Como cada domingo la salida es temprana y, aunque el tiempo
está nublado, cuando llego al pueblo la cosa está más despejada y hay bastantes
presentes esperando, lo que nos permite comenzar antes de tiempo, pues la
mayoría llegan antes de la hora. Hoy la misa es fuera y los árboles no lloran…
Encontrar a Dios en la oración, en su Palabra, en la
Eucaristía y en los hermanos es el tema de la homilía y la idea que trato de
hacerles retener, que nos tenemos que encontrar para rezar para luego poder
encontrarnos con los demás como hermanos.
El vehículo está lleno de gente dispuesta desplazarse a
diferentes sitios. Conmigo llegan hasta Tikonko en primer viaje, donde nos
encontramos a los poceros que están a punto de iniciar el trabajo de bombeo del
agua del pozo para saber la cantidad que produce y lo harán durante la misa,
que es seguida por un grupo regular de gente que sigue llegando tarde y a
quienes intento animar en el trabajo de construir una comunidad de gente que
reza.
Han arreglado el camino de entrada a la iglesia, pero aún
les queda un trozo de limpiar de lo que les había propuesto. También les digo
que el pozo que estamos haciendo es un gesto de buena voluntad y que el agua es
algo que los africanos ofrecen incluso a su enemigo, cosa que les hace sonreír,
pero les digo que espero su colaboración y el empeño por parte de todos.
La señora que nos prometió venir ayer, no se ha presentado
y encargo a otras mujeres que vuelvan a verla. El tiempo se me echa encima,
pues el camino es difícil de recorrer y me despido animando a la gente a que
vengan con otros el domingo siguiente. Los poceros siguen en su labor.
A Towama llego con tiempo y con el vehículo lleno. Aquí ya
se sienten más cerca de la ciudad y se deciden a buscar una moto que les lleve,
con lo que me queda espacio para los que se apuntan para el vehículo para
después de la misa.
Las cosas van por el cauce normal. En la homilía hablo de
la misma idea que en los otros sitios, pero aquí insisto en los que vienen a
comulgar y no se confiesan. Reparto una fotocopia al final de la misa sobre la
preparación a la confesión tomadas de un librito muy popular y que muchos
conocen y espero la reacción en los próximos encuentros.
En casa los trienales han tenido la despedida en la iglesia
y la comida es un poco en desbandada, pues hay quienes han venido a verles
después de la misa y están con ellos. Yo estoy cansado de la mañana y después
de un ligero plato de arroz, duermo bastante la siesta y luego vuelvo a ver el
trabajo de los de los pozos y a encontrarme con un catequista con el que quiero
hablar y mostrarle que estoy cercano en un momento difícil para él
En casa no hay luz y estamos a oscuras, no encuentro a
nadie, pues han salido y seguro que están con algún grupo de despedida. Luego
sé también que Joseph ha ido a visitar a una familia y a alguien que está en el
hospital.
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