Después de la misa y desayuno, visito con Lotar el
hogar para las chicas. Es un espacio muy reducido. Tiene capacidad para quince y
superan la veintena, porque no se puede renunciar a ningún caso. La situación es
complicada de describir. Por una parte las monitoras reunidas programan y las
chicas están en dos habitaciones en recreo. Se ve la necesidad de unas
monjas…
En
casa no tenemos luz la mayor parte del día y lo empleo en leer. Me estoy
acabando el tercer libro que me han pasado sobre Sierra Leona y trata sobre la
experiencia de un misionero secuestrado dos veces durante la guerra. Describe
muy bien el dolor y las tribulaciones de todos. Tanto sufrimiento para que todos
perdamos… Que Dios nos tenga de su mano para que algo así no se repita
nunca.
Por la
noche llega “Jos”, el salesiano con el que estaré en Bo. Nos saludamos y nos
deseamos suerte, ya que mañana emprendemos viaje juntos.
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