Tarde por la noche la luz vino y pude
cargar las baterías. Después temprano me fui a rezar a Towama. Se van
acostumbrando a la cosa y esperemos que algunos más vayan viniendo. Hoy había
una docena.
El resto de la mañana lo he pasado en
casa, desde estudiar, preparar cosas para la tarde o el domingo, a limpiar la
habitación y lavar ropa, lo que se me presenta en el día a día.
Por la tarde voy con Samuel a la uni donde
digo la misa y luego visito el pueblo, y de allí volvemos para rezar el rosario
en casa de la familia de uno de los salesianos que han salido de aquí. Estamos
preparando la cosa para la celebración del día veinticuatro en la que contamos
que estén presentes varios salesianos de aquí y sus familias.
Cuando volvemos a casa con mucho ánimo voy
hacia un pueblo a rezar el rosario, pero al llegar a un cierto sitio del
camino, la lluvia, me hace tomar la decisión de volver… Vale más estar seguro
en casa que aventurarte a cualquier cosa en medio de una lluvia torrencial.
En casa cenamos a la luz de la linterna y
esperamos a que la luz legue en algún momento de la noche, cosa que sucede y me
permite leer las noticias y hacer la crónica.
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