Antonio va a rezar a Nagoyon y al mismo tiempo lleva al pocero para acabar con la limpieza del pozo, mientras por otra parte está buscando un presupuesto para la tapa.
A la vuelta se pasa por el banco donde le anuncian que ha llegado dinero, pero para sacar cualquier cantidad deben estar las dos personas que firman, cosa que nos lleva toda la mañana para poder obtenerlo y en cantidad limitada. Por lo menos podemos decir que tenemos dinero.
Las idas y venidas al banco han hecho que no quede tiempo para la clase de lengua. Esperemos que otro día tengamos más suerte.
La tarde vamos a los pueblos. Antonio a Cassama y Valehun, donde Samuel se queda a hacer oratorio y Uba en Balei, donde recibe una buena impresión de la forma de rezar el rosario con cantos, intenciones y lectura del evangelio del día.
A la vuelta amenaza la nube, pero al final no cae, con lo que seguimos sudando y, como estamos sin luz, encendemos el generador.
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