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sábado, 31 de mayo de 2014

31 de Mayo de 2014

Sábado

La mayor parte de la noche se ha pasado lloviendo, así por la mañana tenemos niebla y ambiente húmedo. Como es último sábado de mes, toca limpieza en todos los sitios. El cocinero ha venido pronto para hacer también su limpieza más esmerad, pues desde que estudia, con frecuencia no tiene todo el tiempo que quisiera para hacerlo.
       Ha venido la luz y ha estado con nosotros todo el día, algo a lo que ya no estamos acostumbrados. He aprovechado para poner cosas al día del ordenador, pero no ha habido forma de enviar correos con fotos. Por más que lo he intentado, los correos siguen en la bandeja de salida.
       Por la tarde vamos a pueblos. Jos a Tikonko y yo a Nyagorehun, donde hay reunión de parejas. Hoy acabamos siendo tres y media, pues los demás por uno u otro motivo, no están presentes.
        Le reunión se desenvuelve bien. Comenzamos rezando y leyendo y comentando el evangelio del día, hoy fiesta de la Visitación. Y Lo mismo que María va a visitar a Isabel y lleva al Salvador, lo mismo hacemos nosotros cuando visitamos parejas en sus casas, llevarles el anuncio de la buena noticia, que es el evangelio vivido y testimoniado de forma concreta por nosotros en pareja.
        También hay comunicación de experiencias vividas, entre otras cosas el que ahora son capaces de entenderse sin discutir ni enfadarse, cosa que antes era muy frecuente. Y otra de las cosas que hay es que el ambiente en general en los pueblos va cambiando a cuenta de lo que ellos están viviendo, pues donde ellos actúan, las cosas cambian.
       Alguien ha comentado que le ha prestado diez mil leones a su mujer que tenía necesidad, que eso pasa ahora, que antes no había ninguna posibilidad de que una cosa así se hiciera.
       Les provoco para que hablen y se comuniquen y les animo a ver la presencia de Dios, su gracias en todas y cada una de las cosas que nos comunican y les animo a que las compartan con otros, que la gracia de Dios es para compartirla, lo mismo que nos enseña María hoy en su fiesta de la Visitación.
        Acabamos reuniéndonos con los demás para rezar el rosario. Hoy hay mucha gente menuda y estamos cuarenta y cinco alrededor del calendario en la casa de Daniel, al lado de la iglesia.
       Hay quien me sigue en el vehículo hasta Tikonko y en el camino me encuentro con la señora que llevé ayer al hospital, que vuelve a pie y de noche, pero como me paro para saludar, ella se presenta y me da las gracias y me dice que ya está curada.


        A modo de resumen del mes, creo que el rezo del rosario ha hecho cambiar bastantes cosas en las comunidades que se encuentran para rezar y puede ser el principio de un cambio de sentido en la gente. Por otra parte a mí me ha permitido el contacto más cercano con ellos, el conocer pueblos que antes no había visitado, el ver a la gente en sus actividades, pues cuando iba a los pueblos pasaba por las granjas donde los campesinos estaban trabajando, y también darme cuenta de que las mujeres siguen teniendo problemas con el agua, que tienen que ir lejos a buscarla, y que muchos pueblos no tienen camino de acceso. Traer la fe tiene que venir acompañado de otras cosas como son el agua para las mujeres y los caminos para todos. Esperemos que Dios nos ilumine y nos ayude a hacer de esto que puede ser un sueño, una realidad en la que la gente pueda vivir y encontrarse con Dios a su gusto.

viernes, 30 de mayo de 2014

30 de Mayo de 2014

Viernes

Seguimos sin luz y así hemos estado todo el día. Esperemos que no tarden en arreglar la avería del rayo de anoche.
        Jos ha ido a cuestiones del terreno de Tikonko y yo he pasado la mañana estudiando lengua y leyendo. Al levantarme de la siesta veo a Jos que está comiendo. Acaba de llegar.
       Más tarde salgo hacia los pueblos. Hoy voy a ver al catequista y trabajo con él un rato en la lengua. Cuando llego, un buen grupo de gente del pueblo  está trabajando en abrir un nuevo camino que por una parte nos permita ir al terreno de la iglesia sin entrar en el pueblo y por otra ayude a los que quieren construir nueva casa, a tener espacio amplio y despejado para hacerlo.
        He tomado unas cuantas fotos, he animado a la gente en el trabajo que hacen y me he puesto a trabajar con el catequista en la lengua. Le llama la atención que leo el libro y sé por donde andan las cosas, y le hago ver que si quiere dominar su lengua, lo que tiene que hacer es lo que hago yo, sentarse y leer detenidamente las cosas. Me promete que lo hará.
       Después voy al rosario a Balei. Saludo a la gente por las casas, uno de los maestros me acompaña. Estamos un rato con gente joven que está escuchando música después de haber pasado el día en el campo y luego volvemos para el rosario. Hoy no ha habido mucha asistencia, una quincena.
       Al final, antes de dar la bendición les he ofrecido el que podamos encontrarnos quizás una vez por semana para rezar, hacer el catecismo o reflexionar sobre alguna cosa particular. Lo mismo que en otros pueblos, espero respuesta.

      La vuelta a casa, ya de noche, pero siempre acompañado por gente que está dispuesta a viajar. Por lo menos tienes compañía. Entre ellos hay una mujer que me ha dicho que no se siente bien y que viene al hospital.

jueves, 29 de mayo de 2014

29 de Mayo de 2014

Jueves

A cierta hora de la noche la luz volvió. Aproveché para poner la lavadora. Hemos tenido luz toda la noche y por la mañana hasta media mañana. El tiempo va aumentando y te permite más actividades, aunque los insectos también vienen.
        Hoy celebramos la ascensión en un pueblo. Voy con Jos a Tikonko donde ha invitado a la gente a venir a misa. Estamos una docena para empezar y media más al acabar. En los otros pueblos no hemos insistido. Hay que dar tiempo al tiempo y preparar las cosas a través del catecismo.
             Por la tarde me voy al pueblo del catequista, Nyagorehun y, lo mismo que ayer visité pueblos, lo mismo trato de hacer hoy, aunque con la pequeña diferencia de que ayer había pista y se podía ir en coche, pero hoy se trata de ir a pie, pues por aquí los pueblos están sin pista de acceso.
        Hoy me lleva el catequista a Youvyama(lo que aparece en el mapa es Yoviama) . Caminamos veinticinco minutos desde su pueblo y pasamos dos cursos de agua, el primero con maderas para pasar y el segundo a descalzarse tocan y pasar con agua hasta la rodilla.
       A lo largo del sendero me voy encontrando con gente conocida del pueblo, que se sorprenden de verme por allí. Por lo menos me saludan con entusiasmo y yo les respondo de la misma forma. Luego el catequista me confirma que soy el primer cura que llega a ese pueblo. La verdad es que no me anima mucho la idea, pues los de las sectas ya tienen sus iglesias instaladas allí hace tiempo; pero me ayuda el ver que muchas cosas se pueden hacer por ellos. No tienen agua, no tienen camino y un grupo de niños va a la escuela a Barlei, lo que quiere decir que nos podemos entender con facilidad, pues también hay un grupo de adultos que vienen a rezar con nosotros.
         En el pueblo nos reciben con amabilidad. Una señora me da las gracias y, como no comprendo, luego me explican que acaba de llegar su hijo a ese pueblo y que soy yo quien le he traído unos cuantos kilómetros en el vehículo.
        Como las nubes se van poniendo negras, decidimos volver cuanto antes no sea que nos pille la lluvia en el camino. Hay camino de vuelta alternativo y le pido al catequista que me lleve por el nuevo, así tendré para elegir la próxima vez que vuelva.
       La vuelta es acelerada, pues las nubes se ponen cada vez más negras y se levanta el viento, lo que anuncia la llegada inminente de la lluvia. Los campos sembrados de mandioca es lo que predomina. Antes de acabar el sendero y llegar a la pista por la que el coche puede circular, todavía atravesamos otro curso de agua en el que toca descalzarse para pasar.
       Mientras caminamos le pregunto al catequista la situación de los pueblos que nos quedan por visitar y viene a ser la misma o muy parecida, no tienen acceso más que a pie y problemas de agua es la tónica general de todos.
      En cuestión de evangelización hay que tomarlo con calma y en cuestión de desarrollo, creo que habrá que ir haciendo lo mismo y tratar de dar pasos cortos y bien seguros, de forma que no repitamos errores precedentes. Y digo esto porque tengo la sensación de que ha habido proyectos que se han realizado y en cuanto han desaparecido los que los lideraban, la cosa se ha vuelto a como estaba antes, así que habrá que estar atentos y dar lo que necesiten y pedir la colaboración de todos.
       Cuando llegamos al pueblo del catequista se suelta a llover. Cae un buen chaparrón, pero como conozco el camino a casa no me preocupa, decido esperar la hora de rezar el rosario y, con el catequista, voy repitiendo una y otra vez oraciones y cantos en mende.
       En el rosario estamos una veintena, casi todos adultos. Lo rezamos en casa de Daniel  y cuando acabamos salgo lo antes posible para que no se me haga muy tarde en el camino.

