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jueves, 2 de abril de 2015

2 de Abril de 2015

Jueves



Antonio va temprano con Donald a rezar a Mattru. La gente está contenta de que estemos con ellos. Cada vez contamos los que vienen con cargas para vender en Bo y cada vez nos preguntamos qué podemos pensar en hacer con ellos. Algunos nos conocen, pues vienen a rezar con nosotros y nos saludan con alegría.

Cuando volvemos, antes de las siete, nos cruzamos con Uba y Alberto que van hacia Lungi donde Alberto tomará el avión. Les acompaña Samuel que aprovecha para visitar a la familia.

Durante la mañana hay varias personas que nos vienen a ver y después del almuerzo nos preparamos para ir a los pueblos. Hoy haremos la ceremonia del jueves en dos sitios, Mattru y Towama. En Mattru es la primera vez que celebramos algo parecido y siguen la cosa como una novedad. No hay mucha gente y las cosas no están preparadas, pero tomándoselo con un poco de calma, van saliendo.

Explico brevemente lo que es la liturgia del jueves y buscamos los apóstoles a los que lavar los pies. Hoy ha venido poca gente joven, así los que se presentan para el lavado son mayores, tanto hombres como mujeres… Y acabamos hablando un momento de la oración juntos, marido y mujer y me siguen prometiendo que lo harán.

En Towama las cosas no son muy diferentes, aunque se nota que están acostumbrados a vivir la semana santa con cura, especialmente el viernes santo con el viacrucis. En la medida de lo posible trato de explicar que hacemos lo que podemos y que les hemos propuesto para la vigilia pascual mejor que para el viernes, algo que no se esperaban, pues preferían el viacrucis del viernes mejor que la vigilia del sábado, pero les hacemos ver que es mejor lo que les proponemos y acaban aceptando lo que hemos planificado. Mañana Donald les acompañará durante el viacrucis y la lectura de la pasión.

La ceremonia del jueves va por los cauces de la normalidad y la gente que ha venido, que no es mucha, sigue con interés, especialmente el lavado de los pies. Han ido llamando personalmente a los interesados y han tomado asiento en el estrecho espacio de la pequeña capilla que tenemos y, rodeado de los monaguillos actúo en el poco espacio que tenemos.



De vuelta a casa tenemos luz, pero acaba yéndose y tenemos que encender el generador, pues necesitamos enviar correos y al mismo tiempo aprovechar para encender la máquina de lavar.

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