Voy a rezar con la gente de Mattru. Los de
siempre. Y les sigo recordando la propuesta de encontrarnos y hablar. Esperemos
que acaben entendiendo.
A la vuelta voy a ver al de la
reforestación… Ha habido un compañero que ha muerto en accidente de tráfico y hoy
no se mueve nadie, así que a esperar tocan. Durante el día trato de llamarle
por teléfono, pero no responde. Veremos a ver si mañana hay más suerte.
Tenemos retiro comunitario. Hemos
comenzado los jueves eucarísticos y hay exposición del Santísimo durante el
día, pero no hay mucho movimiento. Nos pasamos un buen rato de la mañana
rezando ante el Santísimo y después de comer también dedico un buen rato a
orar. La oración es una experiencia increíble y cuanto más nos acercamos a
Dios, más descubrimos su importancia y cómo nos puede cambiar.
Los víveres que llegaron en el contendor
se reparten a medida que las necesidades se presentan. Hoy preparamos una serie
de bolsas para dar a los maestros de las escuelas que no tienen sueldo a los
que queremos así ayudar en su situación nada fácil.
La misa pone fin al día de adoración.
Tampoco hay mucha gente a última hora, a pesar de que cura les anima a que
vengan y que traigan a otros.
Después de la misa voy de nuevo a Mattru
para acompañarles en el rezo del rosario. Hoy toca empezar tarde y espero
pacientemente a que vayan llegando. No hay nadie que hable inglés a la hora de
comenzar y dirigen, como buenamente pueden, las señoras que son asiduas de
todos los días. Al final una estampa alegra las caras y nos despedimos hasta la
próxima.
En casa hoy hay luz y podemos cenar
viéndonos las caras y después conectarse para ver las noticias y enviar
correos.
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