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viernes, 31 de octubre de 2014

31 de Octubre de 2014

Viernes

La noche ha sido buena y se ha podido dormir. Es el último día del mes y en la oración nos acordamos de Don Bosco. En la misa trato de hacer las cosas diferentes. Empezamos preparando la celebración y leyendo personalmente las lecturas antes de la celebración y ensayamos los cantos. Una vez las cosas listas comenzamos y lo hacemos lentamente para poder vivir cada momento. Durante la homilía intervienen, lo mismo que en la oración de los fieles. Los cantos salen mejor que otros días y al final de la misa el comentario es que les ha gustado y lo han vivido mejor.
      Durante el tiempo de clase nos entretenemos en ver el mapa de África y seguimos identificando países, cosa que les cuesta. También leemos un poco en un libro que estoy leyendo. Aquí me doy cuenta de lo poco que conocen del inglés y de lo nada que saben de historia… Se desaniman porque les mando leer y no logran saber lo que leen. Les animo a que se lo tomen con empeño y a seguir adelante en el esfuerzo de conocer la lengua y lo que no entienden que me lo pregunten.
       Por lo menos al final de la clase me dicen que les ha gustado, que ha sido positiva, a pesar de que les ha sido difícil comprender muchas palabras que aparecen en el libro del que hemos leído.
       Después de clase preparan la comida mientras yo me dedico a leer y preparar la misa de mañana y a lavar ropa a mano, que hoy se ha ido la luz y la lavadora no funciona.
        Por la tarde nos visita de nuevo la lluvia, un buen chaparrón que hace correr el agua por los regueros. Yo sigo leyendo mientras los chavales preparan la cena y luego escuchan música o la radio en mende.
       Finalmente llama Uba que llegan, pero lo hacen más tarde de las ocho. Viene con el otro clérigo que ha estado hasta ahora en Lungi y un cooperante español que estará con nosotros un tiempo. Le saludo y quedamos que mañana seguiremos hablando, pues hoy está cansado del viaje.
       Traen la furgoneta bien cargada con cantidad de cosas desde comida a instrumentos musicales. Todo lo ponemos en el pasillo de entrada y lo colocaremos más tarde.
       Nos repartimos las misas para mañana. Yo iré a Tikonko para las misa a las siete y Uba irá a Mattru a las nueve.
       Después de estar todo el día sin conexión, finalmente la tenemos y trataré de enviar la crónica que queda.

         Que Dios nos bendiga a todos y nos ayude a afrontar otro nuevo mes con serenidad ante el problema del ébola.

jueves, 30 de octubre de 2014

30 de Octubre de 2014

Jueves

Uba y Donald se van a Lungi y nos quedamos los chavales y yo. Vienen a vernos la madre de Daniel y una amiga, pero como vamos a comenzar la clase, se van pronto.
       En la clase nos tomamos las cosas con calma y al mismo tiempo que identificamos países de África en el mapa mudo, también tratamos de otros temas y me van haciendo preguntas. Por lo menos así van teniendo la sensación de que la clase es más interesante y participada.
      Después de clase me dedico a lavar la ropa en la máquina, ya que hay luz y ellos van preparando la comida y haciendo limpieza, hasta la hora de comer. Han preparado unos macarrones que están bien adobados y un poco picantes, pero muy aceptables.      
      Por la tarde vamos a Mattru para una reunión con los monaguillos, Hay un grupito y los aspirantes les dan conocimientos teóricos y luego hay ensayo de ceremonias. Los monaguillos están atentos y siguen con interés.
       Nos pilla la lluvia y lo hace con disposición un buen rato, de forma que al final es de noche y la vuelta la hacemos en un taxi que apareció y nos sacó del apuro, pues volver si no, sería problemático; pero tuvimos aventura, ya que el taxista no nos trajo más que un trozo del camino, pues llegó a su casa y ya no quiso ir más lejos. Anduvimos un rato a la luz de la linterna y tomamos otro taxi que nos trajo hasta cerca de casa, donde llegamos andando, pues dijo que el estado del camino era malo para entrar.
        Cenamos con la luz del generador, tuvimos un buen rato de conversación y finalmente apagamos el generador y nos fuimos a dormir a la espera de que venga la luz a cierta hora de la noche y podamos trabajar un rato.
       De nuevo nos visitó la lluvia cuando estábamos en la sobremesa de la cena y es que aunque haya acabado la época de lluvias, aquí sigue lloviendo regularmente, cosa a la que no estoy acostumbrado, pues en los otros sitios a estas alturas ya había acabado la lluvia formalmente.

       Tengo una impresión agradable y positiva del trabajo de los aspirantes con los monaguillos y también la conversación con ellos durante la cena y después es fluida y familiar.

miércoles, 29 de octubre de 2014

29 de Octubre de 2014

Miércoles

      Anoche llovió y el ambiente se refrescó un poco. Hoy la clase sigue con los mismos derroteros y trato de hacerles intervenir y que hagan preguntas, cosa que les cuesta mucho. Están muy acostumbrados a la pasividad.
        Por la tarde vamos  a los pueblos. El camino está malo y nos lleva mucho tiempo. Pasamos por Tikonko donde se está construyendo una iglesia. Las obras van a buen ritmo y se ve que la cosa avanza.
        Al pasar por el camino hay unas casas que tienen una cinta roja alrededor, el signo de la cuarentena por el ébola. Esperemos que no vaya más lejos la cosa.
        Vamos a Cassama y nos recibe un buen chaparrón. Si la lluvia es siempre una bendición, esperemos que lo sea para este pueblo donde estamos en los comienzos de la actividad. Había al final diez adultos que participaron en la oración. Rezamos el rosario y al final les di la bendición y les repartí una estampa de María Auxiliadora y también les dejé un calendario que recibieron con alegría.
       Volvimos a Valehun y la gente nos estaba esperando ya en la capilla. Una veintena de adultos y número  doble de críos. Nos saludamos, estuvimos intercambiando noticias y rezamos una parte del rosario, pues ya se habían reunido y rezado ellos el rosario por la mañana.
       Nos prometimos ser fieles al encuentro de los miércoles por la tarde en la medida de nuestras posibilidades y nos despedimos. Eran las siete en punto. Algunos de la comunidad nos acompañaron hasta el cruce de Tikonko, pues iban a Lembema.
       Volver a casa desde este pueblo nos llevó más de una hora y es que el camino está en muy mal estado.
       Cenamos y me puse a trabajar en el ordenador. De nuevo nos visitó la lluvia lo que nos permitió dormir sin sudar.


martes, 28 de octubre de 2014

28 de Octubre de 2014

Martes

Hemos tenido luz durante la noche, pero por la mañana se ha ido. Esperamos al profe de lengua que tampoco ha venido. He aprovechado para leer unas cosas y otras y consultar el correo un momento que se ha encendido el generador.


