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martes, 31 de marzo de 2020

Tenemos la escuela en cuarentena, pero…



Estamos viviendo una situación bastante especial, pues estamos en cuarentena, pero… Por el momento no hemos tenido casos de contagio y creo que es bueno prevenir. 

Desde el gobierno ha habido la recomendación de no juntarse grupos grandes, de más de cincuenta personas, con lo que las misas de los domingos y otras oraciones, en la mezquita por ejemplo, los viernes, quedan clausuradas. 

Sólo decimos la misa para los de casa y para las monjas que viven en el territorio de la parroquia. El resto puede seguir las celebraciones por Radio María que emite a escala nacional. 

Los aviones han dejado de circular y estaremos en situación de emergencia durante un año, de acuerdo con las informaciones del gobierno. Posteriormente iremos viendo las indicaciones concretas que recibiremos. 

Como antes ya tuvimos la experiencia del ébola, recordamos aquello de no tocarse, de lavarse las manos, de respetar distancias… Y, en general, creo que poco a poco se va tomando conciencia de la situación y adaptando las circunstancias que vivimos. 

Sin embargo, la vida ordinaria sigue. Se han cerrado fronteras, pero se puede circular por el país sin que el momento te pongan trabas y el mercado y las tiendas están abiertos y funcionan con normalidad. Las clases se acabaron con los exámenes este viernes y después cada uno permanece en casa, aunque nada se ha dicho de que no vengan a la escuela los que quieran… 

Como he pasado por las clases y les he hablado de plantar frutales y los maestros de agricultura ven que los alumnos están motivados, les han dicho que los que quieran pueden venir a preparar los materiales para la plantación que vamos a comenzar. 

Me he dado cuenta de que lo primero de lo que debo hablar es de fertilizar la tierra y lo mejor y más a mano y barato es hacer compost y en ello estamos en la medida de nuestras disponibilidades y conocimientos. 

Había comentado a un amigo que nos visitó el año pasado, la posibilidad de darse una vuelta por aquí y enseñarnos la forma de hacerlo, pero visto cómo se han puesto las cosas, en eso mejor ni pensar, así que me he decidido a poner en activo los conocimientos que tengo sobre el particular y comenzar a ejercer donde la situación lo permite. 

He iniciado la tarea con los aspirantes que tienen una casita bien preparada y donde hay un huerto y un pozo y la posibilidad de preparar una buena cantidad de compost en varios sitios. Tienen la materia verde y seca, y añadimos un poco de abono de la granja de los animales, así como ceniza que tienen del fuego que hacen en la cocina y una buena cantidad de serrín que traemos en sacos de lo que está amontonado en la serrería que está cerca de la escuela primaria. 

A tientas vamos haciendo lo que se nos presenta a mano. Estamos en el momento de máxima sequía, antes de que den comienzo las lluvias. Lo verde comienza a agostarse y el agua escasea. Incluso la bomba se nos ha averiado, pero he conseguido hablar con los que la reparan y han aparecido raudos en nuestro socorro. 

Vamos haciendo los pasos que se piden. Han hecho hoyos para el compost. Les he dicho que no es necesario, que lo importante es poner varias capas de materiales y luego regar y cada semana dar vuelta la materia que se va transformando. Les sigo y comento lo que van haciendo. Creo que vamos por el buen camino y que lo que tenemos que hacer es tener calma y esperar los resultados. 

He comenzado también a hacer lo mismo en otro sitio donde hay un hoyo que se ve que algo se había comenzado y también allí estamos observando la cosa. Acumular desechos vegetales es fácil y basta tener un poco de buena voluntad. 

Por su parte los maestros de la escuela han comenzado una campaña con los alumnos en la que les invitan a traer la tierra preparada para meter en las bolsitas desechables de agua que se tiran por cualquier sitio (aquí las papeleras, donde las hay, se usan poco), con lo que estamos haciendo recogida de estas bolsas y a la vez, también reciclaje de plástico. 

Cada día me doy una vuelta por el patio de la escuela y me encuentro grupos numerosos de alumnos, que acompañados por su profes, van dando forma a lo que será el semillero en el que vamos a plantar las semillas. 

Veo lo que van trayendo y, en la medida de lo que conozco, sugiero qué hacer con cada uno de los materiales y lo mejor que encuentro es la dedicación y el entusiasmo de profesores y alumnos en el tema. Me pasé por todas las clases hablando a los alumnos y sensibilizando sobre la necesidad de mejorar nuestra alimentación poniendo en nuestra dieta papayas y moringas. 

Hemos decido preparar las bolsas, poner la tierra, compost, dentro y tenerlas ordenadas para plantar dentro las semillas, pero no lo haremos antes de finales de abril, pues mayo y junio, dos meses, es el tiempo suficiente para germinar las semillas y tenerlas preparadas para el mes de julio, en que se puedan llevar a su destino de plantación. 

