La Virgen del Carmen. Por suerte tenemos luz, que hace días
que no aparecía, pero tampoco dura mucho antes de irse. Nos ha permitido la
misa, pero para el desayuno ya se fue de nuevo. El rosario que rezan antes de
la misa y una oración especial después, marcan la devoción a la Virgen por
aquí, cosa que no es de largo tiempo.
Empleo un rato para lavar algunas camisetas y ordenar las
cosas de la tarde, pues luego hay consejo de la parroquia, al que llega buen
número de representantes de los grupos y con quienes tratamos diversos temas,
uno de los cuales es el programa del año de la misericordia y su celebración
por parte de cada uno de los grupos. Finalmente la información económica está
también disponible y nos la dan.
Después de acabado el consejo me tomo algo que encuentro en
el frigo y me echo una siesta que no me esperaba, pero que me renueva y me
siento lleno de energía para la tarde.
Hay reunión de parejas, pero primero me paso por donde los
trabajadores del pozo en Tikonko. Han encontrado agua, hay unos siete metros de
agua y han llegado hasta más de quince metros. Siguen haciendo preparativos
para meter los tubos y me dicen si les puedo hacer llegar cemento, que es
difícil encontrar un vehículo para traerlo ahora con las lluvias. Estoy
dispuesto cuando me lo pidan.
Las parejas no están en su mejor día. Hay varias que no han
venido y también algunos nuevos que hacen que seamos una quincena de adultos. Y
en la reunión, les dejo hablar y explicar lo que viven como experiencia y hablo
de varias cosas más que lo que han dicho a la vez que les animo a ser regulares
en rezar juntos y en la asistencia a las reuniones, pues si no lo hacen, tienen
mucha probabilidad de acabar peleándose. Algunos sonríen. Quizá otros no han
entendido lo que les digo, pues no todos hablan inglés.
En Tikonko y a la vuelta, los poceros siguen con su trabajo
y hay media docena de personas para el catecismo y luego se suman algunos más,
lo que hace que estemos alrededor de la decena y que les hable del evangelio de
mañana y les invite a leer personalmente el evangelio y si es posible cada día.
Vamos a visitar a la mujer de uno de los que han venido al
catecismo. Está en casa cocinando y nos promete venir mañana a la iglesia.
También compruebo el ambiente que se prepara para una fiesta-funeral por un
señor importante que ha muerto y ya hay algunos bien cargados antes de que
comience la cosa que durará toda la noche. Mañana comprobaremos los efectos en
algunos que vendrán que no se tienen.
En el camino sigo cargando con los que están en ruta y a
pie y cuando llego a casa me encuentro con Samuel y Edison que han vuelto de
vacaciones y a quienes preparamos una despedida en la misa de mañana.
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