Vistas de página en total

jueves, 27 de febrero de 2020

Uf… Me han quitado un peso de encima… en la peluquería



El letrero dice que es el paraíso...  La realidad... es otra cosa
No es nada especial, es simplemente que he ido a la peluquería y me han cortado el pelo, pero aquí siempre es una aventura cuando un blanco se presenta en una peluquería para cortarse el pelo, ya que por lo general el peluquero nunca se ha visto en otra igual y el pelo de los locales, bien áspero y rizado, tiene poco que ver con el pelo liso y lacio que tengo, y a la hora de cortarte el pelo no tienen la costumbre que nosotros tenemos y “afeitarse” la cabeza es algo que suelen hacer con toda naturalidad, por lo que no saben dejarte una cantidad razonable… 


Cuando vas a la peluquería ya sabes que te expones a un rapado más o menos intenso, pero siempre es agradable el quitarte el peso de encima. Y es que cuando vine ya tenía una cierta necesidad de cortarme el pelo, pero a cuenta del frío, siempre me pareció una protección contra cualquier posible catarro; pero ahora aquí con más de treinta grados y sudando, el pelo largo es un engorro, así que acabas buscando el momento para presentarte ante el esquilador y… a lo que salga. 

No he sacado fotos del corte, creo que no es lo importante, aunque sí he intentado presentar el sitio, con fotos de la peluquería y del ambiente. También decir que el joven que me recibió me conocía de haber venido a la iglesia, lo cual ya era para mí un signo de poder estar tranquilo y no esperar más que el corte, aunque fuera al cero. 

Sí tengo que decir que el mozo fue sumamente amable y se tomó todo el tiempo conmigo. Me pasó y repasó minuciosamente cada una de las zonas con el resultado de dejar la parte en pendiente totalmente despejada y la zona lisa, como tenía la mano encima, no entraba dentro de las posibilidades. 
La peluquería,  el interior... puso el generador en marcha y limpió a conciencia la silla de pelos

La realidad es que después de uno y otro pase, no me ha dejado un pelo más largo que otro y todo está bien igualado. Cuando acabó me puse la gorra para protegerme del sol o para cubrir el desaguisado y en casa me metí en la ducha y me deshice de los últimos pelos que me quedaban. 

El resultado es que ahora ya tengo la cabeza despejada y estoy libre de preocupaciones de cortes de pelo para varios meses, dependiendo del calor que haga y lo que sudes. Y la verdad, es que la sensación de estar despejado es quitarte un peso de encima y sentir la brisa agradable que viene del mar por la mañana y por la tarde es un lujo que se puede disfrutar mejor ahora que con el pelo largo. 

Las fotos ayudan a ver lo que es el reducido espacio de la peluquería y la cara amable del peluquero indica la amabilidad con la que me trató… Y no es lo menos importante el precio. Todo por menos de un euro, propina incluida.
Sonriente me dice que puede comenzar.

La peluquería al exterior.  Modelos de corte de pelo para gente local...No hay un modelo para mí

No hay comentarios:

Publicar un comentario