        Sigo encontrando gente en el camino a quien ofrezco subir al coche y tengo la sorpresa de que unos pocos kilómetros delante, la lluvia no ha caído y el camino está seco. El chaparrón hoy ha sido muy local, aunque al llegar a casa también el agua ha llegado y tenemos un buen chaparrón con truenos y aparato eléctrico que creo nos ha puesto la luz fuera de combate, pues hoy no hemos tenido luz en toda la noche.  

miércoles, 28 de mayo de 2014

28 de Mayo de 2014

Miércoles

Hemos tenido luz una buena parte de la noche y por la mañana. El hecho es que si hay luz no tenemos el ruido del grupo electrógeno, lo que te permite vivir el silencio de la mañana y los diversos ruidos, entre ellos el canto de los pájaros, cosa agradable  de escuchar.
      Salgo un rato a la ciudad a comprar el gato para el vehículo que el otro se nos ha estropeado y a la vez paso por la peluquería. En tres minutos me han dejado libre de problemas para dos meses, así que ya puedo ir al peluquero para cuando vaya de vacaciones. El resto de la mañana lo dedico a estudiar la lengua.
       Después de la siesta y leer un rato, voy a los pueblos. Hoy he ido a Valehun y he estado un rato desgranando cacahuetes con un señor que lo estaba haciendo. No habla ni palabra de inglés, pero sí un poco de criollo con lo que logro entender algo de lo que dice. También hay un  río de la escuela que sabe algo de inglés y a veces traduce alguna palabra.
      Luego ha aparecido uno de los maestros y nos hemos dado una vuelta por dos pueblos, el primero Mokumba, es como me ha escrito el maestro, Mokambo veo en el mapa, cerca de Valehun y del que vienen muchos niños a la escuela a Valehun, además de un maestro que reside en ese pueblo y da clases en la escuela aquí.
       Es el maestro quien nos recibe y con él vamos saludando a la gente del pueblo. Entre otras cosas me doy cuenta de que tienen problemas de agua y les digo que estoy dispuesto a ayudarles a hacer un pozo, que se presenta fácil, pues no me parece profundo, ni problemática la construcción. Veremos a ver lo que sale.
       Volvemos sobre nuestros pasos y emprendemos una desviación en el camino hacia otro pueblo, un poco más alejado y del que vienen varios críos a la escuela a Valehun. Pelewahun me ha escrito el maestro. Aquí la sensación es bien diferente, pues hay muchos críos que no van a la escuela… Y me dicen que el jefe del pueblo es un maestro que da clases en otro pueblo al que se desplaza cada día.
       Hablo con un grupo de jóvenes que me acompañan mientras vamos saludando a las diversas familias en sus casas. Me piden que les ayude. Sé lo que son esas peticiones y les digo que el maestro que me acompaña está mucho más cerca y que si me quieren contactar puede ser a través de él. La invitación está hecha, esperemos a ver la evolución de las cosas. Lo de ver tantos críos que no van a la escuela me ha llamado la atención. Habrá que seguir la evolución de las cosas y ver cómo hacer que vayan a una escuela.
        También ha venido a saludarme efusivamente una señora, cosa que me ha sorprendido un poco, pero al acercarse he comprendido, ha bebido más de la cuenta. Y parece ser que es uno de los problemas del pueblo, el que mucha gente bebe.
      Volvemos para empezar el rosario que rezamos en la casa de una familia, somos  una docena de adultos y otros tantos niños, la mayoría de los cuales acaba durmiéndose durante el mismo. Al final les digo que este mes me he hecho presente una vez por semana para rezar con ellos el rosario que a partir de la semana que viene que el rezo del rosario termina, si les parece, puedo venir para encontrarnos para rezar o para hacer catecismo una vez por semana. Espero respuesta el domingo.

       La vuelta a casa sin novedad y al llegar estamos con el grupo electrógeno, pues la corriente de la ciudad se ha ido y no ha vuelto desde la tarde.

martes, 27 de mayo de 2014

27 de Mayo de 2014

Martes


Durante la noche llovió y la mañana amanece con niebla que poco a poco se va cambiando en día abierto con nubes. Viene a visitarnos Paul, el encargado de vocaciones y Salomon, uno de los diáconos que se van a ordenar y vamos al colegio de secundaria Cristo Rey y tenemos un encuentro con una clase para hablar de la vocación. La experiencia es agradable y hay gente interesada en conocer mejor a los salesianos. Pensábamos poner una peli, pero no ha habido forma de hacer llegar la corriente. Otra vez será.
        Los dos salesianos comen con nosotros y después Jos les lleva a su casa, mientras yo duermo un rato la siesta y luego me preparo para ir a Lembema, el pueblo en el que no he tenido muy buenas sensaciones en los últimos encuentros.
        Hoy uno de los maestros está disponible, el otro aparece más tarde y finalmente acabamos rezando el rosario media docena de adultos, entre ellos una mujer y dos docenas de críos.
        Como han visto que ha habido dos calendarios que los tienen dos maestros, otros dos me han pedido que les consiga uno para ellos. He pensado en llevarles a María Auxiliadora y encomendarle a Ella el trabajo que no sé por dónde empezar. No es la primera vez y Ella sabe cómo hacer. Me estoy acordando de una vez que me echaron los musulmanes de un pueblo y yo les sembré de medallas de María Auxiliadora diciendo: “son tus hijos, lo que yo no puedo hacer encárgate Tú”. Hoy hay una comunidad floreciente en ese pueblo… Pienso que no sea menos en el caso presente.

      La vuelta a casa ha sido tranquila y sin sobresaltos, sí acompañado de gente que encuentras en el camino y que muestran su satisfacción cuando les invitas a montar en el vehículo y yo contento de poderlo hacer y que sientan la alegría de que les has ahorrado una caminata.

lunes, 26 de mayo de 2014

26 de Mayo de 2014

Lunes

Por la noche ha llovido y la mañana amanece con niebla. Después del desayuno salgo a comprar algunas cosas de comer y luego nos visita un diácono con quien mañana pensamos visitar una escuela. Después una llamada del obispo nos lleva a visitarle. Le hablamos de las fechas de la ordenación de los diáconos y del encuentro de los jóvenes que tendrá lugar en Bo en el mes de julio. Hay mucha gente que quiere visitarle y estamos poco tiempo, otro día habrá más tiempo.
       A la tarde voy al pueblo del catequista. Agustin, el que me ha pedido un encuentro personal, no se ha presentado. Por lo menos he tenido tiempo de hablar un buen rato con el catequista y después cuando ha comenzado la lluvia, me he vuelto para casa, pues no estoy seguro que esperando las cosas se pongan mejor y el camino es mejor pasarle con luz que de noche. Uno de los polis del control me pide si le puedo traer a la ciudad. Por supuesto que se siente a gusto y me agradece el servicio, además ahora que está lloviendo copiosamente

