Nos levantamos sin luz y los mismo nos
pasa en la oración y en la misa donde ya tenemos el generados que nos da para
ver.
Después de la misa tengo un rato de clase
de lengua local con el profe que me ayuda en la lectura y entonación de lo que
voy a leer en los pueblos y que poco a poco voy comprendiendo y tratando de
mejorar en lectura y pronunciación.
Sigo con la cuestión de los árboles y sigo
buscando la posibilidad de tener por lo menos algunos para llevar a la escuela
y que los alumnos los vean, pero sigo teniendo que esperar. Por ahora me han
dicho que el lunes estarán disponibles. Y una vez que he salido voy a la
parroquia a buscar los papeles de los bautizados y sigo encontrando la puerta
cerrada y también visito el hospital donde me encuentro con una de las parejas
de Nagoyon. Hay una señora que tiene problemas con un pecho y la han
hospitalizado por segunda vez. Están encantados de verme y pasamos unos
momentos agradables juntos, aunque la conversación es muy reducida, pues ella
no habla más que la lengua local.
En casa trabajo un rato en hacer cuentas y
organizar lo que voy a hacer en los pueblos y después de comer, durante la
siesta, tenemos una pequeña tormenta que refresca el ambiente, pero que no moja
mucho el suelo.
En los pueblos me acompaña Samuel. Hoy no
viene la señora Cecilia. En Cassama seguimos con los mismos problemas de las
parejas. No se han tomado aún en serio las cosas y hay situaciones que no
deberían darse, incluso peleas entre parejas, lo que me sirve para hacerles ver
que todos estamos en el mismo barco y que si unos se van a pique, todos
fracasamos. Pero veo también su sinceridad cuando tratan de manifestarme su
complejo de que son malos, algo que no les puedo admitir y les hago ver que
Dios nos quiere a todos de la misma forma y no hace ninguna distinción entre
personas… Pero siguen pensando en lo suyo… Les animo a rezar y a hacerlo con
fe, que es el problema que me parece que tenemos en el grupo. Me prometen
hacerlo durante la semana.
Hoy están decididos a ir a rezar el
rosario en el otro pueblo del que suele venir una pareja y les llevo en el
vehículo. El camino es tortuoso, pero se puede llegar. Hay una cierta sorpresa
de vernos llegar. Nos saludamos. Muchos me conocen y nos hemos visto en el camino.
El rosario se reza en una casa y unos cuantos se acercan. El final reparto más
de treinta estampas que reciben con devoción.
Vuelvo a su pueblo a los que vinieron a
rezar y trato de llegar lo antes posible al pueblo siguiente, donde aún no han
comenzado a rezar y es porque no encontraban la llave de la iglesia para traer
la estatua de la Virgen, así que llegamos en el momento en que comienzan y al
final reparto más de cincuenta estampas.
La vuelta a casa es apresurada, pues una
nube amenaza descargar agua, pero llegamos sin problema y el generador nos da
luz. Después, tarde también aparece la luz de la ciudad.
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