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jueves, 2 de noviembre de 2017

2 de Noviembre d e2017

Jueves

Hay más devoción hacia los difuntos que hacia los santos. La gente viene a misa, aunque no estén acostumbrados, lo que me hace pensar en la gran necesidad que tienen de catecismo.
Nos levantamos sin luz y quiero ir a Mattru, como cada jueves, pero por la noche ha llovido y ha habido mucho viento y en cuanto dejo el asfalto y me encamino hacia el pueblo, me encuentro con un hermoso árbol cruzado en el camino que no me deja ninguna posibilidad de pasar…
Media vuelta y a casa, donde estoy esperando si van a venir a misa, pues no suelen venir muchos, pero hoy sí que vienen, aunque como ha llovido, muchos lo hacen tarde. Aprovecho para hablarles de nuestra intercesión por los difuntos y nuestro compromiso con ellos es de rezar, que ellos también interceden por nosotros.
Después de la misa en casa tengo todo dispuesto para ir a Balei a la escuela… También aquí se ha hecho notar el viento… Una enorme palmera está bien cruzada en el camino y no hay forma de pasar. Llamo a Daniel y les digo que no llegaré… Me doy media vuelta y en Tikonko tengo un rato para esperar que aprovecho para leer y hasta dormir un poco porque no hay nadie que se presente. Finalmente viene uno y limpia algunas cosas de lo que acumuló el viento por la noche, pero la realidad es que hoy la misa es en el cementerio y allí están esperando los congregados, unos cuantos adultos y los críos de la guardería.
Entre pitos y flautas se ha pasado la mañana porque el camino sigue en su estado lamentable. Como solo, porque Christopher tiene también un encuentro con gente a la misma hora.
Después de un rato de siesta hablo con el fontanero que hace varios días que no le veía y la cara muestra claramente que ha estado enfermo. Me dice que esta vez ha sido la boca lo que le ha molestado, pero que ya va mejor.
Vamos al cementerio para celebrar la misa por los difuntos. Este año han organizado la cosa de forma diferente. El año pasado vinieron sólo gente de las parroquias y no había muchos, pero ahora ha habido una enorme representación de alumnos del colegio que tenemos al lado del cementerio, tiene más de mil alumnos, uno de los mejores de la ciudad y que es colegio católico. Así hemos tenido la sensación de ser numerosos donde en realidad no hay tantos.
En casa me encuentro con Daniel que ha venido del pueblo y no tiene para volver y me pide si le puedo ayudar… No te lo puedes creer la poca planificación que tienen en su bolsillo, pero así son las cosas por aquí. Y por otra parte es alguien que te da lo que tiene cuando estás en su casa…

Cenamos sin luz y la conexión es tan débil que apenas leo un periódico. He llamado a Andreas, el de cooperación de nuestra ong y sigue con paludismo…

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