      He tenido una clase con los muchachos que les ha gustado… Hemos hecho algo tan simple como reconocer unos cuantos países en un mapa de África… Así de bajo está el nivel educativo, pues no saben decir ni una docena de países africanos y menos situarlos en el mapa. Como lo hemos hecho de forma activa y en el ordenador, estaban encantados.


lunes, 27 de octubre de 2014

27 de Octubre de 2014

Lunes

Lunes normal y corriente. Durante la mañana hay un grupo de los muchachos que nos han acompañado hasta ahora que vuelven a sus casas. La experiencia ha sido positiva y agradable, pero también volver a su sitio es algo que aprecian. Les deseamos buen regreso y buena suerte.
       El que se vayan a sus casas también a nosotros nos quita una responsabilidad, pues el ébola sigue fuera de control y las noticias es que hay cada vez más casos de gente infectada y en los pueblos a los que vamos es una realidad que está bien presente.
       Los que están con nosotros también están tranquilos. El que sean menos nos permite tener una relación más próxima y sentirnos más cerca y en familia. Es algo que ellos mismos han destacado desde el momento en que los otros se han ido.
        Al mismo tiempo que unos se van, otros están pidiendo venir. Y eso es algo que tenemos que pensar y decidir, pues si las cosas siguen adelante, el peligro de poder contagiarse estando con nosotros es algo muy real…

        Hoy también hemos tenido noticias del contenedor que se prepara y hoy también he podido enviar fotos a Loli para que las ponga en el blog, cosa que ha hecho inmediatamente, pues ya las he podido ver. Y luego he podido comunicarme por skype con el padre de Loli, que suele estar siempre en la radio. El me ha dicho que Loli ya dormía, pues mañana tiene que madrugar. 

domingo, 26 de octubre de 2014

26 de Octubre de 2014

Domingo

Como cada domingo salimos temprano y pasamos a recoger a la señora Cecilia, la madre de un salesiano, que nos suele acompañar a los pueblos. No solemos meter a gente en el vehículo como antes por temor al contagio de la enfermedad, lo que nos pone en una situación incómoda, pues la gente está acostumbrada a ver el vehículo y a subir, pero las recomendaciones y las precauciones son importantes y a observar y a tener en cuenta.
       Nos pasa lo mismo con los niños en los pueblos. No llegan a acostumbrarse a vernos y no tocarnos y agarrarnos de la mano, cosa que hacían siempre… Pero ahora nos sugieren no contacto con los demás y, a pesar de que nos cuesta, lo hacemos para evitar posibles contagios.


Los Niños siempre sonrientes
       Llegamos pronto a Nyargorhun, el pueblo del catequista y también la gente va llegando poco a poco. Hace buen día y tenemos la misa fuera de la iglesia, ya que dentro es pequeña, a pesar de que la han agrandado y le han puesto chapa de segunda mano en el techo, pero fuera a la sombra siempre es más agradable y hay menos contactos personales.  La cantidad de gente se va recuperando, aunque no llegamos a los números de meses anteriores, pero nos vamos encontrando a gusto en la celebración y sintiéndonos comunidad que se reúne y reza.
       Acabada la misa en este pueblo vamos a Tikonko, donde la comunidad nos espera reunida y cantando. También aquí la sensación es agradable de encontrarnos y de celebrar la fe juntos, aunque nos falten muchas cosas por hacer, pero la comunidad está viviendo una experiencia muy agradable que es la construcción de una nueva iglesia en el terreno que tenemos en el pueblo y donde pensamos instalarnos sin tardar mucho y eso se nota en lo que se vive también en la celebración del domingo.
       También aquí hay nuevos miembros que se juntan a nosotros para rezar y también hay gente que vive de cerca los problemas de la enfermedad, pues en este pueblo ha habido varios muertos y hay unas casas están en cuarentena.
       Después de la misa vamos a dar la comunión a una señora mayor que tiene dificultades para venir y me acompañan varios de la comunidad, La señora está muy contenta de la visita y nos pide que si es posible lo hagamos cada domingo.
       
Los de la bata blanca,
hoy sin bata, termómetro-pistola en mano...
En el control...

Tanto al ir como al volver pasamos por el sitio de control de la policía y donde hay también un control de sanidad. Se trata de bajarse del coche, lavarse las manos con agua clorada, y te toman la temperatura… No he visto lo que puedan hacer con alguien que tenga fiebre…

        Al llegar a casa me ducho, pues estoy mojado en sudor, lavo la ropa y la tiendo en la habitación, pues amenaza lluvia, que tarda en llegar, pero al final viene y refresca un poco el ambiente.
        Tenemos el rato de adoración en la capilla y veo como todos rezamos por los que sufren los efectos de la enfermedad y le pedimos a Dios que nos ayude a todos.
        Seguimos sin luz, pero hemos encendido el grupo y las cosas funcionan y la comunicación es muy buena. Esperemos que nos dure.

     

LA SEGUNDA SALIDA DE LA MOCHILA.

Esta vez no era domingo ni día de fiesta, sino un día ordinario, miércoles por la tarde. Yo estaba muy tranquila reposándome en mi estantería a la que ya me voy acostumbrando y, de repente, mi dueño entró en la habitación, me sacó de la estantería, me puso de nuevo encima de la cama y metió en mí unos cuantos libros, una máquina de fotos, una linterna, un mazo de estampas de la Virgen, una camiseta que le oí decir que era de repuesto, y un aparatito, una especie de radio que vi que tenía escrito en su parte alta “proclaimer” y en otra cara, en pequeñito “Faith comes by hearing”. Y sin esperar más, me echó a la espalda, se puso el sombrero y salimos de casa.
 El vehículo estaba esperándonos y listo para el camino, que era el mismo por el que habíamos ido el domingo. Hoy nos acompaña el grupo de gente joven que está con nosotros y desde la parte trasera nos animan porque están siempre cantando. El camino está en mal estado y al vehículo le cuesta mucho avanzar a cuenta de los continuos baches, pero con paciencia todo se alcanza, dice la santa de hoy… Cuando llegamos al puesto de control, todos nos bajamos, fuimos donde los enfermeros, nos tomaron la temperatura con los termómetros que son como pistolas y volvimos al vehículo.


La Mochila, testigo de lo que le pasa a su dueño
Pero hoy no fuimos al pueblo donde estuvimos el domingo, hoy fuimos a visitar un sitio en el cual había gente en plan de construir, por lo que comprendí será una iglesia, y estaban comenzando con los cimientos. Allí nos entretuvimos un rato, mi dueño me llevaba a la espalda, sacó la cámara, tomó unas cuantas fotos y luego nos fuimos por otro camino bastante largo y que yo aún no conocía.
 Primero llegamos a un pueblo. Nos paramos, saludamos a los que estaban presentes, como se hace ahora, sin tener contacto físico, pues hay una enfermedad que asusta mucho a la gente y que mata a muchos, que se llama “ébola” y por eso no se tiene contacto físico unos con otros; pero pude percibir la alegría que la gente del pueblo, los niños en particular, tenían al ver de nuevo a mi dueño y le deseaban la bienvenida y sonreían y manifestaban alegría de verle y yo me sentí muy orgullosa de pertenecer a alguien con quien la gente se pone tan contenta cuando le ve.
 Mi dueño les dijo que quería ir a otro pueblo y que se prepararan, que vendría luego para rezar juntos. Ellos le dijeron que lo harían, pero que aún había muchos que estaban en el campo y que cuando volvieran se lo dirían.
Así emprendimos de nuevo el camino, que ahora seguía siendo bastante difícil, pero el vehículo respondía bien y avanzamos sin problemas. Acabamos llegando a otro sitio en el que también algunos nos recibieron con alegría, pero se veía que estos estaban menos familiarizados con mi dueño, pues no veía las expresiones de alegría en los rostros de todos como en el pueblo anterior. Mi dueño hizo el comentario “tengo que venir también aquí regularmente, como lo he hecho en el otro pueblo, pues aquí hay una comunidad de gente que buscan a Dios y necesitan un guía”
Fuimos a saludar a la jefa del pueblo que es una señora que habla muy poco inglés. Después nos acercamos al río. Este pueblo tiene un río enorme y en la orilla había unas canoas y los que iban con mi dueño se acercaron y tenían ganas de montar en ellas. Y luego subimos por una pendiente hasta donde está la escuela, que ahora está vacía y una de las aulas sirve de sitio para reunión de los que rezan.
Una persona explicó que se les había caído la iglesia que tenían por causa de las lluvias y que ahora se reunían en esa aula esperando que construyan otra iglesia. También dijo que la gente estaba en el campo y que no era posible encontrarlos sino más tarde.
Mi dueño les dijo que no se preocuparan, que la primera vez había venido a saludarles y que ya nos encontraríamos regularmente más adelante. Juntos rezamos una decena del rosario y al finalizar, mi dueño les dio la bendición y sacó las estampas que yo le guardaba y les dio una a cada uno de los presentes y les dijo que en el mes de octubre los cristianos solemos rezar a María el rosario y les animó a hacerlo y se despidió hasta la próxima vez.
Ahora sí que vi las caras de los pocos presentes que estaban contentos y sobre todo cuando les prometió que vendría de forma regular para que rezáramos juntos, mientras se despedían hasta el próximo miércoles.
Volvimos por el camino que ahora ya me resultaba más familiar y llegamos al pueblo donde habíamos estado antes. Aquí la gente seguía siendo la misma y los que esperábamos no habían vuelto aún del campo. A pesar de todo nos reunimos en la iglesia, una salita pequeña y ordenada, después de haber saludado a los que estaban en las casas y ver la alegría que tenían de ver a mi dueño de nuevo y que le recibían como alguien de casa y le hacían muchas preguntas y sonreían.
Juntos rezamos una parte del rosario y lo mismo que en el otro pueblo, les bendijo y sacó de mi interior las estampas y se las distribuyó animándoles a rezar el rosario como lo solían hacer también juntos en el mes de mayo.
Cuando volvíamos por el camino ya era de noche. Se puso a llover y los que nos acompañaban que estaban detrás en el vehículo abierto, se pusieron a cantar canciones a la Virgen. Yo me sentía muy a gusto de haber visto nuevos pueblos, conocido nueva gente y saber que mi dueño me va a emplear más de lo que yo me había podido imaginar, pues en el recorrido he visto que mi dueño señalaba otros pueblos y decía que aún no los había visitado, pero que sin tardar lo haría.
De nuevo cuando volvimos, que ya era noche cerrada, me desocupó de los libros y estampas, echó una mirada al proclaimer y dijo “hoy no te hemos utilizado, pero la próxima vez lo haremos para que proclames lo que tienes dentro, la Palabra de Dios”.

Y sin más me volvió a mi sitio de costumbre, me dejó y salió. Durante la noche he visto cómo se pasaba largo tiempo en el ordenador escribiendo lo que habíamos vivido por la tarde y disfrutando mientras escribía  tratando de contárselo a los demás.

sábado, 25 de octubre de 2014

25 de Octubre de 2014

Sábado

  Como es último sábado de mes hasta las diez de la mañana no se puede circular. Todo el mundo está limpiando el barrio y lo mismo hacemos nosotros con los alrededores de la casa. Después Uba lleva a los obreros al trabajo en Tikonko y nosotros estamos un rato reunidos viendo lo hecho durante la semana y preparando el trabajo de la que viene.
       Por la tarde preparamos las cosas para mañana en los diversos sitios y vamos a la reunión de las parejas, que se hace un poco acelerada, pues también nos esperan los trabajadores para traerlos, pues no se quedan en Tikonko, ni se mezclan con los del pueblo por miedo al ébola.
      Por lo menos la reunión de parejas va marchando. El número de los que participan se va recuperando y han logrado resolver el problema que tenía una de las parejas la semana pasada, que no es poca cosa.
       También me hacen ver que las visitas a otras parejas no son cosa fácil, pues las relaciones y encuentros se restringen todo lo que se puede por temor al contagio, lo que hace que se viva la cosa muy de casa al campo y del campo a casa y poco más.

      Por la noche de nuevo llueve y nos permite dormir sin sudar.

viernes, 24 de octubre de 2014

24 de Octubre de 2014

Viernes

   La lluvia por la noche hace que refresque la temperatura y se pueda dormir. No estamos en la estación de lluvias, pero llueve casi todos los días de manera más o menos intensa y en cantidad más bien pequeña, pero con el agua presente, todo sigue verde.
La Iglesia que ha sido agrandada y.. ver el original
dispositivo para lavarse las manos
       Los trabajos se prosiguen en Tikonko para la iglesia; en casa estamos a la espera de que vengan a trabajar en el recibidor fuera de casa, pero al final no vienen y los que sí vienen son los de la nueva conexión a internet. Se pasan mucho tiempo en lo que es la instalación del nuevo sistema y al acabar la tarde tenemos una conexión que funciona rápido, pero siempre que haya luz, cosa que no siempre tenemos.
        Como es 24 tenemos la oración por la tarde y rezamos por la familia salesiana además de por los enfermos y las personas que cuentan con nuestras oraciones.

        Después de cenar tenemos un rato de charla con los chavales viendo la situación y lo que es su estancia con nosotros. La convivencia es buena, pero necesita de cosas más positivas en la relación mutua, así como de un compromiso personal en el trabajo.

jueves, 23 de octubre de 2014

23 de Octubre de 2014

Jueves

Seguimos la vida monótona de cada día. Con los chavales estamos en casa por prevención, pero llevamos el horario normal de clases con ellos y trabajos y estamos pensando en qué otras alternativas tenemos. Estamos tranquilos, pero el problema de la enfermedad está presente.
       Preparamos las cosas para hacer un sitio al exterior, un recibidor, donde nos podamos reunir con los que vienen a vernos.

        Al final de la mañana ha venido el catequista de Matrru y hemos estado hablando un rato. Es necesario que nos encontremos con los responsables de la comunidad y hagamos un plan para la construcción de la iglesia que tienen a medio hacer. Nos reuniremos la semana que viene y a ver si traen cosas escritas para que podamos tratar sobre algo que se vea y no sólo sobre las palabras. Hay planos del terreno, de la construcción y actas de reuniones, además del estado de las finanzas, que tenemos que saber y poder decidir sobre cómo proceder al respecto.

miércoles, 22 de octubre de 2014

22 de Octubre de 2014

Miércoles

   La luz, como la mayoría de los días viene por la noche un rato y luego se va hacia la mañana, casi siempre antes de las siete. La conexión a internet es muy débil y el contacto con el mundo exterior reducido a lo poco que no siempre se puede leer en los periódicos digitales.
       Los chavales tienen un rato de clase y un rato de trabajo y yo estoy un rato con ellos y un rato leyendo.
          Por la tarde con Uba visitamos Cassama y Valehun  que están trabajando en las granjas y además hoy nosotros tenemos prisa, pues tenemos que traer  a los obreros de Tikonko a la ciudad. Les prometemos que vendremos con más tiempo la semana que viene.

       Cuando estamos ya en casa y después de la cena, nos cae un buen chaparrón. Es agradable la sensación, pues refresca y se puede pensar en dormir sin problemas de sudar.

Descansa en paz amigo Vicente

Vicente, un amigo del alma…
Mis contactos con Vicente han sido cortos en el tiempo, pero intensos y  muy positivos.
La primera noticia que tuve de Vicente fue estando en el norte de Benín, hace unos cuantos años ya. En aquellos momentos estábamos abriendo un hospitalito en un pueblo cerca de Kandi y el médico que llevaba el hospital tenía que ausentarse durante un tiempo y necesitábamos alguien que le sustituyera y, como por arte de magia, apareció en el horizonte la figura de Vicente.

 Aún recuerdo mi ida a buscarle al aeropuerto de Cotonou y la sensación del primer encuentro con un hombre alto, enjuto y muy agradable en el trato que se sentía a sus anchas en el hospitalito de Fafa, así se llamaba el pueblo al lado de la carretera hacia la frontera con el Níger y que Vicente dirigió durante un par de meses, tiempo que pude disfrutar de su compañía y de las confidencias que con frecuencia nos hacíamos.
Para nosotros la presencia de Vicente en un medio hospitalario fue una solución magnífica. Era la persona ideal, lo que nos hacía falta. Se acababa de jubilar, estaba en pleno dominio de sus facultades, había estado mucho tiempo de su vida laboral en África y era buen conocedor de un medio que para otros podría ser un problema y que para él era volver a vivir experiencias anteriores de las que hablaba con cariño.
 Para él fue una ayuda para superar la muerte reciente de su querida esposa, pues recuerdo cómo me comentó: estando aquí me encuentro muy a gusto, pues tengo trabajo todo el día y a la tarde estoy cansado y con necesidad de dormir. Estando en mi casa, la casa se me viene encima, no paro de pensar en mi mujer y las noches son un tormento. Yo que venía pensando en dar, he encontrado una liberación y una vía de salida a mi problema.
El tiempo de su estancia en el hospital se pasó rápido, pero la amistad ha continuado después y cada vez que nos hemos encontrado, siempre he tenido en él al amigo con quien disfrutas cuando le encuentras y al médico que te da los consejos apropiados a la necesidad que tienes o que te ayuda en todo lo que puede.


