me prometen que la semana que viene estarán disponibles.
Con todo esto se me ha pasado la mañana y
llego a casa a la hora de comer. La cocinera no está muy en forma, pero por lo
menos ha preparado la comida, a la que sigue la siesta y un buen rato de
trabajo de leer documentos y papeles que me esperan. También me han traído agua
y he podido lavar la ropa que tenía cumulada de días anteriores.
Echo carburante en el vehículo, tarea
complicada en algunos momentos en los que escasea y se organizan colas
considerables. Hoy no he tenido que esperar mucho y eso me permite ir con
tiempo al pueblo para rezar el rosario y pensando en visitar y saludar a la
gente por las casas, pero la lluvia me hace quedarme tranquilamente en el
vehículo viendo cómo llueve y esperando mejor ocasión para poder saludar al
personal en su ambiente.
Tampoco ha venido mucha gente hoy para el
rosario. Puede que la lluvia haya tenido su influencia, lo mismo que también ha
influido la lluvia en la presencia de
insectos, hoy termitas de tamaño mediano
y hormigas aladas negras pequeñas que llegaban a miles a la luz de la linterna.
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