domingo, 25 de mayo de 2014

25 de Mayo de 2014

Domingo

      Domingo y salir temprano van de la mano. Jos se queda en Tikonko y yo voy a Valehun. La pista está mojada, pero practicable. La gente va viniendo, los que vienen, pues hay una ceremonia tradicional con procesión incluida y las mujeres que suelen estar en la iglesia, hoy están en la procesión, lo que nos hace ver que la religión tradicional es algo que aún tira enormemente y que si quieres meter a Jesús en sus vidas, te lo tienes que tomar a largo plazo y con catecismo bien sólido.
      Por lo menos la celebración es alegre y festiva, la homilía participada y los maestros que hoy están presentes, se sienten aludidos en el ejemplo que les pongo para la comprensión de la Palabra, pues les hablo de las características del lápiz, que deja huella; que lo importante es su interior, la mina; que hay que afilarle para que esté en forma; que se deja borrar cuando se equivoca y, que está guiado por una mano, en la que vemos a Dios que interviene en nuestras vidas. Les gusta el ejemplo y lo siguen con interés.
        Pedimos por la iglesia de China y por el viaje del papa a Tierra Santa, así como por la comunidad y los de la procesión de la religión tradicional que pasan haciendo ruido cerca de nosotros mientras rezamos.
        En el pueblo siguiente se repita más o menos la misma cosa, pero con la misa, y la experiencia es la misma. Hoy la misa ha sido en Balei. Estamos apretados porque es en una clase, ya que no hay iglesia y es de reducidas dimensiones, lo que hace que la incomodidad se deje sentir en la atención de los críos.
       Tras varias veces en las que al final de la misa la gente se toma el vehículo por asalto, hoy les he dicho que voy a decidir quién va a entrar y, por supuesto no hay discusión. Entran un señor y una señora mayores y todas las madres que tienen niños pequeños. No sé qué les habrá parecido, pero por lo menos un día les he querido hacer ver que hay algo que se llama respeto a los mayores y a las mujeres. Hay un hombre que ha venido a felicitarme por lo que he hecho. Y, como siempre, el vehículo está lleno.
      Por la tarde, después de la siesta el cielo está nublado y amenaza lluvia, pero se contiene. Voy a Lembema y me acompaña el catequista que hoy ha recibido la confirmación en la parroquia. Hay cosas que te preguntas cómo pasan, pero son así.
      En el pueblo hay organizado un partido de fútbol y el campo es el patio de la escuela, sitio donde nos reunimos para rezar. Así recorremos el pueblo mientras se juega el partido y al final del fútbol rezamos el rosario, pero tres adultos y diez críos. Se hace lo que se puede y se vive la experiencia de cada día. El catequista me hace ver que la bebida es la costumbre en el pueblo y que eso no ayuda mucho en cosas que te piden regularidad y constancia.
      La vuelta a casa sin novedad. Siempre hay viajeros en el camino, hoy en particular un estudiante que había salido de su pueblo por la mañana y que ha caminado varias horas para venir a Bo donde estudia. Está contento de que le hayamos traído y yo también de poder hacerle este servicio.

        Hoy hemos tenido en casa la corriente a ratos, pero por lo menos es algo que nos permite disfrutar de la luz sin el ruido del grupo electrógeno, que también es de agradecer.

sábado, 24 de mayo de 2014

24 de Mayo de 2014

Sábado

  Celebramos la fiesta de María Auxiliadora en casa. Para la misa hoy somos cuatro. Han venido un diácono y Agustín el coadjutor que se prepara para la profesión perpetua. Estamos contentos de su visita. Desayunamos juntos y luego hablamos un rato hasta que se van a sus obligaciones.
      Ayer pagamos el recibo de la luz y hoy tenemos problemas, parece ser de conexión. Vienen a repararlos y tenemos luz a ratos durante el día, pero por la noche tenemos que poner el grupo. Hay más demanda de la que se puede ofrecer y se reparte la corriente por zonas, lo que hace que estemos a ratos sin luz para que llegue a otros.
       Por la tarde voy a los pueblos y hoy toca reunión de parejas. Donde la semana pasada había ocho esta semana había dos enteras y cuatro medias. La situación es comprensible y tienes que tener la paciencia suficiente para que la gente se dé cuenta de que son ellos los que tienen que ser responsables de sus actos. Paciencia y a seguir. Por lo menos los que están se sienten bien y la participación es buena. Hay alguien que ha tenido un accidente y por suerte no ha sido grave y se hace presente en la reunión y los otros le felicitan por el esfuerzo.
       Acabamos rezando el rosario, donde les invito a rezar a María Auxiliadora por China, como pidió el papa el miércoles y por el viaje que está realizando por Oriente Medio. La bendición, como cada día, les invito a llevarla con ellos a cada una de las personas que están en su casa y a los que más la necesiten.

       La vuelta es pasada por agua, pero es algo a lo que ya estamos acostumbrados y también nos paramos un momento en la parroquia para encontrarnos con el párroco y ponernos de acuerdo en algunos asuntos.

viernes, 23 de mayo de 2014

23 de Mayo de 2014

Viernes

  Por la mañana estudio, después voy a pagar la luz con el cocinero y le acompaño hasta el sitio donde estudia, por cierto lejos;  luego viene de nuevo Agustín con quien pasamos un buen rato hablando de su profesión. Hay varios aspectos que tiene que acabar de perfilar y que debe organizar con la familia.
      Por la tarde voy al pueblo del catequista, le llevo desde aquí, pues ha venido para preparar alguna cosa y estudiamos un rato lengua. No está muy ambientado, pues está pensando en otras cosas y le cuesta concentrarse y responder a mis preguntas.
        Aparece un personaje que ya me ha hablado varias veces que va a venir a las reuniones con las parejas, pero hoy viene con una cabra y me dice que va a hacer un sacrificio. Veo la situación en la que se encuentra y busca un agarradero a la falta de apoyos que tiene, pero yo creo que no se la puedo dar porque el problema serio que tiene es que no tiene fe… Y esto lo notas por cómo reacciona.
      Acaba de perder una de las dos hijas que tiene de forma inesperada, se sitió mal y se murió. Entonces está en un momento muy particular de la situación que vive y que tiene que compartir con la familia y busca quien le apoye.
       Sé lo que es vivir esos momentos y en la religión tradicional de la familia, donde las cosas no las tiene claras, no ve un asidero; pero como tampoco tiene fe en Jesús, yo tampoco le puedo ofrecer una alternativa, y el hombre se encuentra incómodo.
       Como es maestro y habla bien inglés, estoy un rato hablando con él y haciéndole ver que la seguridad que busca yo no se la puedo dar, que la fe de la que le hablo no es algo que se compre en la tienda por kilos, que es una planta muy delicada, que tienes que plantar y cultivar a medida que va creciendo y mimar cada día con cuidados y atenciones delicadas.
        Me llama la atención ver cómo me sigue y me pide que el lunes nos veamos y nos podamos hablar con calma. Le digo que no hay problema por mi parte y que por la tarde nos podremos encontrar.
        Con estas se va con su cabra para el sacrificio, comprará un saco de arroz y se lo comerán los miembros de su familia y los de la familia de su mujer el domingo, después de haber decidido quien hace cada cosa el sábado. Esto es lo que hacen en la tradición aquí. Si se me ocurre decirle que no haga el sacrificio, a lo mejor me hace caso, pero la gente de la familia no aceptaría que fuera así, pues esperan un buen banquete a cuenta de la muerte de la hija… Ver, comprender y saber dejar hacer.

       Luego voy para el rosario a Barlei, el pueblo de la loca del otro día. Hoy no está en forma y no aparece por la escena. La gente es mucho menos numerosa, pero por lo menos rezamos y después aún hay sitio para traer a algunos en el coche.

jueves, 22 de mayo de 2014

22 de Mayo de 2014

Jueves

Mañana nublada. Barremos y recogemos insectos, me pongo a estudiar y el tiempo va pasando. Nos visita el coadjutor que va a hacer votos perpetuos y que trajimos el martes, Agustín. Estamos hablando un buen rato y come con nosotros. Jos le lleva a un sitio que quería ir y después se dedica a arreglar las sangraderas para el paso del agua de forma que no destroce el camino.
      Yo voy a los pueblos. Hoy Valehun. El maestro está haciendo un informe que debe entregar a la inspección, pero me dice que ha estado pensando que hoy iba a venir a visitarles y así ha sido. Está contento de verme, lo mismo que yo a él. Como está trabajando, le dejo y voy con los críos a visitar a la gente y hoy descubro algo que no había visto hasta ahora, en un sitio un poco apartado tienen una fragua y el herrero está en su trabajo. Aprovecho para hacerle unas cuantas fotos, lo mismo que a otras personas del pueblo. El que se les haga fotos les gusta y te lo piden y están admirados cuando luego les enseñas la foto que  acabas de hacer.
       El rosario está bastante bien. Hay quince adultos, cosa que ni el domingo encuentras en la iglesia. Me parece que el rosario rezado por las casas y la imagen del calendario de María Auxiliadora están haciendo su trabajo entre la gente.

       Al final del rosario les doy la bendición, les animo a que la lleven a la gente que hay en casa y que la necesita y les animo a rezar a María Auxiliadora por China, como acaba de pedir el Papa uno de estos días. La vuelta sin novedad.

miércoles, 21 de mayo de 2014

21 de Mayo de 2014

Miércoles

  Volvemos a la rutina de cada día, por la mañana en casa estudiando y después de comer un rato de estudio, otro de lectura y visita a los pueblos. Hoy he decidido ir a Lembema a ver si siguen rezando el rosario.
       He encontrado a dos jóvenes por el camino y me han dicho que van al mismo pueblo. Me conocen bien y me dicen que soy el que anda por el pueblo con los críos. Cuando llegamos los primeros que salen a saludarme son los niños y ellos me agradecen el que les haya traído. Voy saludando a la gente, a los mayores en particular. Hay varios ciegos y el darles la mano y el saludarles personalmente es algo que aprecian. También hay gente que está enferma, hoy dos maestros y el tercero no está en el pueblo, con lo que las cosas se presentan problemáticas para el rosario.
        Pero repentinamente hay una circunstancia que se hace presente. Se ha nublado el cielo, está casi oscureciendo y la lluvia se anuncia por momentos, lo que me hace olvidar la cuestión de rezar y pensar en ponerme en camino cuanto antes para que la lluvia me pille lo más cerca de casa posible.
       Poco después de salir del pueblo empieza a diluviar y me adapto a la circunstancia. Voy despacio y con las luces encendidas. Como conozco el camino no me preocupa, pues sé que no habrá problemas. Hay dos personas que vienen del campo en la misma dirección  y les ofrezco un sitio en el coche. Están calados, pero por lo menos se les ahorra el trayecto que es largo. Me dan las gracias y les dejo en el sitio a donde van.
       Hoy he controlado la temperatura y en menos de cinco minutos ha bajado de 32 grados a 23 en el termómetro del coche. Es algo así lo que pasa cada vez que llueve, estás a una temperatura de unos treinta y bajas a menos de veinticinco. Lo suficiente para que se note la bajada y que dejes de sudar.
      Por el camino, lleno de charcos y arroyos, las cosas han ido pasando. En dos momentos había árboles cruzados, (hizo mucho viento), uno de los cuales me hizo salirme del camino, pero no hubo mayor problema. Ya en la ciudad había los charcos debidos al mal drenaje de ciertos sitios y la gente estaba contemplando el espectáculo de ver pasar los coches por los charcos que se han formado. Hay muchas ramas de árboles por el suelo, lo que dice que el viento ha sido fuerte.
        En casa ha habido sus problemas, pues aquí ha caído granizo y también había alguna ventana abierta, así que cuando ha llegado Jos, que lo ha hecho antes que yo, se ha dedicado a recoger el agua que ha entrado, en su habitación en particular.

       Estamos funcionando con el grupo electrógeno, pues la luz de la ciudad vino unas horas tres días, pero después ya no ha vuelto más. Hoy tampoco funciona la conexión a internet. Y la lluvia ha vuelto varias veces por la noche, así que estamos pasados por agua.

lunes, 19 de mayo de 2014

19 y 20 de Mayo de 2014

Lunes y Martes

    Vamos de viaje. Los salesianos nos encontramos para el retiro mensual en Lungi, aunque haya quienes están de vacaciones o en reuniones y encuentros.
        Hemos tenido toda suerte de experiencias, desde equivocarnos de carretera y hacer unos cuantos kilómetros de más a no tener ni agua ni luz en casa y encontrarnos con un enorme chaparrón por el camino que no se podía circular. Pero con todo ello hemos acabado y hemos vuelto a casa sanos y salvos.
      Han venido con nosotros dos salesianos, un coadjutor que hará los votos perpetuos en julio y un diácono que será ordenado también en julio. Les hemos llevado a sus casas y a la vez hemos aprovechado para saludar a sus familias.

        Estamos contentos del viaje y también de volver de nuevo a casa.

domingo, 18 de mayo de 2014

18 de Mayo de 2014

Domingo

Los domingos toca madrugar y eso hacemos. Dejo a Jos en Tikonko y voy a Valehun. Mientras estaba saludando a la gente por las casas nos ha llegado la lluvia, pero pronto se paró y los feligreses fueron viniendo.
       A medida que pasa el tiempo nos vamos conociendo mejor y nos vamos dando cuenta de lo que cada uno tenemos que hacer. Veo una mayor colaboración y comprensión por parte de la gente y un sentirse a gusto en la celebración y en la homilía, que es participada, y en la que la gente interviene de forma positiva y el número de presentes aumenta. Hoy había más de ochenta, la mayoría niños.
       A la salida de la misa me dicen que hay alguien enfermo que necesita transporte y cuando vamos a su casa, ya han salido a pie y me dicen que encontraré a la gente por el camino… Un trozo más adelante veo dos mujeres que, como no hablan inglés, no puedo saber lo que pasa, pero entran en el vehículo y delante hay otras tres que también entran, una de las cuales tiene un móvil con una música que… pensaba que estaría bien que se le agotara la batería, pero no, nos duró todo el viaje.
        Llegados a Tikonko, se bajaron del vehículo y yo seguí hacia el otro pueblo. Espero que les haya ido bien. El no poder hablar aún la lengua te limita muchas veces a ser un espectador de lo que pasa y no comprender lo que querrías por no poder preguntar, pero la paciencia también hay que ejercitarla a veces a la fuerza.
        En el pueblo siguiente tengo la misma sensación. El número de feligreses aumenta. Hoy había unos noventa y casi la mitad adultos, algo que me han hecho ver cuando en la homilía estábamos compartiendo preguntas y respuestas. La gente está contenta de la situación y yo me doy cuenta que la presencia regular es algo que ayuda mucho a la gente y los que antes estaban adormilados, se van despertando por el hecho de que tú estás presente y cercano de ellos.
        Hoy en Tikonko nos han preparado menú y nos lo hemos traído para comer en casa. Arroz y salsa con carne y pescado. Estaba bastante picante, pero de muy buen sabor y lo comimos con gusto.
       Después de una buena siesta y leer un rato salgo hacia el pueblo de la tarde, Lembema. Dudo al principio, pues hemos tenido un chaparrón, pero veo que pronto el cielo está ya despejado y me pongo en ruta. La realidad es que el chaparrón era muy local y ya por el camino ni había llovido.

        En el pueblo, al que he ido dos veces esta semana a rezar el rosario con ellos, me encuentro al maestro que siempre suele venir, que está en cama. Le visito, le saludo y le prometo que rezaremos por él. Luego encuentro al otro maestro y unos cuantos críos. Después de darnos unas vueltas por el pueblo, acabamos yendo a la escuela, el sitio donde nos reunimos los domingos, pero hoy no han venido más que el maestro y unos cuantos críos… A veces no sabes o no comprendes reacciones. Te lo tienes que tomar con paciencia y ver lo que puedes ir haciendo.

sábado, 17 de mayo de 2014

17 de Mayo de 2014

Sábado

Por la noche ha llovido largamente, llegando hasta bien entrada la mañana, lo que con el cielo plomizo da una sensación de pesadez, pero como cada vez que llueve refresca un poco, por lo menos no se suda tanto y la sensación es más agradable.
      La mañana la dedico a la lengua y a salir al mercado. Si no encuentro lo que busco, por lo menos he podido poner carburante en el vehículo y tener las cosas listas para mañana y el lunes que pensamos ir de viaje.
       Por la tarde viene Jos hasta Tikonko y yo voy a la reunión de las parejas. Hoy hay ocho parejas completas. Los preparativos de la semana han dado su fruto y nos acompaña la madre de Daniel, el cura salesiano. Cuando ve la situación me dice que eso no existe en ningún sitio y que está sorprendida de ver lo que acaba de ver. Le digo que es algo que está bien claro en el evangelio y que quizás somos los curas los que no hemos sabido transmitirlo a los matrimonios.
       Los nuevos nos dicen que están encantados con lo que están descubriendo, pues desde el martes han rezado juntos y dicen que las cosas están cambiando mucho para ellos. Los otros matrimonios les hacen ver que hay cosas que van a cambiar mucho en sus vidas y que merece la pena vivir esta situación. A mí me encanta ver que no tengo que ser yo quien les dice a los que acaban de llegar las cosas, sino las otras parejas, con lo que todos se ayudan y se afianzan.     
      Entre las cosas que han compartido una pareja ha dicho que el marido ha ido a ayudar a uno que nunca colabora con los demás y siempre está interesado en sus cosas, de forma que cuando ha visto que él había trabajado en su campo sin pedirle nada a cambio le ha sorprendido y está más positivo con los demás.
       Cuando la madre de Daniel les ha dicho que esto no existe en otros sitios, yo les he animado a dar gracias a Dios porque ellos lo están viviendo los primeros, pero también les he recordado la responsabilidad de compartirlo con otras parejas, así que durante la semana ya saben que están invitados a visitar nuevas parejas y traerlos a la reunión para que vena de lo que se trata y compartan experiencias.
      También tengo un problema con una rueda, que está baja de aire, pero cuando trato de cambiarla me doy cuenta de que el gato no está en forma y no lo puedo hacer. Por lo menos hemos tenido la suerte de volver a la ciudad sin novedad y hemos puesto aire en la rueda, veremos si mañana podemos salir sin problemas y pensamos en comprar el gato en el mercado, si es que lo encontramos.

      En el camino nos ha empezado a llover, pero por suerte ha sido algo pasajero, pues cuando hemos llegado a la ciudad ya se había acabado la lluvia y hemos podido poner el aire sin mojarnos.

viernes, 16 de mayo de 2014

16 de Mayo de 2014

Viernes

   Por la noche llovió y la temperatura refresca de forma que puedes dormir bien. La mañana de nuevo lengua local y la tarde para ir a Lembema, pueblo en el que las cosas tardan en arrancar.
        Hoy voy saludando a la gente y veo los preparativos para una fiesta tradicional, lo que quiere decir que habrá de beber. Hablo con uno de la comunidad el problema de la bebida y me dice que ayer mismo ha decidido dejarlo definitivamente. Le digo que rezaré para que la decisión sea firme.

        El rosario, no muy concurrido, pero por lo menos hay una quincena, lo hacemos un poco antes de tiempo. Me da la impresión de que están esperando que comience la fiesta tradicional y no quieren que la oración y la fiesta coincidan. Les digo que el domingo me presentaré de nuevo y que espero rezar con ellos y siendo más numerosos.

jueves, 15 de mayo de 2014

15 de Mayo de 2014

Jueves

La mañana la dedico como de costumbre a la lengua. Es algo que pide mucha paciencia y constancia y especialmente cuando te lo tienes que tomar sin un profesor que te pueda orientar bien. Pero ya lo he hecho varias veces y espero que una más también salga adelante.
       Por la tarde voy a Nyagorehun, el pueblo del catequista y, me dicen que ha ido a otro pueblo. Aprovecho para hacer unas cuantas fotos de los campos, hoy san Isidro y, como ya he visto varias veces el pueblo anterior, hoy me pongo en marcha por un sendero hacia otro de los pueblos cercanos.
        En el camino me encuentro con gente conocida, unos que van o vienen y otros que trabajan en sus campos. Cuando ya estaba cerca del pueblo y casi decidido a volverme porque había que atravesar un riachuelo, aparece Daniel, el responsable de la comunidad que me dice que su hijo pequeño, tiene dos años, le ha dicho que yo estaba por este camino.
       Juntos visitamos el pueblo, Mojibeh, donde nos reciben contentos. Hay muchos rostros que conozco, pues suelen venir a Nyagorehun para la misa y este pueblo está a unos veinte minutos de marcha, pero no tiene camino de vehículos, es un sendero que incluso las motos lo tienen mal para poder circular.
       Saludando a la gente es lo que me han hecho ver, que no tienen camino y que no tienen pozo. Lo del camino lo he visto bien claro, pues he venido andando y es un paseo agradable, pero estar aislado no es nada interesante. Lo del pozo les he dicho que podemos pensar en hacer algo en la próxima estación seca, siempre que estén dispuestos a colaborar.
       Me han dicho que lo harán. Veremos a ver a lo que llegamos. También me ofrecen agua y veo que es buena y se puede beber, no está contaminada. Me dicen que la sacan del arroyo que pasa a casi un kilómetro por el camino. Para las mujeres ya es una buena caminata, y sobre todo la vuelta, bien cargadas.
         Daniel ha venido para rezar el rosario con ellos y se queda, yo me vuelvo al pueblo del catequista con el hijo de Daniel. Aquí rezamos el rosario, hoy no muchos y al final hasta aparecen dos hombres del pueblo que visitamos el martes y me dicen que piensan venir a la reunión de parejas el sábado.
      Para la vuelta ya tengo candidatos a viajar y más que me encuentro en el camino que vuelven de los campos. El vehículo está bien lleno hasta Tikonko y después traigo a uno que tiene una rueda pinchada de un vehículo. Por aquí es muy normal viajar sin rueda de repuesto y cuando pinchas, tener que esperar hasta que alguien pasa, te lleva, reparas la rueda en la ciudad y vuelves con ella, mientras los pasajeros esperan pacientemente a la sombra o, si es por la noche, como hoy, a la luz de la luna.

       Cuando llego a la ciudad la lluvia comienza y es un chaparrón intenso. Llegar a casa se hace complicado y descender del vehículo si no te quieres mojar también. Espero unos diez minutos y al final me decido a salir sabiendo que me voy a calar, pero no me preocupa mucho porque la ducha ya me la iba a dar también, pues el sudor es algo que te acompaña constantemente y empapas la ropa que llevas.

miércoles, 14 de mayo de 2014

14 de Mayo de 2014

Miércoles

La mañana la paso estudiando y al mediodía me doy cuenta de que el coci nos ha preparado un menú un poco extraño, pues ha querido repetir lo que hicimos la otra vez, arroz a la cubana, pero en lugar de ponerle tomate le ha puesto lentejas… Cuando lo he visto estaba en la mesa y hemos tratado de comer lo que hemos podido. Por lo menos estaba comestible.
       Por la tarde, después de una buena siesta y un rato de estudio, voy a Valehun, el pueblo al que voy a rezar cada domingo por la mañana. Llego con tiempo y  saludo a la gente por las casas. También tengo tiempo para sacar muchas fotos de los críos, de lo que está haciendo la gente, en particular unos que están cubriendo una casa con hojas de palma, así como los críos que están jugando el juego que el otro día jugaban los adultos, pero con las mini peonzas adaptadas a su tamaño y también muchas fotos de la vida ordinaria de la gente en sus casas.
      A su hora rezamos el rosario y hoy vuelvo a casa solo, cosa que me pasa por primera vez. Y es que el pueblo al que ha ido está bastante lejos de otros y por eso la gente no se desplaza mucho por la noche.

      En casa el grupo electrógeno está en marcha, pues la luz de la ciudad ya no nos viene desde hace dos días. Esperemos que no sea así por mucho tiempo.

martes, 13 de mayo de 2014

13 de Mayo de 2014

Martes

Aniversario de las apariciones de Fátima y fiesta de Madre Mazarello. En la misa nos acordamos de rezar por unos y otros, las salesianas en particular en el día de su patrona.
       Sigo dedicando las mañanas a estudiar y leer y por la tarde visito los pueblos. Hoy hemos comenzado por el pueblo anterior al del catequista, pues parece que hay gente que solía venir y ahora lo está dejando. Hemos visitado dos parejas, pero ha sido un acontecimiento para todo el pueblo y  nos han prometido venir a la reunión del sábado. Veremos a ver los que llegan.
       Por lo menos me ha parecido interesante ver cómo no soy yo el que habla, sino los componentes de las parejas los que les hablan y yo sólo intervengo en alguna ocasión para precisar alguna cosa.
         Acabada la visita volvemos al pueblo del catequista donde dejo a la gente de allí y sigo con los otros a Balei, donde tuve la experiencia de la loca la semana pasada.
       Hoy las cosas son diferentes, pues comenzamos el rosario en una nueva casa, sin ningún inconveniente y lo que al principio eran una veintena acabaron pasando de los cuarenta. Aprovecho para animar a los dirigentes de forma que se den cuenta de que rezar por las casas es lo que nos va a llevar a gente a la iglesia luego.
      La vuelta a casa, bastante tarde, más de las ocho y media, está bien animada por los dispuestos a viajar en cualquier momento. El vehículo está lleno y la gente contenta de viajar. Por lo menos es el servicio que puedes dar a quien verdaderamente lo necesita, hoy varias mujeres con críos pequeños.
       Cuando volvía por el camino pensaba en la suerte que tengo de poder dar este servicio a gente que verdaderamente lo necesita y agradecía a Dios el que lo pueda hacer y así servir a los que no tienen otros medios que desplazarse a pie.

      La lluvia amenazaba, pero se ha contenido y se ha desatado cuando ya estaba en casa y al abrigo de cualquier contingencia. En esta época, las lluvias se preparan en cualquier momento y te pilla el chaparrón y te puede crear problemas. Esperemos que tengamos la suerte de que nos pillen en casa.

lunes, 12 de mayo de 2014

12 de Mayo de 2014

Lunes

    Para la celebración del a misa están Peter y los diáconos que serán ordenados curas en el mes de julio. Así tengo ocasión de encontrarme con ellos y conocerlos. Después del desayuno salen de viaje, así que el tiempo que los he visto ha sido muy limitado, esperemos que tengamos más ocasiones posteriormente.
       Jos va a una reunión de una ong a Tikonko y yo paso la mañana estudiando lengua lo que puedo. Hace calor y se suda, pero se puede soportar.
         Después de comer y la siesta, todavía trabajo un rato en la lengua y leyendo; y luego salgo hacia el pueblo donde ayer me prometieron que rezarían el rosario hoy. El hecho de llegar es un acontecimiento, pues los niños tienen costumbre de venir a saludarme calurosamente y eso les llama la atención a los mayores, porque además no es sólo el saludo, sino que nos paseamos por el pueblo con algarabía y saludando a la gente, lo que me hace estar empapado de sudor y con los niños colgados de las manos y agarrados a mi ropa, que va cogiendo tinte, porque los niños destiñen, en especial por las manos; pero todos me saludan y a todos doy la mano y lo de la camisa o el pantalón lo soluciona la lavadora, y una sonrisa de un niño, vale por todo lo que pueda tener de inconveniente de cualquier otro tipo.
      Preparando las cosas, visitando a la gente, hablando con unos y otros, me voy dando cuenta de lo que se cuece en los diferentes sitios y uno de los problemas serios que descubro es la cuestión de la bebida. Hay adultos que beben y no se controlan… Hoy he comenzado hablando con uno particularmente y con amabilidad le he hecho ver que así no vamos a ir lejos. Me ha prometido que lo dejará… Por lo menos le he pedido a María Auxiliadora que le ayude y veremos a ver cómo lo hago con alguno más en la próxima visita.
       El rosario ha sido sobrio y participado, en lengua local, en la que bastantes de los niños no saben aún las oraciones. Ha habido menos gente que ayer, pero por lo menos  la oración se ha hecho y me han prometido que mañana lo harán también. Yo no puedo ir donde ellos todos los días, pues hay otros pueblos que rezan y a todos quiero acompañar.

       Me despido de ellos, muchos me acompañan hasta el coche y de nuevo me prometen que mañana rezarán juntos. Que Ella les asista.

domingo, 11 de mayo de 2014

11 de Mayo de 2014

Domingo

Como cada domingo salimos temprano hacia los pueblos. Hoy llueve y el camino está mojado con lo que hay que prestar especial atención a los posibles problemas de cualquier tipo.
       Dejo a Jos en Tikonko. Hoy vendrá el obispo para la misa, pues hay un arreglo de un terreno que darán a la Iglesia y también vienen de la capital para preparar la ceremonia de las ordenaciones que habrá en julio. Mientras todo esto pasa, yo estoy en los pueblos y un tanto ajeno a la situación.
       En el primer pueblo les cuesta llegar, pues como ha llovido y hace fresco, se está bien en la estera.  Me acompaña la madre de Daniel, un salesiano cura de aquí y que ha venido ya varias veces antes. Creo que es una cosa muy buena pues al ser catequista y conocer la lengua, siempre interviene en cualquier momento y te ayuda a completar ideas y a que la gente pueda comprender mejor lo que explicas.
       Hoy la figura del “buen pastor” es un problema para explicarla, pues aquí no hay vacas, ovejas o cabras en los pueblos, y si hay alguna, no están en vecerías, ni las guarda un pastor. Aquí son agricultores y los nómadas “pel”, los que son pastores y siguen a sus rebaños, no están por aquí cerca. Así que he tratado de tener inventiva y buscar imágenes que me ayuden a explicarlo.
      Lo primero que he visto es la imagen del buen pastor que está en la última página del calendario de este año… Y eso me ha llevado a la estatua que tengo como recuerdo de los veinticinco años de ordenación.
       Por asociación de imágenes, he empezado por la imagen que tenemos en el calendario, y ahí todos conocen a María y a Jesús. A medida que vas viendo las hojas por detrás, van conociendo a Don Bosco y otros personajes. Y cuando llegamos a la última página aparece el buen pastor. Explico la imagen y la ven todos. Luego con mucho misterio saco de la mochila un envoltorio en una bolsa de plástico y finalmente aparece la estatua el buen pastor, que a todos les llama la atención, porque no la conocen. La muestro de cerca, hago que la toquen y la vean con cierta calma y seguimos explicando  que Jesús es el buen pastor para nosotros.
       La madre de Daniel lee el salmo veintitrés en mende y de forma espontánea una señora empieza una canción que los demás siguen y que ella les ayuda a cantar. Creo que ha sido una buena intervención y cuando luego pregunto si durante la semana se acordarán, alguien me dice que incluso van a cantar la canción.
      También el viernes, mientras rezábamos el rosario al oscurecer, vi cómo una gallina con pollos se metía en la cesta en que las llevan al campo para que coman insectos. Creo que es la figura más cercana de lo que es ocuparse de los animales que he podido encontrar por aquí. Les gusta la imagen y vuelvo a recordarles que así se ocupa el Señor de nosotros.
      Al final de la oración hay varios que vienen a Tikonko, pues hay reunión y el vehículo está lleno, pues aunque llueva, siempre hay quien viaja y está en el camino.
      En el pueblo siguiente repetimos más o menos la misma idea, pero aquí insisto también en que es el día de las vocaciones e invito a la madre de Daniel, como madre de un cura a que hable a los presentes, y estoy de manera especial pensando en las parejas con los que me reúno, para animarlas a rezar y pensar en que si sus hijos tienen vocación, que les alienten y acompañen.
        Como Jos ha tenido ocasión de volver a casa y acompañar a los que han venido de Freetown, aprovecho para estar un buen rato en la reunión de la gente de los pueblos en Tikonko. Es algo que nos hemos encontrado y que nos parece bueno y no queremos cortar la iniciativa, aunque sí orientar, si es necesario
        Cuando vuelvo a casa son las dos y media y encuentro a Jos, pues los otros han ido a visitar familias. Como, echo la siesta y a las cuatro vuelvo de nuevo a la carga, pues hay que ir al pueblo en el que aún no han empezado a rezar el rosario…
        Esta mañana en la reunión pedí ayuda y hubo dos personas que me dijeron que me acompañarían. Me encuentro con ellas en el camino y, a pesar de la lluvia, nos presentamos en Lembema.
      Buscamos a un maestro, luego viene otro; luego, guiados por estos maestros, vamos a la casa de un bautizado y, antes de que lo piense dos veces, ya se han dispuesto a rezar el rosario.
       El sitio en el que estamos es un soportal amplio que nos permite estar a techo y no ser molestados por la lluvia y está en el medio del pueblo. Allí van llegando primero los críos y luego unos cuantos adultos. Al final había unos cincuenta críos y una docena de persona mayores.
       Las personas que me han acompañado leen el evangelio, tratan de presentar la figura del buen pastor como preparación antes de comenzar el rosario. Los críos están atentos un rato, luego unos se cansan y se distraen, otros se duermen… Los dos que tengo a mi lado acaban dormidos apoyados en mí y no puedo moverme, pero eso no me impide ver cómo la mayoría de los críos no saben las oraciones en su lengua y algunos de los adultos que han venido tampoco son capaces de rezar en su lengua, lo que me hace pensar que, si es que piensan venir a rezar, hay trabajo que hacer.
       Para finalizar les doy la bendición y les pregunto si están dispuestos a rezar el rosario los días que quedan del mes de mayo. Algunos me  dicen que sí, pero que necesitan quien les ayude. Les prometo estar mañana con ellos y ellos me dicen que estarán a la cita. Esperemos que sea cierto, porque ya voy descubriendo que hay gente cuya especialidad es decir que sí y luego…
       Llevar a la gente que me ha acompañado a sus pueblos y volver a casa, lo hago de noche, pues como está nublado anochece antes. Cuando entro en casa son las ocho. Jos y los otros han salido y me encuentro con Peter cuando vuelven y estoy acabando de cenar.
      Y Seguimos viendo milagros, pues esta tarde tenemos luz y aunque no es de mucha potencia y a veces se va, por lo menos me permite leer las noticias y hacer la crónica con una cierta calma, cosa que hasta ahora tenía dificultades para hacerla.
      Peter se ha ido a la cama, pues estaba cansado. Ha madrugado, ha conducido y mañana le espera el regreso. Yo consulto el correo, leo las noticias y me pongo a escribir. Aunque estoy cansado, sé que es mejor escribir hoy que dejar las cosas para mañana, pues la memoria está más fresca ahora y además contamos con luz, cosa que mañana, Dios dirá…

         Por lo menos creo que ha sido un día completo y en el que he encontrado a mucha gente y he tenido experiencias agradables. Le agradezco a Dios que me permite vivir esto y compartirlo con vosotros y le pido que sea nuestro buen pastor y nos ayude a serlo también con los demás.