Esto no ha sido una cosa de un momento. Hemos mantenido contacto regular por internet. Sus correos siempre han sido la carta de un amigo y sus noticias positivas y alentadoras. Su servicio como médico en diversos sitios sociales, el hogar del transeúnte en particular, así como su labor como hospitalero en diversos albergues del Camino de Santiago, son también una muestra de su trabajo callado de servicio a los demás.
Hoy, desde mi nueva presencia en Sierra Leona, quiero enviarle mi saludo cordial y mi gracias por su amistad, así como el testimonio de su cariño y cercanía hacia mí y hacia tantos que viven en el mundo de la cooperación del que  siempre ha estado cercano y con el que siempre ha estado comprometido.

Antonio.

martes, 21 de octubre de 2014

21 de Octubre de 2014

Martes

  Por la noche llovió, con el consiguiente alivio del calor y poder dormir mejor. La vida sigue, los trabajadores de la iglesia de Tikonko siguen yendo y el miedo a contaminarse está presente, pues sigue habiendo gente que muere por ébola.
        Un encuentro con los chavales que tenemos nos permite poner algunas cosas claras para ayuda de todos.
         Seguimos con las actividades de casa y no vamos a los pueblos con los chavales por no ponernos en situación de riesgo.


lunes, 20 de octubre de 2014

Otra historia con la mochila..

El Encuentro del DOMUND

Hoy se celebra el domingo mundial de las misiones y quiero contar algo que he vivido en primera persona en un sitio de misión.
Soy la mochila que sigue acompañando a mi dueño en los viajes que hace y hay algo que me llama la atención y es la dedicación y el cariño que pone en las cosas que mete en mi interior y cómo las cuida y las coloca con todo esmero y el tiempo que le dedica, lo que me hace pensar en lo mucho que le importa la gente con la que se va  a encontrar, pues siempre que me saca es para ir a visitar gente y celebrar y compartir con ellos su fe.
La cosa empezó ya ayer por la noche. Me tomó con delicadeza del sitio en la estantería que me tiene asignado, me puso cuidadosamente encima de su cama y comenzó colocando en mí unos libros, los mismos de la semana pasada y luego puso también la camisa larga que se pone cuando reza con la gente, bien dobladita y dentro de una bolsa de plástico, lo mismo que la banda verde que se cuelga por el cuello. Luego me volvió a mi sitio y allí pasé la noche en espera del viaje.
Pude observar que se pasa mucho tiempo escribiendo en su ordenador. He visto que hay muchas personas que le escriben y a las que suele responder a estas horas de la noche. Ya le he oído el comentario que es a esa hora cuando suele haber conexión en internet. Ayer me pareció ver que quería enviar alguna cosa y no lo pudo hacer. Vi su gesto de fastidio, pero escuché también su comentario sobre el saber ser paciente.
Hoy se ha levantado temprano, ha rezado un ratito y de nuevo me ha colocado con delicadeza encima de la cama y ha metido las cosas que quedaban. La copa y el platito eran los mismos que la semana anterior, pero los trocitos de pan eran más numerosos. Hace las cosas con tanto cuidado que me resulta una caricia muy agradable su contacto.
Me ha dejado un rato encima de la cama y luego ha venido a buscarme, me ha puesto decididamente a la espalda, ha ajustado la medida de las correas y hemos salido a pie hasta el cruce en el que hemos encontrado una moto que nos ha llevado hacia el destino.

El camino no es muy largo, pero tiene tantos baches que hemos estado continuamente saltando y veía cómo a esa hora temprana de la mañana ya mi dueño sudaba y su sudor caliente me llegaba a mojar.
Por fin llegamos al lugar. El que conducía la moto no sabía exactamente, pero mi dueño le indicaba el camino hasta llegar a un sitio donde había un grupo de gente reunida y que estaban cantando. Era una tejavana donde había unos bancos alineados mirando hacia una mesa cubierta con un mantel y en la que mi dueño me posó un momento, lo que tardó en vaciarme de libros, ropas y otros utensilios, para luego colgarme en el respaldo de una silla que estaba detrás de la mesa, desde donde podía observar bien a todos los presentes.
 Se saludaron en una lengua que yo no conocía pero que ya había oído la semana pasada y comenzaron a rezar también en esa lengua que para mí es nueva y que me va resultando atrayente sobre todo al ver que mi dueño también intenta conocerla.
La misa fue por sus cauces normales como la semana pasada, pero hoy la homilía fue más larga. Puedo decir que me gustó el tiempo que mi dueño dedicó a saludar a la gente y a hablarles del domingo de las misiones. Mediante diálogo llegaron a concluir que había que hacer conocer la buena noticia de Jesús a mucha gente y que el domingo que viene esperaba que hubiera mucha más gente, aunque yo pensaba que había ya bastante y además, le hicieron ver que no tienen iglesia, están en un hangar y esperan ayuda para seguir con los trabajos de construcción de una que han comenzado, pero que no avanza porque no consiguen fondos.
Desde mi posición privilegiada, detrás de la silla del cura,
puedo ver todo lo que pasa en la celebración...

Mi dueño les animó a seguir y les dijo que en otros sitios tienen los edificios y no hay gente y aquí que tenemos gente, nos falta el edificio… Esto lo dijo sonriendo y acabó con unas palabras de ánimo para seguir adelante en el empeño.
Luego vino la colecta que hoy era especial y sacaron bastantes billetes. Yo como los vi amontonados no los puede contar, pero me parecieron muchos y mi dueño les dijo que irían a Roma y que desde allí los distribuirían según las necesidades.
También hubo una cosa que me llamó la atención, pues en el momento de presentar la colecta, se añadieron a la procesión, muchos de los presentes, hombres y mujeres, que traían ofrendas de lo que ellos cultivan en el campo. Se las presentaban a mi dueño y luego las fueron poniendo todas alrededor de la mesa y al final mi dueño les dio las gracias a todos y les bendijo antes de que volvieran a su sitio.
Procesión de ofrendas... Presentan nas hermosas papayas...

Siguió el momento en que mi dueño leía, no sin cierta dificultad, del libro que yo no comprendo y que la gente seguía con devoción y luego vinieron muchos a buscar el trocito de pan que recibían en la mano y llevaban a la boca con respeto. Eran muchísimos más que los que lo habían hecho la semana pasada en el otro sitio y mi dueño estaba contento viendo venir a tantos.
Después de un ratito de silencio, mi dueño, les animó a dar gracias a Dios por lo que juntos estaban viviendo y les invitaba a soñar en algo muy grande que unidos podrán construir. Y la gente estaba contenta y al final aplaudieron y luego le presentaron a los responsables del grupo y después hicieron otra colecta para seguir con los trabajos de construcción de la iglesia que tienen en los cimientos y después de darles la bendición se fueron, pero algunos se quedaron y hablaron un rato de lo que tienen allí, los grupos y sus responsables y la preocupación que tienen de la iglesia, que no avanza porque no tienen fondos y del miedo que tienen a que llegue el ébola y de otras cosas más.
Mi dueño estaba complacido del contacto con esas personas y ellos también estaban alegres y después de recorrer los sitios que hay construidos, una escuela, que ahora está cerrada; una casa que sería para el cura y la iglesia comenzada a construir, se despidieron y prometieron encontrarse durante la semana para enseñarle planes y planos de lo que tienen entre manos.
De nuevo volvimos a la ciudad en la moto y con los baches. Cuando llegó a casa mi dueño sacó las cosas de la mochila, se cambió de ropa y la llevó toda, camisa larga incluida, a la lavadora, pues todo estaba empapado de sudor.

A mí me volvió otra vez a mi sitio y desde allí sigo observando su trabajo, el tiempo que dedica a leer y rezar y la relación que tiene con muchas personas a través del correo, aunque no siempre funciona y luego, cuando duerme, le veo que a veces sonríe y sueña. Todavía no he podido saber con quien sueña, pero imagino que será con las personas que ha encontrado durante el día y a las que ha prometido su oración y su recuerdo ante el Señor.

20 de Octubre de 2014

Lunes

Anoche intenté enviar correos y no había forma de que pasaran. Hoy hemos tenido luz hacia el mediodía y cuando me fui a dormir la siesta encendí el ordenador y dejé el correo abierto. Cuando me levanté, para mi sorpresa, el correo había salido… Tres días había intentado enviar una foto y hoy por fin ha salido.
          El profesor de mende ha llamado que no puede venir y Donald se va a llevar a los que trabajan en la construcción de la iglesia. También he ido al sastre para que me arregle unos pantalones y me parece que ha hecho un buen trabajo, cosa no común por aquí.

        El ébola sigue siendo una realidad que está presente y que llega a cualquier sitio. En la parroquia hay algún pueblo en el que ha habido muertos y otro en el que hay gente en cuarentena. Las noticias no están muy claras, pero la preocupación y el miedo se hacen presentes en todos.

domingo, 19 de octubre de 2014

19 de Octubre de 2014

Domingo

   La mañana amanece con un poco de neblina. Uba sale con el coche hacia los pueblos y yo voy en dirección de un pueblo cercano a Bo que se llama “Mattru in the Rail” (Una antigua estación de ferrocarril). Cogemos una moto-taxi que nos lleva los cuatro kilómetros que nos separan de la ciudad. El camino está lleno de baches, pero eso es lo normal durante las lluvias.
        La experiencia es muy agradable. Es la primera vez que voy a encontrarme con ellos y para ellos también es algo muy interesante el saber que a partir de ahora van a tener una presencia más regular de los curas entre ellos y esto en una fecha como el domingo de las misiones. Son unos 150 en total y predominan los adultos.

        Durante la misa se repiten los gestos de acogida y de alegría y al finalizar tenemos un encuentro con los responsables de la comunidad. La impresión que me dan es de ser un grupo bastante bien organizado y con ganas de trabajar. Les animo a que juntos hagamos una buena labor para Dios y nos despedimos hasta la próxima.
         Cuando volvemos, estoy empapado de sudor y meto las cosas en la lavadora, pues ha venido la luz, pero ha sido un espejismo, pues unos minutos después se fue y no volvió hasta media noche.

        Tarde tranquila leyendo y encontrando a gente que viene a vernos. Otra vez nos visita la lluvia en diversas ocasiones, permitiendo que baje la temperatura y se pueda dormir sin problemas.

sábado, 18 de octubre de 2014

18 de Octubre de 2014

Sábado

Celebramos a san Lucas y, como es sábado nos tomamos las cosas con un poco más de calma. El día aparece soleado y después de la limpieza de la casa nos pasamos un buen rato de la mañana haciendo un paso para no pisar la arena, pues toda la traemos a casa en el calzado.
         Después de comer y un momento de reposo, vamos a los pueblos: hoy vamos solos Uba y yo. Primero pasamos por la iglesia en construcción en Tikonko. Están rellenando los cimientos y van a buen ritmo. El grupo de los que trabajan es numeroso.
         Luego seguimos para la reunión de parejas y nos dan la noticia de que la gente sigue muriendo en la parroquia. Hay un pueblo en el que se han puesto en cuarentena varias casas y varias personas adultas llevadas al hospital. Les deseamos la mejor suerte.
        Para la reunión de parejas primero tenemos que esperar un largo rato, pues la gente no está disponible, pero luego las cosas transcurren por los mejores cauces, los comentarios que hacen unos y otros son muy positivos. Las parejas que hablan dicen que la vida les ha cambiado mucho y se les ve que están verdaderamente felices; aunque también hay una pareja que ha tenido problemas y no han sido los otros capaces de resolver la situación.
        Hoy se ha presentado el problema en la reunión y les he dicho lo que siempre les digo: Hablar y entenderse es la fórmula, así que pensad en cuando queréis reuniros y vengo si os parece necesario, pero no penséis que soy yo quien os va a ofrecer soluciones, sois vosotros los que tenéis que resolver vuestros problemas, que no sois niños, sino adultos.
        A la vuelta, con Uba, rezamos el rosario y me dice lo que ha disfrutado en la reunión de las parejas. Le digo que me ha pasado lo mismo y juntos damos gracias a dios que nos permite vivir estos momentos tan agradables.

       En casa y después de cenar, planificamos los sitios a los que vamos a ir y las actividades a realizar para mañana; y trato de preparar las cosas que voy a llevar para la misa esta noche de forma que tenga menos preocupaciones mañana.

viernes, 17 de octubre de 2014

17 de Octubre de 2014

Viernes

Hoy es el cumpleaños de mi hermano y nos acordamos de rezar por él en la misa, así como también lo hacemos por tantos otros, en especial por los que mueren con el ébola, algo que nos toca tan de cerca.
       También hoy tenemos la primera sesión de clase de mende. Vamos a ver si acabamos hablando la lengua local. Por lo menos ganas de hacerlo que  no nos falten. Mientras estamos en clase el otro salesiano y yo, los demás van a ayudar a los que están construyendo la iglesia y vuelven cansados y contentos, pues organizan una sesión de cantos antes de comer.
       Durante la comida me llaman desde la redacción de un periódico de España y quieren conocer mi opinión sobre lo que pasa por aquí… Aunque me ha llegado una entrevista que he compartido de tres misioneros españoles que están trabajando en el norte del país, yo me siento mucho más limitado y sin contacto todavía con esa realidad tan dura… Y esperemos que por aquí no llegue y por allí se acabe cuanto antes.
       Seguimos sin luz y con calor y esperamos que llueva para que pueda refrescar y dejemos de sudar, cosa que hace en la cena y se nota la calma y tranquilidad que deja cuando refresca el ambiente.
        Después de cenar me paso un buen rato con los de clase de español. Hoy andamos viendo el sistema solar, pues alguien me ha enviado un correo con esas referencias. Me llama la atención lo poco que conocen en general y la baja formación que tienen, pero juntos tratamos de ver las cosas y lo que no entienden intento explicarlo y pasamos un rato agradable compartiendo lo que cada uno va entendiendo.

        La luz viene más tarde de las doce. Aprovecho para intentar enviar correos y ponerme al día de las noticias.

jueves, 16 de octubre de 2014

16 de Octubre de 2014

Jueves

Después del desayuno viene el fontanero que nos ayuda a resolver el problema del pozo negro. Por lo menos ahora tenemos los servicios a disposición. También viene el constructor a buscar dinero para la obra de la iglesia que estamos construyendo y al final de la mañana organizamos la salida de después de comer. Iremos a Gondama, un pueblo que tiene un campamento de militares y a Mattrru on the Rail, un nuevo sitio en el que tenemos que acompañar a la numerosa comunidad. Como me toca ir el domingo y no he ido nunca antes, vamos hoy y así ya sé el camino.
       Me ha parecido un sitio muy interesante y con una comunidad con iniciativa, pues están construyendo su iglesia y se ve que hay movimiento. Nos sorprende la lluvia, pero pasado el chaparrón de nuevo sale el sol.


       Hemos pasado todo el día sin luz y además no hay conexión a internet, así que sigamos teniendo paciencia que una y otra llegarán.

miércoles, 15 de octubre de 2014

15 de Octubre de 2014

Miércoles

Aparece el día claro, pero también luego se hacen presentes las nubes. Pensamos ir a ver el comienzo de la construcción de una iglesia que empezamos en Tikonko, pero esperamos a que sea por la tarde para al mismo tiempo ir también a los pueblos de Valehun y Cassama, este último al lado del río Sewa y al que estamos comenzando a ir.
Rio SEWA en momento de lluvias
        Cuando visitamos la iglesia en construcción hay algunos inconvenientes y Uba decide quedarse para estar con el constructor. Los demás vamos a la oración a los pueblos, donde se nos recibe con alegría, pero la gente está trabajando en las granjas y no suelen venir hasta el momento del oscurecer.
       La primera vez que les visitas, te sueles encontrar con esta situación. La segunda, si ya te esperan, es posible que haya alguno más. En Valehun todos se alegran de verme, pues han esperado mi vuelta más tiempo del que les dije. En Cassama, como todavía no tenemos una comunidad organizada, se alegran de verme, pero se nota que aún tenemos camino por hacer. Que Dios nos dé su gracia para que podamos realizar su trabajo con unos y otros.

       De vuelta a casa ya de noche, cenamos y, cansados, nos vamos a dormir. La lluvia, con su compás sordo y monótono, nos acompaña un buen rato.

martes, 14 de octubre de 2014

14 de Octubre de 2014

Martes

   Ha llovido algo por la noche, pero se puede trabajar y seguimos con la faena del pozo negro que tiene problemas. Viene el constructor, que nos orienta en lo que tenemos que hacer, pero aquí también habrá que seguir teniendo paciencia, pues el trabajo es lento.
      Estamos todo el día sin luz. Al final ponemos un rato el grupo electrógeno y cargo la batería del ordenador para poder escribir y recibir correos.
       Siguen los mismos problemas con la enfermedad. Uba, que ha vuelto de la capital nos dice que la gente sigue muriendo y por falta de medios y colaboración de la gente que sigue creyendo en los malos espíritus y los hechiceros…

        Sigue lloviendo a ratos y seguimos con la clase de español, que me hace percatarme del poco ambiente de estudio que tienen los alumnos y la falta de costumbre de esforzarse en retener y dominar algo que se les ofrece como un reto, prefieren dejarse llevar y esperar a que otro tome la iniciativa.

lunes, 13 de octubre de 2014

13 de Octubre de 2014

Lunes

Amanece el día lluvioso, lo que nos permite no sudar mucho; después de desayunar Uba se va con el periodista hacia la capital. Nosotros nos quedamos en casa y, como sigue lloviendo, aprovechamos el tiempo haciendo ejercicios de lectura y comprensión del inglés con los jóvenes que están con nosotros. Tienen sus problemas, pues suelen hablar en criollo y a la hora de leer y escribir, eso no les ayuda mucho.
       El día lluvioso sigue y después de comer la gente se echa bien la siesta. El día plomizo invita a dormir. Pareciera que el sol es el regulador de una actividad que cuando no brilla se ve ralentizada y casi puesta en sordina.

      Por la tarde seguimos con la preparación de la liturgia que habíamos empezado hace unos días y vemos que les cuesta mucho desenvolverse, pues el nivel de los jóvenes parece más bien bajo. Lo mismo pasa después de cenar que tenemos un rato de aprendizaje de español. Seguir un canto es algo que les lleva una cantidad de tiempo grande y no logran retener ni melodía ni palabras. La paciencia también tiene que ser algo que se ejercite aquí.

La Mochila que cambió de ocupación


LA MOCHILA QUE CAMBIÓ DE OCUPACIÓN…

(para mi hermana)

Los tiempos que corremos y tal como está la situación laboral, hablar de cualquier cambio, sobre todo si se ha tenido un empleo estable, puede inducirnos a pensar en algo que nos va a conducir a problemas y hasta se puede esperar lo peor: la pérdida de un empleo; pero no creo que sea este el caso de nuestra mochila.

Ha servido paciente y calladamente durante largos años para llevar las cosas de cada día al trabajo a una señora en California que conducía un vehículo de transporte escolar y la mochila estaba acostumbrada al ruido, al movimiento y al trasiego continuo de un sito para otro de escolares con sus carteras de clase, y a recibir y guardar celosamente en ella toda suerte de artículos que su ama le confiaba, desde prendas de ropa hasta libros y cuadernos de apuntes, sin olvidar el compartimento para el bocadillo . Ella era la tumba sellada con cremallera que guardaba el secreto siempre a su dueña y la fiel compañera y colaboradora en su trabajo. Hiciera frío o calor, lloviera o saliese el sol, de lunes a viernes, de la mañana a la tarde, si no era en vacaciones, ella era la constante compañía que siempre estaba al lado de su ama.

Hoy su ama se ha jubilado y la mochila va a comenzar una nueva vida lejos de su ama que siempre la recuerda con cariño, pero que la ha dejado vía libre para emprender su nueva singladura.

Primero la cosa empezó cambiando de vehículo. No era el bus de todos los días, era un utilitario y se dirigía a un gran espacio abierto donde pudo ver una especie de pájaros metálicos enormes que ingerían a las personas por un costado por una boca my grande y ella se sintió un poco asustada al ver aquello. No era su autobús de todos los días, y además hoy, su dueña la había llenado hasta los topes. Estaba que reventaba de paquetes y bolsas envueltos la mayoría en papel de regalo y entre todo esto le llamó la atención unas sandalias que iban a ser sus amigas y confidentes en la nueva situación, pero que ella aún no conocía, pues su ama la había confiado a otra señora que se iba de viaje y tenía más bultos que ella y la mochila había perdido el protagonismo de otros días teniendo que compartirlo con otra maleta más grande que ella y que también pesaba lo suyo.

Juntas emprendieron un largo viaje que duró toda la noche y parte del día siguiente. La mochila estaba un poco asustada, pues la pusieron en la parte alta en un compartimento que luego cerraron y no le permitía ver lo que pasaba, pero sí oía el ruido de las conversaciones en voz baja y los pasos apresurados de algunas personas por el estrecho pasillo central. Ella nunca recordaba haber hecho un viaje tan largo, pero al mismo tiempo estaba ilusionada, pues sabía que su dueña se la había confiado a la otra señora, pero esa no era su nueva dueña, sino una intermediaria. Ella sabía que tenía que viajar y además viajar lejos. Por ello no se preocupó cuando llegó a un nuevo destino, una casa a la que luego llegaron unos niños y emocionados abrieron los paquetes envueltos en papel de regalo y contentos le daban besos a la señora que la había traído y le decían “gracias yaya”, y la señora complacida les animaba a seguir en su tarea de abrir regalos.

Después llegó un momento de calma. Como otras veces cuando acababa el trabajo, en casa llegaba el reposo, y ella comprendió que era también hora de reposar un poco. Dentro guardaba las sandalias que serían sus compañeras y confidentes, esperando ver el nuevo rumbo que tomarían las cosas. Ambas se reposaron un par de días, pero pronto llegó alguien a casa a quien su nueva dueña le dijo: mira, esto es tuyo. Tómalo y dispón de ello.

