La
mayor parte de la noche se ha pasado lloviendo, así por la mañana tenemos niebla
y ambiente húmedo. Como es último sábado de mes, toca limpieza en todos los
sitios. El cocinero ha venido pronto para hacer también su limpieza más esmerad,
pues desde que estudia, con frecuencia no tiene todo el tiempo que quisiera para
hacerlo.
Ha venido
la luz y ha estado con nosotros todo el día, algo a lo que ya no estamos
acostumbrados. He aprovechado para poner cosas al día del ordenador, pero no ha
habido forma de enviar correos con fotos. Por más que lo he intentado, los
correos siguen en la bandeja de salida.
Por la
tarde vamos a pueblos. Jos a Tikonko y yo a Nyagorehun, donde hay reunión de
parejas. Hoy acabamos siendo tres y media, pues los demás por uno u otro motivo,
no están presentes.
Le
reunión se desenvuelve bien. Comenzamos rezando y leyendo y comentando el
evangelio del día, hoy fiesta de la Visitación. Y Lo mismo que María va a
visitar a Isabel y lleva al Salvador, lo mismo hacemos nosotros cuando visitamos
parejas en sus casas, llevarles el anuncio de la buena noticia, que es el
evangelio vivido y testimoniado de forma concreta por nosotros en
pareja.
También hay comunicación de experiencias vividas, entre otras cosas el
que ahora son capaces de entenderse sin discutir ni enfadarse, cosa que antes
era muy frecuente. Y otra de las cosas que hay es que el ambiente en general en
los pueblos va cambiando a cuenta de lo que ellos están viviendo, pues donde
ellos actúan, las cosas cambian.
Alguien ha
comentado que le ha prestado diez mil leones a su mujer que tenía necesidad, que
eso pasa ahora, que antes no había ninguna posibilidad de que una cosa así se
hiciera.
Les
provoco para que hablen y se comuniquen y les animo a ver la presencia de Dios,
su gracias en todas y cada una de las cosas que nos comunican y les animo a que
las compartan con otros, que la gracia de Dios es para compartirla, lo mismo que
nos enseña María hoy en su fiesta de la Visitación.
Acabamos reuniéndonos con los demás para rezar el rosario. Hoy hay mucha
gente menuda y estamos cuarenta y cinco alrededor del calendario en la casa de
Daniel, al lado de la iglesia.
Hay quien
me sigue en el vehículo hasta Tikonko y en el camino me encuentro con la señora
que llevé ayer al hospital, que vuelve a pie y de noche, pero como me paro para
saludar, ella se presenta y me da las gracias y me dice que ya está
curada.
A
modo de resumen del mes, creo que el rezo del rosario ha hecho cambiar bastantes
cosas en las comunidades que se encuentran para rezar y puede ser el principio
de un cambio de sentido en la gente. Por otra parte a mí me ha permitido el
contacto más cercano con ellos, el conocer pueblos que antes no había visitado,
el ver a la gente en sus actividades, pues cuando iba a los pueblos pasaba por
las granjas donde los campesinos estaban trabajando, y también darme cuenta de
que las mujeres siguen teniendo problemas con el agua, que tienen que ir lejos a
buscarla, y que muchos pueblos no tienen camino de acceso. Traer la fe tiene que
venir acompañado de otras cosas como son el agua para las mujeres y los caminos
para todos. Esperemos que Dios nos ilumine y nos ayude a hacer de esto que puede
ser un sueño, una realidad en la que la gente pueda vivir y encontrarse con Dios
a su gusto.