sábado, 10 de mayo de 2014

10 de Mayo de 2014

Sábado

Hoy la luz también ha estado con nosotros durante la noche y se ha ido por la mañana. Por lo menos he podido lavar, aunque sea a altas horas de la madrugada, poner un programa largo para que la ropa se pueda lavar a conciencia.
       Por la mañana salgo con el coci al mercado. Siempre es bueno conocer y ver lo que pasa y es el día en que él está libre, pues los demás ha empezado con clases y está un poco apretado de tiempo. Él está contento de verme que le acompaño y que tratamos de hacer las cosas juntos. Y cuando le comento que quiero que se dé cuenta de que estoy con él para ayudarle y para que me enseñe cosas, que yo también quiero aprender, sonríe y me da las gracias, y lo mismo hago yo con él.
       Hoy nos ha puesto un pescado blanco frito que tiene buen sabor. Estábamos en la plaza y entre los muchos pescados pequeños vi uno grande y compramos la mitad, pues entero es demasiado para nosotros y conservarle en el frigo aún no es posible. El coci estaba contento de la compra y yo le animé a que también lo podía hacer cuando estuviera solo él, pero eso creo que le cuesta más decidirlo.
       Por la tarde fuimos a los pueblos y tuvimos invasión de vehículo. Nada más salir de Bo hay un pueblo en el que había habido un funeral y mucha gente había venido. Reconocí a alguien que me hizo señas de que parara y cuando paramos, en tropel, aparecieron todos los posibles y más, que invadieron el coche… En esos momentos no sabes qué hacer y cómo reaccionar, pero te das cuenta de la falta de educación y el poco respeto que se tienen unos y otros. Se metieron por fuerza los hombres y luego entraron las mujeres que pudieron… Por ganas hubiera hecho salir a los hombres y cargado a las mujeres, cosa que en otro sitio se comprendería, pero aquí todavía no hemos llegado a ese nivel, así que paciencia y a seguir educando al personal.
     Hoy las parejas estaban presentes y había más que otros días, siempre con algunos espectadores que prometen venir con su pareja la próxima vez. Aproveché para hacerles el comentario de lo visto en el vehículo; algunos sonreían, otros estaban en silencio y yo volví a insistir para hacer ver a los hombres que respetar a la mujer es lo primero y fundamental para que el matrimonio funcione bien por aquí.
       Después de la reunión les pasé unas cuantas fotos en la pantalla del ordenador, sobre todo de lo que he hecho con parejas en otros sitios y les llamó la atención, sobre todo el ver a mucha gente reunida, pero también les hice ver que había comenzado como lo hemos hecho nosotros, un grupito muy pequeño, lo que les agradó y también me permitió preguntarles cuanto tiempo nos iba a llevar conseguir ser un grupo numeroso, pues está claro que depende del trabajo que ellos hagan con otras parejas. Algunos se sonreían, otros dijeron: llegaremos.
        Rezamos el rosario, les di la bendición y les animé a llevarla a las personas que están en casa y la necesitan. Es algo que aprecian mucho por aquí.
        La vuelta a casa, otra vez con el vehículo lleno y algunos pidiendo plaza para mañana por la mañana, pues vienen a una velada de oración por un difunto y eso suele durar largas horas.


viernes, 9 de mayo de 2014

9 de Mayo de 2014

Viernes

Hoy nos ha venido de nuevo la luz, lo ha hecho un poco antes de la media noche y se ha ido más tarde, hacia las ocho. Ya es un progreso y, esperemos que sigamos avanzando, pues vivir sin luz es algo que te limita mucho en tus posibilidades de emplear la noche para hacer cualquier trabajo.
      La mañana está nublada y un día plomizo me da unas ganas de dormir, que me tengo que imponer por fuerza, sobre todo en el tiempo que paso estudiando lengua.
       Por la tarde voy a rezar a un pueblo en el que ya he estado esta semana y que creo que no se lo esperaban ni imaginaban que pudiera presentarme, así que la sorpresa también juega su papel.
       Para empezar, me tropiezo en el camino con los dos maestros que cada uno por sus motivos están de viaje; esto me permite encontrarme en el pueblo con la gente de allí y ver lo que hacen cuando los maestros no están.
      Uno con quien suelo hablar me dice que intentará dirigir el rosario lo mejor que pueda ya que los maestros no están presentes. Le digo que no se preocupe demasiado, y  que estoy seguro que lo hará bien.
       Tengo tiempo para darme una vuelta por las casas y hablar acá y allá, primero con unos jóvenes que apenas hablan inglés, pero que nos pasamos un rato agradable estando  juntos; luego viendo cómo varios hombres juegan  a un juego que no conocía hasta ahora, son una especie de peonzas hechas con una semilla de coco pequeña y que con un mango la hacen girar sobre una estera que han extendido en un recipiente que permite tener un espacio cóncavo.
      Las peonzas son del tamaño de un chupachups y el palito es como el mango del mismo. Las hacen girar con fuera al tirarlas sobre la estera y darles movimiento giratorio agarrando el mango con las dos manos y deslizándolas en sentido contrario.
       Las peonzas salen girando con fuerza sobre la estera cóncava y cuando se encuentran una con otra salen despedidas. Gana la que echa a las otras fuera y queda dentro, pues pasa con frecuencia que con la fuerza del choque todas salen despedidas de la estera.
       Después estuve desgranando cacahuetes en otra tertulia y el que mejor hablaba inglés y llevaba la voz cantante me dijo que le encantaba el fútbol y que conocía equipos españoles y que le gustaría viajar a España. En esto no creo que sea original, pues en todas partes eso de ir a Europa priva…
       Dedico ratos a estar en contacto con la gente en los pueblos, pues creo que es la manera de hacerse conocer y que te sientan cercano y que vean que quieres estar con ellos… Lástima que todavía la lengua vaya para largo.
       A la hora del rosario, nos encontramos en la casa de uno de los maestros ausentes y no hay tantos como el día pasado pero creo que las cosas se hacen con sobriedad y dignidad y la gente nos ve rezar y nos respeta.
        A la vez que rezamos, está oscureciendo y ves las otras personas que no rezan con nosotros haciendo sus labores. Hoy me ha llamado la atención ver cómo las gallinas que tiene pollos están acostumbradas a entrar en unos cestos en las que también las llevan al campo cuando van a trabajar para que se puedan alimentar de insectos, particularmente de termitas.
        Acabamos el rosario, les doy las gracias y les felicito por su presencia, les doy la bendición y me encamino hacia casa. Hoy no hay nadie que venga desde el pueblo, pero a lo largo del camino te encuentras a mucha gente que vuelve de sus fincas y están muy contentos cuando al llegar a su altura te paras y les invitas a entrar. Hoy he tenido media docena para llegar al primer pueblo y todavía en el tramo de camino siguiente he vuelto a cargar, esta vez había más de una docena, algunos de los cuales conocía ya de otras veces y cuando hemos llegado a su destino me han agradecido el que les haya traído.
        Me parece que es una buena forma de darte a conocer, como quien les hace un servicio que, por lo general, pocos conductores hacen.


jueves, 8 de mayo de 2014

8 de Mayo de 2014

Jueves

  Amanece nublado, pero la lluvia no llega. Paso la mayor parte de la mañana estudiando lengua, además de hablar con Uba y tratar de conectar en internet, que hoy no ha funcionado hasta la noche, ni siquiera en los cibers de la ciudad.
       Por la tarde voy a pueblos. Primero intento visitar Lembema. El maestro está presente, pero es él mismo quien me dice que la gente está en las fincas trabajando. De ello deduzco que la hora que él mismo me ha sugerido no se ajusta a la realidad. Prometo volver el domingo por la tarde y ver qué se puede hacer.
       En el pueblo del catequista, estudio un rato la lengua. Todavía hay muchas cosas que me resulta difícil comprender, así que a tomarlo con calma y a estudiar un poco cada día.
       Después voy para rezar el rosario en el pueblo siguiente, Balei. Primero damos una vuelta saludando a la gente que ya nos vamos conociendo. Hay una furgoneta que está cargando hojas de mandioca para llevar a la capital. Lo cierto es que son verdaderos artistas cargando vehículos hasta los topes.
       La mujer del maestro tiene malaria, pero a pesar de todo viene a rezar el rosario en la casa de una familia vecina. Comenzamos una veintena; pronto se añaden otros y pasamos de la cuarentena, de los que más de la mitad son críos.
      Si al principio la cosa empezó normal, luego se animó con la visita de una señora fuera de su juicio, que nos ayudaba a acomodar a los críos con el consiguiente jaleo y risas de los asistentes. Por fin se sentó junto a mí y cuando se pasaba demasiado, un ligero toquecito le hacía volver a su sitio. Así estuvimos ten con ten hasta que en las letanías acabó marchándose, pero para estas alturas ya había recorrido varias veces la asistencia y montado varios tinglados, de forma que aquello en algunos momentos parecía más la feria que el rezo del rosario.
      Me llamó la atención el respeto que tienen a los locos y cómo no se meten con ella. No he preguntado, pero imagino que es más o menos lo mismo en todos los sitios. Los cuerdos piensan que los locos te pueden revolver tus espíritus, por lo que les tienen un gran respeto, pero la gozan viendo a los críos que no son conscientes como los mayores, meterse con ellos y hacerles cualquier perrería.
      Después de dar la bendición, ya tenía una buena procesión dispuesta a viajar en el vehículo, de forma que estábamos llenos desde la salida, que se retrasó un poco, pues me vino a hablar uno de los maestros para decirme el problema que tiene de agua en la escuela.
       Como los otros maestros estaban también cerca, les llamé y nos entretuvimos un rato hablando de la escuela y los problemas que tiene y cómo tratar de hacer que los padres de los alumnos participen y colaboren en la educación de los hijos.
       Si ahora mismo no se puede ofrecer ninguna solución rápida, por lo menos hemos quedado en reunirnos de vez en cuando y tratar de sensibilizar a los padres de los alumnos y que la colaboración sea regular. Pero esto no me parece que sea materia para este curso o el que viene. Por lo que voy viendo, hacer cambiar las actitudes no es fácil, ni la gente está tan predispuesta a cambiar su costumbre.
      Para finalizar les propuse que cada día rezaríamos unos por los otros y todos por que los problemas de la escuela encuentren una solución lo más pronto posible.

