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miércoles, 1 de abril de 2015

ROMPIÓ AGUAS..


Una de las experiencias más bonitas que vives en la excavación de un pozo para un pueblo es el momento en el que encuentran agua… Es el principio del final de un trabajo que ha sido pacientemente preparado con reuniones de sensibilización y encuentros, y la creación de los equipos que van a trabajar, y búsqueda de lo necesario para el trabajo, y visitas a unos y otros y venidas al pozo y todo el mundo en el pueblo está girando en torno al acontecimiento del pozo y la tensión se masca en el ambiente, pues grandes y pequeños están pendientes de lo que va a suceder… Y es que tenemos que tener en cuenta que cavar un pozo es una aventura hacia lo desconocido, pues… que alguien te venga con un aparatito que se mueve y te diga que aquí hay agua, aunque el que lo dice sea el cura…, es difícil de creer; y el trabajo que todo el mundo está llevando a cabo para el pozo es un esfuerzo que pide mucha fe. Y la tensión aumenta a medida que avanza la profundidad del agujero, porque te pide seguir aumentando el esfuerzo y a la vez tienes que aumentar la fe… Pero la alegría estalla en el momento en que aparece el agua. Es una sensación difícil de explicar y complicada de captar en las fotos, si no se vive con ellos en cada uno de los momentos del trabajo de cada día y la tensión y ansiedad que eso genera y que luego provoca la reacción contraria, la alegría después de haber caminado en la incertidumbre y la oscuridad...

Por eso el que aparezca el agua, crea una sensación de que uno se libera de todo el esfuerzo realizado y provoca la alegría de haber conseguido algo por lo que se estaba luchando y no se veía claro si iba a aparecer, que ahora al tenerlo ya ante los ojos, provoca la alegría de todos y la sensación de que se ha llegado a la meta.

La realidad es que estamos aún a medio camino, pues nos queda seguir profundizando para sacar la mayor cantidad de agua posible, cosa que puede ser complicada. Y una vez acabado el camino hacia abajo, comienza el camino inverso, hay que traer hierro, cemento, arena y grava y fijar el agujero, cosa que cuesta y lleva tiempo, pero que ya podemos decir que es el camino de vuelta y, aunque sea para arriba, es el camino que se hace con el agua ya con nosotros y con la alegría de saber que hemos conseguido un objetivo que permitirá a las mujeres ser más libres y emplear menos tiempo en buscarla y les dará otras posibilidades a la hora de pensar en el menú de la familia, pues les permitirá hacer huertos y tener verduras cerca, cosa que antes no les era posible.

También yo me siento muy contento y solidario con la gente del pueblo, pues es algo que hemos vivido y sufrido juntos, y he tratado de ser uno con ellos en el esfuerzo, y ahora también me uno a su alegría y le doy gracias a Dios que me permite vivir esta semana santa con el gozo del agua en un pueblo, que nos habla del agua del bautismo, de nueva vida, de nuevas posibilidades, de la vida que Dios, que es la fuente de toda vida, siempre nos da.


Y feliz pascua. Antonio.













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