La mochila y las sandalias, que ahora eran ya buenas amigas, se miraron preguntándose qué va a ser de nosotras ahora. Cuál va a ser nuestro nuevo destino. Pero se sintieron tranquilas cuando oyeron el comentario que su nuevo dueño hacía de ellas: son perfectas es lo que necesitaba y me vienen a la medida. Las dos, sandalias y mochila, respiraron y se dijeron: tenemos una nueva vida por delante entre las manos de nuestro nuevo propietario, el cual se puso inmediatamente las sandalias y ya no se separó de ellas. La mochila quedó a la espera de nuevo destino y espiando los pasos de las sandalias

Esta aventura duró un cierto tiempo, pues el nuevo dueño se movía de un sitio para otro y no tenía sitio fijo de residencia, pero las sandalias le contaban a la mochila los pasos de su dueño y un día el dueño emprendió también un largo viaje, que esta vez a la mochila le pareció más sencillo, pues ya tenía la experiencia del anterior. Llegaron a un sito nuevo que no había visto nunca y aquí todas las cosas eran diferentes. Aunque algunos hablaban en el idioma que ella comprendía, otros muchos hablaban algo que ella no había oído nunca y le resultaba muy curioso todo lo que pasaba a su alrededor. Hacía calor y había mucha humedad, pero la gente sonreía contenta, mucho más de lo que ella estaba acostumbrada a ver en su vida anterior.

Después de pasar por diversos sitios, la mochila llegó a uno que le pareció que era su residencia definitiva, pues su dueño deshizo las otras maletas y colocó todo en las estanterías que tenía una habitación pequeña y caliente, rodeada por los murmullos de gente joven que estaban en la misma casa.

Durante la semana las sandalias le iban contando sus experiencias, pues el dueño no se las quitaba más que para dormir y le iban diciendo los nuevos caminos que estaban recorriendo. El colmo para la mochila fue cuando el domingo por la mañana, muy temprano, el dueño la sacó de la estantería, la puso encima de la cama y, con cuidado y cariño, fue metiendo en ella unos cuantos libros. Algunos le resultaban comprensibles porque estaban escritos en inglés, pero había otros que no podía leer, pues estaban escritos en una lengua que no había leído nunca; y luego metió también un vestido blanco largo y una banda de color verde doblados con mucho esmero. Después puso también en otro compartimento dos botellitas, una con agua y otra con vino y unos trocitos de pan redondos bien guardados en una cajita de plástico. Luego trajo una copa de metal y un platito envueltos en un paño y los colocó cuidadosamente al lado de las botellitas y con todo ello, me puso a la espalda y salimos de la casa.

La mochila estaba tan contenta y tan emocionada que no se lo podía creer. Hoy ella iba a ver lo que las sandalias le habían contado, lo difícil que era transitar en los caminos y lo interesante que era conocer nuevas personas que saludaban al dueño con cariño y le decían cosas en una lengua que la mochila no comprendía, pero veía cómo todos estaban contentos y sonreían.

Luego comenzó algo que la mochila nunca había visto. Desde la silla donde la habían dejado colgada, después de vaciar todas las cosas que llevaba sobre una mesa alta, iba viendo cómo las personas que estaban en la salita hacían la señal de la cruz y rezaban en una lengua que nunca había oído hasta entonces, pero que también su dueño hablaba, lo que la tranquilizó y la animó a seguir las cosas con atención. Escuchó que leían en inglés y luego la lengua que no comprendía; y luego el dueño, que se había vestido la bata blanca y llevaba la banda verde colgando del cuello, habló un rato a la gente. Les hacía preguntas y ellos respondían y todos estaban atentos y seguían con interés. Luego puso los trocitos de pan redondos en el platito que había preparado en casa y un poco de vino en la copa y siguió leyendo del libro que la mochila no comprendía y todos seguían con respeto y adoración. La mochila estaba impresionada de ver lo que estaba sucediendo, pues nunca se había imaginado algo así y lo que más le llamó la atención es que descubrió que esto iba a ser su nueva vida, pues su dueño se despidió de la gente hasta la semana que viene. La mochila comprendió ahora cual era su nuevo cometido y en qué iba a emplear su capacidad, sería la fiel amiga y compañera de aquel dueño a quien su antigua dueña le había confiado y así podía vivir una nueva singladura, muy distinta de la anterior, pero muy interesante, intentando comprender un poco de las nuevas palabras que las personas sonrientes pronunciaban y tratando de guardar igualmente los secretos que su nuevo dueño le confiaba.

Por la noche, de nuevo en la estantería y vacía de libros y bata blanca, soñaba recordando lo que había vivido durante el día y velaba el sueño de su dueño, esperando ser de nuevo puesta en movimiento hacia la gente sonriente con los que tanto había disfrutado.

domingo, 12 de octubre de 2014

12 de Octubre de 2014

Domingo

Domingo y levantarse temprano se siguen dando la mano. Pero a pesar de todo, llegamos justos al sitio al que vamos a decir misa. Por una parte el camino en mal estado y por otra, varios compromisos, nos hacen llegar justos. Además la gente nos esperaba en otro pueblo. Trataremos de tener las cosas un poco mejor organizadas la próxima vez.
       Digo la misa en Nyargorhun, el pueblo del catequista. Al final de la misa acaban siendo numerosos, pero no tantos como en el mes de julio. Habrá que ver qué se puede hacer para que la gente siga aumentando.
        Por lo menos intento estar cercano de la gente y que todos nos sintamos a gusto y como participando en el banquete del que nos hablan las lecturas.
       Acabada la misa salimos hacia Tikonko, donde llegamos también con el tiempo justo. Nos están esperando y digo la misa en mende, como me sugieren. Hay cierta preocupación, pues ha habido varios muertos en una familia en el pueblo y algunos les son cercanos, pero la celebración va por los cauces normales y prometen encontrarse la semana que viene para rezar el rosario antes de comenzar la misa.
       Justo después de comer viene un periodista español, Gonzalo, que está haciendo reportajes sobre la enfermedad en Sierra Leona. Le traen las monjas clarisas mejicanas, que vienen del este y se queda en casa, pues mañana viajará con Uba. Tengo ocasión de hablar un buen rato con él y me da una muy buena impresión. Alguien que ha venido a hacer su trabajo, pero que se encuentra muy a gusto en nuestro ambiente y a quien le impresiona el que recemos ante el Santísimo por la tarde durante largo rato. Sale muy contento de la experiencia.
       Hoy, día de la Virgen del Pilar, me acuerdo de los momentos vividos en otras latitudes. Aquí la vida transcurre normal y animo a la gente a rezar el rosario, en la medida que se puedan reunir, pues estamos en el mes de octubre.

       También he tratado de escribir un poco sobre la mochila que mi hermana me ha regalado, simplemente para agradecer el regalo y más sabiendo de quien viene y cómo viene.

NOTICIAS DE NAVARRA

http://www.noticiasdenavarra.com/2014/09/27/sociedad/navarra/un-salesiano-viajara-a-sierra-leona-para-llevar-comida-recogida-en-pamplona-a-enfermos-de-ebola

ARNUERO SE VUELCA CON SIERRA LEONA

ARNUERO SE VUELCA CON SIERRA LEONA


http://www.massradio.fm/noticias/201410/10/arnuero-se-vuelca-con-sierra-leona


sábado, 11 de octubre de 2014

El Ayuntamiento de Arnuero colabora en un proyecto de acogida de niños huérfanos por Ébola

http://www.eldiariomontanes.es/castro-oriental/201410/09/arnuero-colabora-proyecto-acogida-20141009214803.html


11 de Octubre de 2014

Sábado

Después de la misa y desayuno, llamamos al que nos cambia dinero. Viene a casa y le llevamos a su puesto en el mercado. Está contento de verme, pues ya habíamos tenido contacto regular con él antes de ahora.
       Viene también a vernos Donald, el de la conexión a internet. Tengo muchos virus en el ordenador, pues me ha desaparecido el antivirus. Me instala uno nuevo y me quito de encima no sé cuantos, y además nos trae la conexión que nos faltaba, lo que me permite enviar unos cuantos correos a unos y otros. Hoy la conexión es buena…
      
