Voy a decir misa a Towama. El
catequista ya está en la iglesia y los demás van viniendo poco a poco. No hay
muchos pero son fervientes. Aprovecho para hablar un momento con el catequista
y me dice que tiene problemas con su esposa. Depués, a la salida, como hoy no
tengo prisa, les pregunto por lo que la señora me dijo el domingo después de
misa. No están sorprendidos, lo que quiere decir que lo saben y la
recomendación es que hable con los interesados, cosa que pienso hacer, pero por
intermedio de las parejas.
Vuelvo a casa y Joseph y Christian
se preparan para ir de viaje y van aprestando el vehículo que les llevará.
Christian va de vacaciones, pero la realidad es que va a renovar el pasaporte
que se le acaba el plazo y no le permiten estar más tiempo en el país sin
pasaporte.
Sigo con el mecánico que aún no ha
traído el vehículo y me promete que vendrá, cosa de la que no estoy nada
seguro. También viene un carpintero, uno de los que vendrán a descargar el
contenedor y le pido un presupuesto para renovar el tejado y me promete que lo
hará, pero la realidad es que se ha pasado el día y no lo he recibido.
Voy en el coche rojo a Nagoyon a ver
el trabajo de los albañiles y, aunque ha cosas que no están todo lo bien que
debieran, no les puedo culpar, sino que creo que tengo que estar más presente
en el tajo, pero hoy sin vehículo… Les doy las orientaciones pertinentes y
espero que hayan entendido, cosa que no siempre sucede, en particular con los
albañiles, que ninguno de los dos habla inglés...
Me doy una vuelta por Baley y veo la
escuela y los viveros que están haciendo y que han quemado una zona para
limpiar el terreno, pero los maestros no aparecen por allí.
Las oraciones en casa son sin luz,
pero a la hora de la cena la luz se hace presente y podemos cenar viéndonos y
disfrutamos un rato largo de su presencia.
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