Empezamos la semana sin luz y sin agua,
pero con ánimos y ganas de hacer algo bueno. Por la mañana voy con Joseph a
visitar una escuela y luego tenemos un rato de reunión comunitaria. No tenemos
cocinera y alguien nos trae la comida.
He llevado el coche para el cambio de
aceite y me han prometido tenerle a la hora de salir a los pueblos, algo que
parece un sueño, pues el mecánico, y mucha gente en general son muy informales
en su palabra y no les preocupa mucho. Así están acostumbrados a hacer aquí.
Por la tarde vamos a rezar el rosario a
casa de la familia de un salesiano que nos reciben con alegría. Queremos así
preparar la fiesta del veinticuatro y hacernos ver en la parroquia con la
familia salesiana.
Seguimos sin coci y comemos de latas y
algo que han comprado en una tienda. Esperemos que no tarde mucho en
recuperarse la cocinera.
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