Todavía no han comenzado las lluvias aunque ya vemos de vez en cuando los nublados, pero ahora es el momento de máxima sequía y si queremos plantar algo, quiere decir que hay que regar cada mañana y cada tarde y la cosa va a ser trabajosa y complicada. Si tenemos paciencia y esperamos a finales de abril, las cosas van a ser más fáciles, pues las lluvias habrán comenzado y en lugar de tener que regar cada día mañana y tarde, de vez en cuando el agua del cielo nos ahorrará el trabajo y será mucho más interesante que el agua que nosotros le pongamos. 

Dos meses es tiempo suficiente para que las plantas germinen y estén en forma para poder trasplantarlas y julio, momento en que las lluvias son seguras, es el momento de llevar a destino lo que hemos plantado en el vivero y estar seguros de que van a crecer sin necesidad de mayor preocupación por nuestra parte, si no es de limpiar las malas hierbas que puedan entorpecer el crecimiento de las plantas. 

Pensando en concreto qué semillas vamos a poner en las bolsitas, he tratado de ser muy concreto y práctico, pues se trata de facilitar el trabajo y hacer que las cosas sean simples… 

Si hay una fruta que me encanta son los mangos. Si hay otra que me parece interesantísima son los anacardos. Uno y otro los conozco bien, pero tardan varios años en dar fruto… Por eso me he inclinado por otra opción: las papayas y las moringas. La papaya es el árbol que llaman “la farmacia”… Porque tiene muchísimas cualidades que te evitan visitar la farmacia donde se compran medicamentos… Las moringas son conocidas como “la carne vegetal”. Parece ser que tienen las propiedades de la carne y no sus inconvenientes… Aquí la gente, al lado del mar, come pescado de forma regular. La carne es harina de otro costal… La ven de tarde en tarde. Sugerir plantar un arbusto que tiene las propiedades de la carne y esto al lado de la papaya, que ellos conocen por experiencia, nos parece que son las dos mejores opciones que podemos presentar, sólo teniendo en cuenta que en alrededor de seis meses las papayas pueden tener frutos maduros y las moringas hojas para cortar… 

Soñar es posible y espero que no nos salgan las cosas como en el cuento de la lechera… Por ahora ni la dificultad de tener cerrada la escuela nos ha desviado de nuestro objetivo… Los alumnos siguen viniendo con asiduidad e interés a preparar los semilleros. Dentro de unos meses veremos el resultado y calculo que para finales de año o principios del que viene, mucha gente esté disfrutando de los frutos que esperamos plantar al comenzar las lluvias. 

Pensando en el sitio donde plantar estas plantas… Todo el mundo tiene sitio alrededor de la casa, pues no hay casas de pisos y siempre hay sitio para poner unos cuantos arbolitos que luego pueden crecer y que en el caso en el que nos encontramos siempre es posible controlar su volumen. También hay quienes tienen su espacio de huerto, con lo que les estamos dando opciones para mejorar lo que plantan. 

Pienso que si comenzamos con los frutos más fáciles y bien conocidos por ellos, otros muchos pueden venir con el tiempo y la experiencia positiva de lo realizado antes; y así podremos llegar a los mangos, los anacardos y otros muchos, una vez que hayamos tenido la experiencia positiva de los que son fáciles. 

Cada mañana me doy un paseo por la escuela y saco unas fotos. Son el mejor testimonio de lo que digo. Seguiré enviando alguna de vez en cuando que nos permita ver el progreso del trabajo que vamos haciendo.

Antonio, finales de marzo del 20.










lunes, 30 de marzo de 2020

Te ha salvado la campana… Y era un camaleón!

Estoy tomando contacto con los chavales de la escuela secundaria de al lado de casa y
me paso muchos ratos con ellos, de forma particular durante el recreo. Hablamos de
muchas cosas, aunque por lo general suele ser de semillas, de cómo plantar árboles,
pues acabo de pasar por las clases con los maestros de agricultura y les he invitado a
que planten frutales. Pero de esto hablaremos en otro momento, que hoy estando con
ellos en el recreo, me vinieron a decir que hay un bicho raro en el patio…

Me acerco hacia donde me apuntan y unos cuantos me siguen y veo un buen grupo de
chavales que están rodeando a un camaleón que anda por el suelo, imagino que con el
miedo en el cuerpo, pues la tanda de energúmenos que le rodean, pueden descargar
sobre el pobre animal cualquier cosa, como un pisotón o una patada…

Cuando llego, me ven y me miran para enseñarme el bichejo… Yo, con una cierta
ceremonia, saco el teléfono del bolsillo y con estudiada seriedad comienzo a tomar
fotos del animalito, poniéndome entre él y los críos, porque no estoy seguro de que
alguno no le lance un golpe fatal.


