Está lloviendo y puedo sentir el ruido del agua en las
chapas del techo. Pienso en el camino que me espera hasta Nagoyon que es
complicado de recorrer con agua y salgo cuanto antes para no llegar tarde.
Joseph dirá la misa aquí en casa.
Para mi sorpresa, después de unos pocos kilómetros, la
lluvia ha cesado y se puede hacer el camino con cierta soltura, por lo que
llego antes de la hora a destino. Hay unos cuantos rezando el rosario y otros
se van sumando y al final el grupo es numeroso, como cada martes hay gente que
llega de varios pueblos de los alrededores.
Después de misa vamos a la escuela, donde me acompañan los
maestros con los que tengo un buen rato de conversación hablando de lo que ha
pasado durante el curso, de las actividades realizadas y de las muchas que nos
quedan por hacer. Intento motivarles en lo que hacen y ayudarles a ver que es
la mejor forma de tomar en serio el trabajo que hacen y dar lo mejor que tienen
a los alumnos.
Entre los diversos problemas que tienen uno es el no estar
titulados. Les digo que busco la forma para que el año que viene puedan
comenzar a ir a una formación para obtener el título que les falta. Esto les
anima y sus intervenciones son positivas y entusiastas. Espero que el colegio
universitario que intentan abrir en Bo esté disponible y podamos hacer aquí el
trabajo que de otra forma sería muy complicado de hacer lejos.
Además de la cuestión del título, hay otras cosas que echan
en falta, entre ellas mobiliario escolar. Les digo que estoy de acuerdo, que es
una cosa importante y que daremos los pasos para conseguirlo; pero también les
hago ver que hemos conseguido unas cuantas cosas importantes en la escuela y
que no se puede pensar en tenerlo todo al mismo tiempo, pues no es positivo
porque acabarían por no dar valor a lo que vamos consiguiendo poco a poco.
Los alumnos van llegando y traen los machetes porque hoy
van a trabajar en el terreno. Cada vez hay más ruido fuera de la escuela y es
complicado entenderse. Les digo que tendremos tiempo de reunirnos de nuevo este
mes y que seguiremos viendo cosas que se pueden hacer y que tenemos que prever
para el comienzo del nuevo curso.
Las intervenciones que tienen son para darme las gracias
por el trabajo que estamos haciendo en la escuela y lo que les ayudamos, además
de sentirse muy animados con lo de la obtención del título que les falta. Les
digo que el título es importante, que aunque no les dé un puesto de trabajo
asegurado, que por lo menos pueden optar a obtenerlo, cosa que sin el título no
lo podrían intentar nunca.
Al finalizar, hay un montón que quieren aprovechar el vehículo
para viajar y todos los que pueden entran. También en el camino hay más gente
que viaja y a la que tratamos de encontrar un sitio, en particular algunos que
van al dispensario.
En Tikonko de nuevo intento encontrarme con la ong que hace
tiempo que estoy siguiendo y tampoco está la persona a la que quiero ver. Habrá
que seguir teniendo paciencia y no cansarse, pues me parece importante el poder
colaborar con quienes están operando en la zona y con objetivos muy parecidos o
iguales.
El camino hasta casa sigue siendo largo y con gente que se
apunta a viajar y llego a media mañana. La sensación es de haber hecho un largo
trecho de camino y me siento cansado por
lo que me tomo un rato de descanso leyendo y rezando.
Con Joseph, que ha tenido una misa con alumnos de otra
escuela y acaba de terminar, tengo un rato de reunión. Hay varios temas que
tenemos que aclarar y ponernos de acuerdo y seguimos buscando la fórmula de ver
cómo hacer con los trienales que se van y ahora están de vacaciones y con los
salesianos nuevos que llegan.
Más tarde llegan los que trabajan en los pozos y un técnico
nos explica lo complicado de rehacer algo en el sitio donde hay un pozo con la
bomba estropeada. Nos sugiere mejor buscar un nuevo emplazamiento y nos pasamos
un rato pensando en ello y, como el sitio en el que vamos a hacer el pozo está
cerca de casa, vamos sobre el terreno para ver de marcar el lugar preciso. Hay
dos sitios posibles y elegimos el que nos parece más fácil de perforar y mejor
situado para los alumnos de la escuela.
En la comida tenemos el pescado que nos trajeron ayer y
seguimos comentando lo que nos depara la realidad de cada día y pensando en la
forma de hacer frente a lo que tenemos delante y que nos pide respuesta y
seguimos tomando las cosas con calma y rezando.
La tarde se pasa entre lluvia y gente que viene por una
cosa o por otra. La luz se va y la conexión a internet es tan mala que sólo en
algunos momentos pasan los mensajes.
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