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martes, 25 de octubre de 2016

25 de Octubre de 2016

Martes

No me llegó a sonar el despertador y también estamos sin luz, pero para las cinco y media ya estaba en el pueblo donde dije la misa y lo bueno es que la gente también estaba ya dispuesta, y me sigue admirando su disponibilidad a la hora de venir a la iglesia.

Después de la misa y los saludos a unos y otros, voy con los maestros de la escuela a Balei, donde tenemos una reunión de alrededor de una hora y hablamos de varios temas, uno de los más importantes para ellos es el de su asistencia a clase para obtener el título, pero también hay otros como la falta de material escolar o las deficiencia en la escuela. Les hago ver que no es posible darles todo al mismo tiempo y que recibir las cosas poco a poco es la manera de aprovechar bien todo y hacer una buena administración y están de acuerdo en ello.

Cuando vuelvo a casa, aprovecho que no estoy muy lejos en el camino y me paso por la escuela de Lembema. Allí me encuentro con que tienen más problemas de los que hubiera deseado y que habrá que proceder con tiempo a una mejora de la situación.

En el desayuno, a hora muy tardía, se presenta Sergej y hablamos unos momentos. Hay cosas que se deben reparar y que son urgentes, y le animo a que lo haga, además de intentar hacerle ver lo importante que es para el resto de la comunidad su presencia.

Comemos a la hora y el coci se va adaptando y creemos que hace buena comida. Como he desayunado tarde, ahora tengo poco apetito, pero por lo menos estoy con los demás y compartimos intereses y sufrimientos. Joseph está fuera y llega más tarde, a tiempo para abrir la habitación de abajo, pues es él quien tiene la llave y la queremos preparar para los que lleguen.

Hoy en la siesta duermo un poco más, pues me levanté muy temprano y después leo hasta que es la hora de ir a rezar. Empezamos por el rosario en la iglesia de casa y donde no hay mucha gente; después voy a Mattru, y en primer lugar voy a la casa de un señor que está enfermo y rezamos con él y le damos la bendición antes de ir hacia la iglesia, donde ya hay gente que va llegando y me dicen que suelen comenzar con un cierto retraso.

En el camino voy comentando con Christian, el clérigo que me acompaña, lo que ha pasado durante el día y convenimos en la necesidad de comunicarnos entre nosotros y mostrar que es compartiendo como hacemos también equipo. Durante el viaje me suelo parar y montar a los viandantes. Hoy los hay de varias medidas y tamaños, la mayoría que vienen de la escuela.

Cenamos con la luz que viene del generador y me conecto a internet, pero hoy es difícil porque la intensidad es debilísima.

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