Suena el despertador. Tengo la sensación de haber dormido
bien y estar en forma. Preparo las cosas que llevo a los pueblos y salgo lo
antes posible, pues el camino es largo. Lo que antes me llevaba media hora
escasa ahora es una hora, y es que el agua deteriora el camino y los agujeros
son numerosos y no te permiten avanzar.
Hay ambiente de humedad y una cierta niebla. La gente va
llegando, pero un poco más tarde que otras veces. Creo que es porque amenaza
lluvia y está nublado lo que les hace tardar más, pero antes de la hora están
presentes en buen número. Me dicen que el domingo pasado hubo más de cien en la
eucaristía.
Después de la misa hay gente que me habla de plantar
árboles y los maestros de cómo preparan el final del año académico en la escuela.
Viendo lo difícil del camino, les sugiero tener una reunión con ellos después
de la misa cuando venga el martes, que así no tengo que viajar dos veces.
En Tikonko las cosas están preparadas y la gente va
viniendo con una cierta calma y retraso. Están presentes el jefe y su mujer y
en la homilía hago referencia a la reunión del viernes, haciendo ver que si
queremos tener una comunidad cristiana lo primero que hay que hacer es rezar
juntos. Les hago ver que es la forma de tener cosas en común y de hacer
cualquier actividad en grupo, pues la oración motiva a los que la hacen. Me
prometen que lo van a hacer y el jefe al final de la misa les anima a que se
organicen para ello.
El camino es complicado y lleva su tiempo el recorrerlo.
Cuando llego a Towama es un poco más tarde que otras veces. Hay algunos que
esperan, pero seguimos con el problema de los retrasos, hoy en particular la
coral. Intento tomarlo con calma y no hago comentarios, pues me parece que
ellos son tan conscientes como yo de la situación y entonces no merece la pena
remachar un clavo que todos saben que hay que remachar.
En la vuelta a casa hay gente que se apunta a entrar en el
vehículo, unos para que les acerque a su casa y otros que vienen a Bo, así que
siempre estoy acompañado. Cuando llego aquí todavía no han acabado la misa, que
hoy celebra uno de los que se ordenaron ayer, que tiene relación con la
parroquia y hay ambiente en la iglesia, pero yo estoy cansado y con ganas de
dormir, por lo que me tomo un plato del arroz que me han dado en uno de los
pueblos y luego me acuesto y duermo
largo rato.
Cuando me levanto, Joseph está comiendo y le acompaña uno
de los catequistas del centro de pastoral. Mientras comen les acompaño y
hablamos de varios temas, hasta que alguien llama y resulta ser un señor que
trabaja en los pozos, la gente que esperábamos hace días y que no sabíamos nada
de ellos. Por lo que me dice, ha habido una falta de comunicación y ellos han
venido y han comenzado el trabajo sin que nosotros estemos al corriente, pues quien
tenía que avisarnos desde la capital no lo ha hecho.
Para mí es una sorpresa que no me esperaba, pero veo que el
problema que ha habido es la falta de comunicación. Ellos han trabajado en el
sitio donde les han dicho, pero nosotros no sabíamos que estaban allí. Les ha
costado bastante el trabajo, pues han perforado en tres sitios distintos antes
de encontrar el agua. Cuando acompaño al que ha venido al sitio donde trabajan,
veo que no es donde yo había elegido, pero no les hago cambiar el emplazamiento,
pues aunque hay menos agua, es suficiente para las necesidades de la escuela y
el lugar que tienen es mejor que el que yo había previsto, pues está un poco
retirado del centro por donde todos pasan.
Recobrado de la sorpresa de tener a los de los pozos, les
acompaño para ver otro sitio donde hay una bomba que reparar y planificamos la
ida a los pueblos para dos días después, con lo que les dejo en su trabajo y me
vuelvo a casa.
Tenemos luz y organizo las cosas. Lavo los platos que se ha
acumulado en la fregadera y voy a rezar, mientras Joseph, que es forofo del
fútbol va a ver el partido de la final de copa europea. La luz se va y, después
de estar un rato leyendo con la linterna y ver que no hay conexión, me voy a
dormir, esperando mejores momentos, por si la luz viene, cosa que sucede y me
permite poner al día la crónica y cargar las baterías.
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