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martes, 6 de octubre de 2020

Una ordenación sacerdotal…

 

Se ha ordenado de cura un salesiano del país…

 


Vivimos tiempos revueltos, pero vivimos, y estamos contentos de lo que estamos viviendo y agradecemos a Dios los momentos que estamos disfrutando si pensamos en particular en la ordenación sacerdotal de Samuel, salesiano del país, que acaba de tener lugar este sábado, tres de octubre.

Las cosas estaban previstas y programadas para otro momento, en el mes de julio, pero el virus que ha cambiado tantas cosas, también nos ha hecho cambiar el programa y acabamos celebrándolo en octubre. Primero porque Samuel, que estudiaba en Jerusalén, no pudo viajar para aquella fecha y luego porque estando en cuarentena, las cosas no se veían claras y, reunir a mucha gente para un tal acontecimiento siempre es un riesgo añadido.

Aunque en los partes del gobierno van apareciendo contagios y muertes, creo que vamos por los setenta-ochenta muertos, de un tiempo a esta parte parece ser que la cosa ha cesado y la realidad es que el virus no está por esta zona, lo que nos da tranquilidad y un respiro a la hora de encontrarnos en gran número.

La realidad es que hicimos previsiones para limitar la asistencia, comenzando por pensar en unos doscientos, pero quién puede decir a alguien que no venga a una ordenación, algo que sucede muy de tarde en tarde y a la que todos quieren participar, como todos han contribuido a la preparación…?

La preparación en todos los aspectos fue laboriosa y los esfuerzos muchos. La colaboración de la gente muy buena y la participación, numerosa. El péndulo me decía que no habría problemas de corona y así parece que ha sido, pues nada hemos notado por el momento.

La ceremonia sobria y bien organizada, el obispo muy bien en su oficio y en particular en la homilía, muy cercano y concreto; el coro bien dirigido y el ambiente de oración y festivo como debe ser una celebración.

Hubo momentos para todo, desde el recogimiento silencioso hasta el aplauso ruidoso, todo ello bien llevado y con buen ritmo y la ceremonia no fue larga para lo que aquí estamos acostumbrados.

Al salir de la iglesia y después de unas cuantas fotos, cada uno se fue a su sitio para el refrigerio y cada uno después a su destino en espera de la celebración del domingo, la primera misa que fue en un pueblo de la parroquia donde los padres del misacantano viven.



El tiempo muy en consonancia con la fiesta, soleado y no muy cálido, lo que nos permitió una celebración no bañada en sudor y por la tarde se puso un poco nublado presagiando que caería la lluvia, que siempre es una bendición.

Al oscurecer ya lloviznaba y a medida que avanzaba la noche la lluvia iba aumentando y amaneció con lluvia abundante, quizá una de las últimas de la estación de lluvias que está a punto de finalizar. Y no olvidemos que la lluvia es siempre una bendición y al acompañar a la ordenación, doble bendición, por lo que damos gracias a Dios.

A la primera misa en el pueblo no pude asistir, pues tenía que estar en otra parroquia, pero me han dicho que la lluvia cesó antes de comenzar la misa y volvió un poco después de acabarla…

Un detalle bonito. Desde Bo, a doscientos cincuenta kilómetros, se presentó Daniel, alguien a quien he tenido muy cercano el tiempo que estuve por allí y se presentó con su hijo, que era el monaguillo cuando decía la misa en el pueblo, para que vea y aprenda, pues pienso si un día él puede ser también como Samuel, esto es lo que me dijo… Antes de irse, nos despedimos rezando en mende, su lengua, dando gracias a Dios por lo vivido y pidiendo que a cada unos nos ilumine el camino a seguir.

También vino un grupo de gente joven que habían conocido a Samuel y con los que yo había tenido también contacto. Me agradó que varios vinieron donde mí a confesarse recordando las experiencias vividas anteriormente con ellos.

Las vivencias han sido muchas y no todo es posible contarlo. Quede esto como testimonio de lo vivido estos días y a lo largo de la preparación y mi acción de gracias a Dios por todo lo que hemos disfrutado y recordado.

 

Las fotos no son muy buenas, pero es lo que tengo y lo que he podido sacar desde mi puesto privilegiado y sin necesidad de moverme de un sitio para otro. Creo que nos dan la imagen de lo que buscamos.

 

Gracias a todos y una oración por Samuel. 6-X-20


















 

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