Primero me doy cuenta de que ni siquiera saben su nombre. Lo repito varias veces y
ellos lo van haciendo suyo: es un camaleón, sí, camaleón y tiene la propiedad de
cambiar de color y adaptarse al color del sitio por donde pasa… Yo creo que en este
momento el camaleón está tan asustado que ni se atreve a cambiar de color.

Le saco unas fotos más. La tensión va disminuyendo, unos cuantos de los espectadores
se van retirando y el camaleón sigue con pasos firmes su camino hasta que llega al lado
de un árbol que comienza a escalar.

Sigo haciendo fotos y dando explicaciones del animal, cómo gira los ojos de forma
llamativa, cómo es beneficios para nosotros, pues se alimenta de insectos que suelen
ser dañinos para las personas… y en esos momentos suena la campana… Todos se van
cada uno a su clase y me dejan solo con el animal. Entonces le digo bien serio… Te ha
salvado la campana…

Lentamente se va elevando por el tronco hasta que al final se pierde en la altura…
Imagino que habrá aprendido la lección… Bajar al patio es peligroso. Es mejor estar en
el árbol que te protege y te esconde…










jueves, 12 de marzo de 2020

Preparándose para plantar árboles…



No es la primera vez que me meto en estas zarandajas, pero sí puedo decir que lo hago con ilusión, como lo he hecho anteriormente en repetidas ocasiones. Pero es que plantar árboles es además de un reto, una cosa extraordinariamente buena y positiva. 

Recuerdo aquella de Kandi donde teníamos anacardos y que hoy puedo ver en internet, cómo los árboles que plantamos entonces hoy son de un porte considerable. Recuerdo el mismo esfuerzo que hicimos estando en Cinkansé y cuántos viveros hicimos en los pueblos y ahora, Ramón, el secre del ayuntamiento de Arnuero me ha dicho si puedo plantar árboles… Y a cualquier cosa que me propongan que crea que vale la pena, y esta es una que vale mucho la pena, he respondido afirmativamente. 

Estoy en período de preparación, pero me lo estoy tomando en serio y a conciencia. He contactado diferentes escuelas y llevo en cartera otras consultas. Espero que plantemos varios miles de árboles… Y que sólo sea el comienzo. 

Esta semana me he pasado por las aulas de la escuela secundaria y he hablado con ayuda de los profesores de agricultura, a los alumnos de preparar el terreno. Hoy lo he hecho en seis clases durante cuarenta minutos en cada una. Vamos a preparar las bolsas de plástico, aquí se recicla, pues se usan bolsas de plástico que tienen medio litro de agua y, una vez consumida el agua, se tiran… 

A partir de ahora, se juntan y cada alumno preparará la bolsa, pondrá compost en ella y buena tierra y lo organizaremos para que casa clase, guiados por su profesor, puedan tener un espacio cerca del pozo para que no sea difícil el riego. 

Tenemos tiempo de prepararlo, pues vamos a comenzar a poner las semillas en las bolsas al principio de mayo. Hacerlo antes es costoso y poco práctico, pues en mayo comienza a llover de vez en cuando y no hay que regar el vivero cada día… Y dos meses es tiempo suficiente para que las semillas crezcan y consigan el grado de madurez adecuado para el trasplante. 

He comenzado a hablarles de hacer compost. Los maestros me siguen ilusionados. Luego sigo con sugerencias de semillas y, aunque pueden preparar las que ellos quieran, yo les he dicho que les puedo proporcionar dos frutales concretos, de los que hace tiempo que estoy reuniendo semillas. 

Uno es la papaya y el otro la moringa. La papaya, que llaman el árbol farmacia es algo tan conocido aquí como las manzanas por ahí, pero con una característica muy interesante, que plantas ahora la semilla y en unos siete meses puedes estar comiendo los frutos… Me parece un árbol frutal muy interesante, pues tiene muchos beneficios y los alumnos aquí lo tienen asumido que es facilísimo plantar y rápido tener los frutos. 

El otro, la moringa, es menos popular, no menos conocido, pues hay árboles de moringa por todas partes, pero la realidad es que no lo utilizan regularmente y cuando les dices que es la carne vegetal. Cosa que por aquí no es normal comer regularmente, comienzan a interesarse y hacer preguntas sobre el tema. 

Estamos al lado del mar y el pescado es cosa que entra en la dieta diaria de la población, pero la carne es otra cosa. No hay animales y se toma carne de tarde en tarde, con lo que la moringa es un aporte muy interesante para todos y cada uno. 

