Voy a rezar a Nagoyon y traigo la gente de
Balei que están preparados. En total hay una cuarentena larga y me siento muy a
gusto en la oración en la pequeña capilla de barro devorada por las termitas y
el tiempo, que está pidiendo otra nueva.
Después de la misa vamos a rezar a la casa
de la señora que vino del hospital y que sigue con problemas y también me
preparo para ir a Balei para ver el comienzo de la escuela. Hoy el maestro
principal ha ido a Tikonko porque le ha llamado el jefe tradicional. Están
preparando un encuentro que no me ha quedado muy claro cómo lo organizan y en
el que participan los directores de las escuelas. Tendremos información a
medida que vaya saliendo.
En la escuela los alumnos remolonean un
tanto para venir y hay una centena cuando el efectivo ronda los ciento
cuarenta… Explicaciones siempre se pueden encontrar, pero la realidad es que
los alumnos siguen sin acudir asiduamente…
Una cosa que se me ha ocurrido es suscitar
el interés de los alumnos, sabiendo que están interesados por los árboles que
vamos a traer, decirles que tendrán árboles los que tengan un buen número de
presencias y manifiesten interés y aplicación en el trabajo. Los maestros
estaban un poco sorprendidos de ver mi reacción, pero son conscientes que es la
forma de sacar partido de los alumnos, cosa que pienso que siempre tiene que
estar dispuesto a hacer un maestro.
En el camino de vuelta me paro en Tikonko
para visitar la sede de una ong, que ya van varias veces que no están y me hace
ver lo poco formales que son con los horarios y que tengo que tener paciencia y
concienciarme que no tener prisa es importante para poder hacer algo.
Me llama el empresario de los pozos y me
dice que si puedo hoy enseñar los sitios para excavar los pozos. Le respondo
afirmativamente y me promete que enviará a un técnico para concretar los sitios
de los pozos.
También me paso por el centro de
reforestación y me dan todas las facilidades para retirar los arbolitos para
plantar, pero hoy no puedo prometer nada porque espero que el técnico de los
pozos me ocupe el tiempo antes de ir a seguir el catecismo a Nagoyon y el
rosario después. Espero durante la semana tener tiempo para comenzar llevando
los primeros ejemplares y así crear ambiente en la escuela entre profesores y
alumnos.
Espero largo rato al técnico y me entiendo
con los de la cáritas que nos llevarán a ver los sitios de los pozos. Al final
acabo llamando al jefe y después de un largo rato me dice que el técnico ha
tenido problemas en el desplazamiento y vendrá más tarde, lo que me hace ir a
los pueblos de vacío y esperar a organizar las cosas mañana.
El catecismo comienza con cierto retraso y
no hay tantos como en otros momentos anteriores, pero los maestros están en su
puesto y la sesión se tiene para adultos y niños. Después rezamos el rosario
yen la vuelta a casa el vehículo está lleno de gente que se apunta a viajar,
desde los que viene al hospital a traer cosas para la señora que está enferma,
hasta un viejo del pueblo que tiene una casa en Bo y que de vez en cuando
visita. También he encontrado a gente por el camino, algunos cargados, que cuando
les he ofrecido el vehículo lo han aceptado con cierta sorpresa y mucho agrado…
Y es que pienso que el apostolado del transporte por aquí también prepara
caminos de encuentro.
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