       Cuando llego a casa lo primero que hago es cambiarme la ropa y ponerla a remojar, pues he tenido doble sesión de niños en dos pueblos y que te sigan una docena de críos colgados de cada una de tus manos, da para muchas anécdotas y también permite que tu ropa vaya cogiendo color, de forma que al llegar a casa en lo primero que pienso es en cambiarme, porque entre los niños y el sudor, la lavadora tendrá que hacer horas extras.

miércoles, 7 de mayo de 2014

7 de Mayo de 2014

Miércoles

Hoy hemos tenido algo inesperado. Hacia la una de la mañana se han encendido las luces. Es algo que nos ha pillado por sorpresa. Cuando me despierto y veo la luz y no oigo el ruido del generador, me doy cuenta que ha vuelto la luz. Ya estábamos tan acostumbrados a vivir sin ella que ni pensábamos que algo así iba a suceder. Pero la alegría dura poco, porque a las seis en punto de la mañana se ha ido y no ha vuelto en todo el día.
       La mañana la dedico a estudiar, además de hacer alguna otra cosa, así como un buen rato de la tarde. Hay que tomar las cosas con calma, pero cuando a algo le dedicas tiempo, acaba saliendo adelante.
         Por la tarde he ido a Valehum para rezar el rosario. Como he llegado con tiempo, me dedico a pasearme por un sitio y por otro para conocer. La gente te saluda con afecto y es en ese momento cuando puedes tener una charla con uno o con otro. Hoy, después de haber dado una vuelta por el camino con una docena de críos alrededor, me he sentado a desgranar cacahuetes con alguien que está preparando las cosas para luego plantarlos.
       Después de un rato hablando de uno y otro asunto, acaba diciéndome que él no viene a las reuniones con las parejas porque tiene dos mujeres y no piensa que puede despedir a una. Me parece una persona seria y cuando seguimos hablando me explica que su familia es musulmana, pero él creció en la capital y allí estuvo con los metodistas y luego, aquí como los metodistas se marcharon y vinieron los católicos, pues es con ellos con quienes se encuentra a gusto y reza.
       Creo que me ha hablado así porque varias veces nos hemos visto de cerca y hemos hablado y se ha sentido con confianza para compartir lo que está viviendo. Yo le agradezco la confianza y le animo a que rece a Dios y que le ilumine, a la vez que le prometo rezar por él, cosa que agradece sinceramente.
       El rosario es en una casa en medio del pueblo. Hay una treintena entre niños y adultos. La oración es sencilla y concisa y al final les doy la bendición, animándoles a llevarla a todas y cada una de las personas que en casa tengan necesidad.
      Uno de los maestros me dice que su madre está enferma, que si la puedo transportar a Bo. Vamos con el vehículo cerca de casa y en el asiento trasero cargamos a la señora con unos cuantos bultos. Todo el camino trato de venir con cuidado, pues los baches, que ahora son charcos, los desniveles de terreno y los arroyos son numerosos y hacen que el vehículo salte más de lo conveniente para una persona de avanzado edad y muy débil.

      El camino es sin percances y en Bo, el acompañante la baja arrastrándola y la deposita en plena acera. Veo las cosas desde el volante del coche y tampoco me puedo bajar a ayudarle porque ni me ha dado tiempo. Luego veo que ha llamado a alguien para ayudarle y, como no quiero seguir perturbando el tráfico, pues estoy aparcado en la calzada, sigo mi camino. Por lo menos les deseo buen final del día.

martes, 6 de mayo de 2014

6 de Mayo de 2014

Martes

Esta mañana hemos celebrado la misa de Domingo Savio. No teníamos ningún libro ni referencia, pero por lo menos nos hemos acordado de él y le hemos pedido que siga ayudando a la juventud.
      Por la mañana después de barrer insectos y especialmente alas, estudio un buen rato la lengua. Luego me vienen a ver los del pozo y con la monja intentamos llegar a una solución para acabar lo que hay hecho.
       Yo aprovecho para hablar y conocer de cerca al encargado de la gente que trabajaba en el pozo. Hace ocho años que está en este trabajo y veo que tiene interés en las cosas y buena disposición, que ya es algo interesante. Para el resto iremos viendo y contaremos con las últimas directrices de la monja.
         Después de comer voy a pueblos. El primero al  que voy, Lembema, me han prometido que rezan el rosario hacia las cuatro, y cuando me presento, constato que no hay tal; además el maestro está bastante cargado, lo que me hace ver la necesidad de contar con alguien más apropiado para la labor de reunir a los otros. Pediremos a María que Ella se encargue de guiarnos en la decisión a tomar y de encontrar la persona que necesitamos.
       En el pueblo siguiente, el del catequista, encuentro al catequista disponible y tratamos de trabajar un poco en la lengua, pero sin tardar aparecen las parejas, cosa que no me esperaba y lo que no pudimos hacer en la reunión del sábado, lo podemos hacer hoy. Yo aprovecho para hacerles ver una serie de detalles a tener en cuenta en su relación, especialmente remarcar lo positivo del otro y tenerle siempre en cuenta.
       Lo que esperaba como comunicación el sábado, sucede hoy y cada pareja habla con alegría de la experiencia que viven juntos. El primero que habla, con mucha dificultad de expresarse en inglés, pero haciendo verdaderos esfuerzos, dice que su mujer, que está en los últimos días de su embarazo, estaba con gran dolor de cabeza y que no sabían qué hacer y los dos juntos se pusieron de rodillas y rezaron con fe y el dolor de cabeza se le pasó…
       Otra pareja habla de que la mujer ha ido a casa de su madre y que cuando antes pasaba una cosa así, siempre le costaba volver de nuevo donde su marido y él tenía que incluso ir a buscarla. Esta vez se fue y se hablaron por teléfono y, como su madre estaba enferma y necesitaba su ayuda, se entendieron por teléfono y ella estuvo unos días más, pero a la vuelta para los dos el encontrarse fue una fiesta y los hijos estaban también muy contentos.
        Otro habla de su experiencia después de una enfermedad seria en la que su esposa ha estado siempre a su lado y de la alegría que tienen los dos de vivir y estar juntos y rezar a Dios y darle gracias cada día por el don de la vida y por vivir esta experiencia de compartir juntos.
       Una cuarta habla de la situación de cierta liberación este año al poder trabajar su campo solos ellos, no con otros miembros de la familia como pasaba los años anteriores. Y ahora que los dos se entienden y se ayudan, están la mar de contentos con lo que hacen juntos.
       Lo que no había podido escuchar el sábado lo he escuchado hoy y le he dado gracias a Dios que me permite vivir estos momentos tan especiales con estas parejas que están disfrutando de una vida con un nuevo sentido, que es compartir entre ellos la vida y el amor que Dios nos da.
       Les hago ver que lo que están viviendo ellos no tienen derecho a quedarse con ello, sino que lo tienen que compartir y quedamos de acuerdo que en vez de encontrarnos dos veces por semana, lo vamos a hacer una vez, pero el otro día le van a utilizar para ir a rezar a las casas con otras parejas en el pueblo, cosa que me dicen que están dispuestos a hacer.
       Después de la reunión tenemos el rosario, que rezamos en casa de uno de los matrimonios que han participado en la reunión. Hay unas cuarenta personas y al anochecer, con el calendario de María Auxiliadora presidiendo el rosario, le pido que bendiga a todos y cada uno de los presentes y los ausentes, Al final del rosario les doy la bendición y les recuerdo que la lleven a los que más necesidad tengan de ella en casa.
       Cuando vuelvo para  casa, una de las parejas me regala una piña enorme. Están agradecidos porque les he ayudado en momentos de enfermedad, complicados para ellos. Y aunque es más tarde de las ocho y media, siempre hay candidatos a viajar. Hoy he encontrado a varios en camino que cuando les  montas en el vehículo están más que contentos.

        Al final, llegando a casa, estoy cansado, pero me siento contento de lo vivido con unos y con otros y le doy las gracias a Dios que me permite vivir estas experiencias en primera persona y también compartirlas con vosotros.