Repetimos le esquema de los domingos. Salgo pronto para
poder estar con tiempo en el sitio y ahora que el camino se deteriora hay que
tomarse le tiempo de recorrerlo con calma. Hoy puede llover y han preparado la
oración en la capilla que es incapaz de contener a todos y hay unos cuantos
fuera.
En el país celebramos hoy la fiesta de san Pedro y así les
hablo de los cimientos de la iglesia y d la confesión en el año de la
misericordia. Intento cada vez hacer un poco de catecismo y ayudar a los que
nada o casi nada conocen de ser cristiano, pues cada vez veo caras nuevas y
gente que se va sumando a la oración cada semana.
Hay un buen grupo que quieren venir en el vehículo, de
forma que está lleno a pesar de que la lluvia amenaza con venir. Por lo menos
no es fuerte que les moje demasiado y en Tikonko hay varios que se sumen a la
misa, lo que hace que haya un número aceptable. Hay también algunos que han
venido de fuera y que están de paso, que también han venido a misa. Pero la
realidad es que no hay elementos regulares que vengan y tiren de los demás y me
pregunto si en vez de decir la misa no tengo que volver a la celebración d la
palabra y catecismo hasta que haya gente que pueda liderar la comunidad.
Hay un buen trozo del terreno que está limpio, pero lo han
hecho gente que ha enviado la mujer del jefe. Me parece bien como iniciativa y
buena voluntad, pero la realidad es que lo que se necesita no es gente que
venga de fuera, sino que los de casa se sientan responsables de su terreno y
respondan de tenerle limpio.
En la etapa siguiente del viaje hay también viajeros que se
apuntan y de nuevo le vehículo está lleno. Cuando llegamos a Towama las cosas
están más o menos preparadas. Hay un momento de lluvia más o menos fuerte y la
gente va llegando a la iglesia. Hoy son más que la semana precedente y el coro está a la hora. Les felicito por el
encuentro de ayer y nos entendemos para los cantos que van a cantar.
Después de la misa también hay gente que quiere viajar y de
nuevo el vehículo está lleno, además la lluvia amenaza y acaba cayendo antes de
legar a la ciudad, donde voy dejando pasajeros en diversos sitios.
En casa Joseph y los trienales tienen ya las cosas
preparadas y salen de viaje bajo la lluvia. Les deseo buen viaje y hasta la
vuelta.
Me echo un rato la siesta que ahora es agradable porque no
sudas mucho y después leo un rato, pero no hay conexión con internet, así que
no puedo seguir ni las noticias ni el correo. Más tarde sale el sol y me doy un
paseo por los alrededores que están llenos de gente y muchos que están jugando
a fútbol. Y es que el domingo es el momento en que tienen costumbre de juntarse
para jugar.
Después de cenar rezo un rato y luego me entretengo con el
guardián que es nuevo y con quien tengo mis problemas de comunicación pues no
habla inglés. Está muy contento porque he compartido con él la cena que me
habían dado en los pueblos.
Hay un rato en que viene la luz, pero seguimos sin conexión
a internet. Logro dormir bien durante la noche a pesar del ruido que hace el
agua de vez en cuando en los chaparrones que se suceden con regularidad.
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