      Después de la siesta vamos a los pueblos Donald y yo. Hacemos algunas gestiones en la ciudad antes de ir a los pueblos y también llevamos a los caminantes que encontramos en el camino. Saludamos de paso al jefe tradicional de la zona y vamos a Nyargorhun para la reunión de las parejas.
       Durante la reunión vamos tomando contacto con la realidad que cada uno de ellos juntos ha vivido. Siempre es interesante escuchar lo que otro te dice, pero cuando se trata de que dos juntos te hablan de lo vivido en común, te quedas sorprendido de lo que te transmiten y la sencillez y espontaneidad con lo que te lo transmiten.
        Una pareja habla de la experiencia agradable de estar juntos y comunicarse, algo que para ellos no era frecuente. Otra pareja dice lo que ha cambiado el que recen juntos todos los días. Otro manifiesta su dificultad a la hora de hablar si su mujer no está presente y hoy no ha venido porque se encuentra enferma. Algunos más no han venido por diversos motivos, pero todos están contentos de encontrarse de nuevo conmigo y lo mismo me pasa a mí con ellos.
        En un momento concreto de la reunión se han acercado un grupo de niños y me han dicho que quieren que les bautice.. Me ha sorprendido no lo que piden, sino la forma tan natural en que lo han hecho. Les he dicho que estoy encantado de poder hacerlo, pero que vamos a hablar con los padres, algunos de los cuales están presentes en la reunión y que les vamos a pedir un buen comportamiento en todos los campos en los que se encuentren, además de conocer y recitar las oraciones.
        El camino está muy malo y nos lleva más del doble de tiempo recorrerlo ahora que en la estación seca, y tenemos tiempo para comentar lo vivido, tanto por parte de las parejas como con los niños y agradecerle a Dios que nos permite vivir estas experiencia y compartirlas con vosotros.

       Por la noche me conecto y tengo la suerte de hablar a través de “skype” con Loli en Santander. Me oía mal, pero hemos logrado estar hablándonos un buen rato. Ya le he dicho que les diga a los de la familia que estoy bien y que no se preocupen por la enfermedad, que por ahora no pienso contraerla…


10 de Octubre de 2014

Viernes

La noche ha sido tranquila. Llovió un poco y al refrescar se puede dormir mejor. Seguimos sin conexión y sin noticias del exterior.
       Voy a saludar al obispo. Pues es la forma de hacerle saber que he vuelto, le llevo unos regalitos y la cosa es rápida, pues hay otros que le esperan. Me muestra su amabilidad y la alegría de volverme a ver.
        El resto de la jornada la pasamos en los pueblos, lo primero arrancando raíces en el sitio en el que vamos a construir una iglesia y luego vamos a un pueblo a buscar madera para hacer el gallinero.
      El día ha sido completito, pues el trabajo a pleno sol nos ha quemado un poco y nos ha dejado marcados, pero la alegría de ver caer los árboles o las raíces, después de un buen rato de trabajo, es algo que ayuda para la siguiente embestida.

        Rezamos, cenamos y estamos un rato en clase, pero los alumnos están cansado y dejamos las cosas para mejor momento, pues hay ganas de acostarse.

jueves, 9 de octubre de 2014

9 de Octubre de 2014

Jueves

La noche ha sido tranquila y he logrado conciliar bien el sueño. Celebramos la misa en el oratorio que se ha preparado en la casa de al lado, pues al ser numerosos hemos ocupado la casa que estaba vacía, y después hablo un rato con Uba. Nos tratamos de poner al día sobre unas y otras cosas, el trabajo en los pueblos, los proyectos, las necesidades del momento y lo que vamos a hacer de inmediato.
       La mañana la pasamos acondicionando los alrededores de la casa y reparando cosas que están estropeadas. Después de comer y la siesta visitamos al profesor de lengua, que está encantado de verme. Nos ponemos de acuerdo de que volveremos a las clases y ya veremos de fijar el horario más adelante. No nos damos la mano para evitar los contactos y la posible infección. Damos una vuelta por el mercado, que está animado y compramos lo que nos hace falta para la casa y volvemos para rezar.
       Después de la cena me entretengo un rato con un grupito de los presentes que están interesados en aprender español. El primer día de clase lo pasamos aprendiendo un canto de los que los críos repiten en la escuela y tratamos de que la clase sea amena y pasarlo bien, además de aprender.

        Hoy no ha habido conexión a internet en todo el día y no ha habido forma de enterarse de las noticias, esperemos que mañana haya más suerte y las pueda seguir mejor que hoy.

miércoles, 8 de octubre de 2014

8 de Octubre de 2014

Miércoles

Después de la misa y el desayuno logro conectarme y enviar y recibir mensajes y ponerme al día en cuanto a la enfermedad del ébola en España. Lo que aquí pasa lo iremos viendo a lo largo del día.
         Después del mediodía salimos de casa, pero todavía nos quedan compras por hacer y no dejamos la capital hasta las dos de la tarde. En ese momento empieza a llover y lo hace con disposición durante un buen rato, pero luego a lo largo del camino ya nos dejará tranquilos.
        Lo que sí tenemos en el camino es una serie de controles. La policía y los sanitarios están tomando cada vez la temperatura de todos los que pasan. Tenemos que descender del vehículo, pasar por el control de temperatura, lavarnos las manos con agua con lejía y emprender la ruta de nuevo. Esto lo hemos hecho alrededor de una docena de veces en el trayecto, casi doscientos cincuenta kilómetros, pero por suerte no hemos tenido ningún contratiempo. Hay sitios en los que los controles son más estrictos y lo que me ha llamado la atención es la desviación hacia Moyamba, un sitio con un mercado siempre lleno de gente al lado de la carretera y que ahora está desierto, pues el distrito está en cuarentena.
       Hay unos cuantos distritos que están en cuarentena, sitios en los que ha habido fallecidos por la enfermedad, pero la situación es muy poco clara, ya que el control por parte del gobierno no puede ser estricto y no parece que se pueda hacer mucho más. Lo mismo nos ha pasado a nosotros con los huérfanos que nos tenían que enviar, las cosas se retrasan por falta de seguridad. Esperemos que la cosa vaya a mejor.
       Nos hemos parado en “Milla 91”, el dispensario de las mojas clarisas mejicanas, donde me trataron el paludismo que tuve. Está Adriana, la enfermera. La médico, Patricia, está en España. La encontré en Pamplona recién operada de cataratas. También hay una monja que ha venido a hacer compras, pero que está en Lunsar, el pueblo donde tienen el hospital los Hermanos de San Juan de Dios. Allí tienen un gran colegio y parece ser que la situación está oscura, pues me ha dicho que ha habido varios muertos en la zona en los últimos días.
         Estamos un poco justos con el tiempo, pues se cierran las carreteras a partir de las cinco de la tarde. Pasamos los controles y nos permiten seguir. Llegamos a casa a las seis donde nos reciben con cantos. Hay nueve jóvenes que están con nosotros, unos que son aspirantes y prefieren estar aquí que en su casa, y otros que son de Freetown y animan en el centro juvenil y no saben mucho qué hacer al no haber clase.
       El reencuentro me resulta agradable y la acogida ha sido muy buena. Hay buen ambiente y los jóvenes se sienten a gusto en la casa y disfrutan de lo que hacen. Las noticias son que sigue habiendo casos de gente que muere y algunos son familiares cercanos de gente conocida nuestra, cosa que nos hace más dolorosa la situación.
       Antes de acostarme se pone a llover. El agua es siempre una bendición, pero en estos momentos, mayor si cabe, pues cuando llueve refresca el ambiente y puedes dormir, cosa que con calor y humedad te cuesta mucho más.
       Le doy las gracias a Dios por el día vivido, por haber llegado a casa, por los hermanos que he encontrado y por el cariño de la acogida y le pido lo que le hemos pedido en el rosario que hemos rezado juntos esta noche, que nos proteja y que nos libere del ébola a nosotros y a todos los que lo padecen.