Hoy estuve en seis clases diferentes hablando del tema y acabé cansado y con poca voz, pero contento de ver las reacciones de los alumnos y profesores y con ganas de seguir, pues tengo otras escuelas que me esperan. 

También he hecho alusión a las abejas como agentes productores de miel y polinizadores, algo que la mayoría desconocían y les he animado a no tener miedo de las abejas que pican, sino a pensar en lo beneficiosas que son por la miel y el trabajo que hacen en agricultura. 

Mientras les daba los buenos días, alguien me sacó unas cuantas fotos, testimonio de que estamos en la brecha y disfrutando ya de lo que vamos a plantar. 

He visto a profes y alumnos muy motivados y pienso en los miles de plantas que vamos a plantar y en disfrutar de sus frutos y pensar que acabamos de comenzar algo que puede ir mucho más lejos de lo que podamos imaginar. 

Soñar es posible y en educación o sueñas o tienes poco campo de reacción. Dentro de unos cuantos meses espero poder hablar de frutos obtenidos… Será la mejor prueba de que nuestro sueño ha llegado a hacerse realidad. Esperemos que aquí y así sea. 

Lungi, 12-3-20











miércoles, 4 de marzo de 2020

A R B O L I T O S . . .



He comenzado a moverme de un sitio para otro en los alrededores de Lungi y, como me desplazo en moto, y siempre es alguien quien me lleva, tengo tiempo de contemplar las cosas que se presentan en los alrededores. Hoy en concreto me fijé en los árboles. 

No es que no haya visto árboles de dimensiones considerables, es que los que veo por aquí y que están cerca del camino, me han llamado la atención y hoy me tomé el tiempo de pararme para sacar la foto. 

Hay algunos mangos que tienen dimensiones respetables, pero al lado de los que aparecen en las fotos y de otros que he visto en otros sitios, los de por aquí, no llegan a dar la talla. Los árboles grandes que he visto por aquí son todos de la misma especie el “cotton tree” inglés o el “Kapokier” francés, que mirando en el diccionario me dice que en español se llama “ceiba”, palabra que no conocía, pero que por la definición se ajusta de manera precisa a las características del arbolito… 

Tampoco puedo decir que sea un catálogo acabado, son simplemente los que he visto yendo por el camino cerca del mar hacia el oeste. No he recorrido la pista muchas veces, pero hoy tenía tiempo y el día estaba agradable, y me entretuve en observar los ejemplares a la ida y tomar las fotos a la vuelta. 

El paseo no es muy largo, unos quince kilómetros, el camino deja bastante que desear, pero es practicable, y de vez en cuando tienes la posibilidad de acercarte a la orilla del mar donde desde la playa, muy sucia por cierto, puedes observar las barcas y los pescadores en sus faenas. 

Disfrutar de las fotos contemplando la majestuosidad de los ejemplares nos puede resultar agradable y relajante a la vez que nos ayude a descubrir nuevos detalles que no habíamos observado antes. 

Lo anterior lo había escrito hace unos días, pero me quedaba la última parte, un árbol que se ve un poco desde casa, pero que no había estado al lado de él y hoy, acompañado de un voluntario que está aquí con nosotros, nos hemos dado una vuelta por el barrio de al lado y he logrado sacar unas cuantas fotos, porque no me han permitido sacar todas las que quise. Sí me han dicho que el árbol tiene un espíritu que le custodia, incluso me han enseñado una entrada cubierta por un trozo de tela de saco, y me han dicho que no saque fotos, que si no, por la noche me vendrá a ver el espíritu del árbol. También me han mostrado otra parte del árbol en la que se pone a los niños traviesos para que se vuelvan cuerdos y más historias. 

Siempre es interesante caer al lado de alguien que te cuenta historias de cada sitio. La visita de esta tarde me ha permitido añadir unas fotos más de un árbol que para mí ya no es uno más, sino el centro de atracción del barrio al lado del nuestro y centro de atracción de un grupo de gente que a partir de ahora también serán mis amigos. 


Y ya, para completar la jugada, me faltaba otro árbol de la misma clase, ceiba, que está cerca del mar y que veo su parte alta al pasar por la carretera… y hoy, lunes por la tarde, nuestro día libre, me he permitido visitar a pie. Desde casa el camino siguiendo la carretera es largo, pero yendo por la playa es reducido y además, el andar por la arena es muy agradable, pues además de los pescadores y sus “aledaños” que te amenizan la ruta, hay una brisa muy agradable desde el mar, aunque aún así no te impide que se te moje la camiseta con el sudor. 



He puesto las fotos de un árbol cortado… Estaba en el patio y amenazaba con venirse encima de las casas… Y nos ha proporcionado abundante madera que nos ayudará a mantener su recuerdo. 




Si esto distrae y ayuda a despejarse, encantado. Buenas noches. Antonio. 2-3-2020