Por la noche hubo un rato la luz, pero luego se fue y
amanecimos a oscuras y con el generador durante la misa. El profe hoy estaba
presente en la misa y nos encontramos un rato después para recuperar lo que el
lunes no tuvimos. Se muestra contento de ver que progreso en la lectura. Como
no estuvo el otro día, he hecho el trabajo yo solo y, aunque algunas palabras
el acento no está en su sitio, por lo menos hay muchas que sí pronuncio bien y
me felicita.
Joseph sigue con reuniones y visitas y yo contacto con el
obispo, pues hay cosas para consultarle y me dice que no estará en el despacho,
que tiene malaria. Le prometo que la gente en los pueblos rezará por él y me lo
agradece.
Hay alguien que ha muerto en un pueblo y le quieren
enterrar al lado de la iglesia, pues es él quien ha dado el terreno y el que la
ha construido. El obispo me dice que la opción es enterrar en el cementerio y
con la experiencia del ébola parece ser
que es decisión conjunta que se respete y que todos lo hagan. Me viene a ver el
cura de una parroquia de aquí de la ciudad y veo que el finado vivía y
trabajaba en su parroquia, por lo que le sugiero que sea él quien haga lo que
mejor le parezca al respecto en el entierro, con lo que me libro de la
preocupación.
Viene a visitarme Marta, la cooperante que trabaja en la
capital y que ha venido a darse una vuelta el fin de semana con algunos
conocidos. Hablamos un rato. Tienen sus planes y quieren venir a los pueblos,
pero me parece que quieren muchas cosas para poco tiempo. Les digo que estoy
disponible y encantado de que me aocmpañen, pero al final encuentran mejores
opciones.
Voy a los pueblos y salgo antes para ir donde los de los pozos
que me esperan. En Tikonko han ocupado la iglesia y los aledaños con los
materiales que han traído y esperan que les marque el sitio para comenzar. En
cuanto llego y les indico el sitio, empiezan el trabajo. Como no tengo prisa,
estoy más de una hora con ellos y a la vez que veo y aprendo lo que hacen,
también les agrada el que esté con ellos y que comparta mi experiencia del
trabajo en pozos.
Voy luego a Cassama. Llego un rato antes y me doy una
vuelta por las casas de los conocidos y voy a ver el río, que sigue subiendo,
pero aún le falta mucho para llegar a su nivel del mes de julio de otros años.
Las parejas van llegando y algunos me dicen que tienen que
estar en los campos porque si no los pájaros se comen las semillas que han
plantado y por eso no pueden venir pronto. Es una realidad que viven y que cada
año se repite y no veo que tenga una solución fácil.
Hay una mujer que he visitado y que me ha dicho que no va a
venir porque tiene que cocinar. Su marido, una muy buena persona, es paciente y
aguanta, pero cuando estamos en plena reunión, les digo que vamos a ir a la
casa de la que no ha venido. Y al principio no se lo creen, pero cuando me ven
que tengo la mochila y que salgo de la escuela, me siguen, yo creo, que sin
mucha convicción.
En casa de la señora todos se acomodan como pueden y animo
a las otras mujeres a que le hablen y le digan que ellas también tienen que
cocinar y hacer sus labores y que han tenido tiempo para acompañar a los
maridos a la reunión. Ella se muestra un poco sorprendida y promete que la
semana que viene estará presente en la reunión. Esperemos que sea realidad,
pues no es la primera vez que la visitamos por el mismo motivo.
Me voy y les dejo en plena conversación con la señora, pues
se me hace tarde para el pueblo siguiente. Hay quienes me piden que les lleve
en el vehículo y vamos al otro pueblo, donde pasar un puente es bastante
arriesgado, pero no tengo ningún inconveniente en el paso.
En Gbalehun, el pueblo de donde es el hombre que ha muerto,
la gente no tiene prisa y esperamos un rato. Han venido algunos críos y luego
se suman varios adultos, y algunos que han venido por la invitación de otros
que me han prometido que lo iban a hacer la semana pasada y lo han hecho esta.
Les animo a seguir haciéndolo y seguir viniendo.
Rezamos de una manera especial por el señor que ha
fallecido y por su familia y seguidamente emprendo el camino de regreso
acompañado de algunos que vienen hasta Bo y aumentando con los que encontramos
a esa hora tardía en el camino y que vienen del campo. Es largo por el mal
estado, pero sin novedad llego a casa sano y salvo y hablo un poco con Joseph y
luego nos vamos a dormir, pues seguimos con día largo para mañana.
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