Antonio va por la mañana a rezar a Nagoyon y Balei y después trae a Daniel para que pueda asistir a la misa crismal que se celebra en la catedral.
Después del desayuno vamos a la misa y resulta una ceremonia sencilla y agradable, pues como a cuenta del ébola se han suprimido los dones que se traen al obispo, sólo dura dos horas y media y la cosa es aceptable, además de que aún no hace mucho calor.
Esperamos a Uba y a Alberto, pero tardan. Llegan cuando hemos acabado de comer y además tienen prisa y poco tiempo. Alberto quiere ver lo que hacemos y Uba se esfuerza por presentarle todas y cada una de las cosas que traemos entre manos. También vamos a los pueblos para que pueda ver lo que tenemos en proyecto, pues la realidad es que hasta ahora poco hemos hecho que se pueda enseñar.
En Nagoyon, además de otras cosas, puede ver el pozo que estamos construyendo y en el que hoy presisamente acabamos de encontrar agua, algo por lo que la gente está muy contenta.
Después de la cena tenemos un rato de reunión los salesianos con Uba y vemos lo que tenemos por delante, una realidad de la semana santa en la que Uba no va a estar presente y que nos tendremos que organizar con lo que tenemos.
Alberto ha venido enviado por la procura de Madrid para ver de cerca la experiencia que se está viviendo con el ébola y lo que estamos haciendo en los diferentes campos de acción en los que intervenimos.
Seguimos sin luz y encendemos el generador. La realidad es que es una bendición el regalo que nos han hecho los alemanes. Funciona muy bien y no hace el ruido que hacía el anterior y esperemos tener generador para mucho tiempo.
Como ha venido Alberto se está preparando la salida hacia los niños de la calle, de forma que lo pueda ver. Hay varios del grupo misionero que han venido y se prepara la comida y se distribuye de forma que se pueda servir en raciones. La experiencia es buena y queda satisfecho de lo visto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario